Editorial N° 107: Caminante

Joan Manuel Serrat, en su canción, comienza «Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción…». Eso, es justamente lo que hizo el Sr. Alfredo Edelmuth en nuestro sector. El destino, como seres vulnerables, es pasar. Sólo resta dejar en la memoria, el trabajo diario realizado con pasión; y él,  en su vida, fue un  ejemplo del hacer en el camino que transitamos. Mi más sentido homenaje.

El mes de diciembre nos golpeó con esta pérdida, pero también nos enfrentó con una nueva realidad y otro paradigma en la gestión. Como dice nuestra española del GPS, nos encontramos, en enero y febrero, recalculando.
El actual ministro de Transporte, el Lic. Guillermo Dietrich, nos propuso su visión y compromiso de este nuevo escenario ante obras emblemáticas para el desarrollo regional, y queremos tener confianza que habrá un cambio sustancial en la propuesta para el comportamiento y el control en la seguridad vial.
Arrastramos un inexplicable desbarajuste según muestran las cifras del ISEV (Instituto de Seguridad y Educación Vial). Dicho sea de paso, agradecemos que nos hagan llegar mensualmente sus estadísticas. En ellas se indica, que en la relación anual 2014/2015, la siniestralidad vial aumentó el 19,7%, la mortalidad el 7,7%, y la morbilidad un 8,8%.
Nos preguntamos, porque esto es lo más sencillo de la escala de tareas, en qué estamos invirtiendo para que familias enteras desaparezcan o queden truncadas con la pérdida de un ser querido o simplemente la invalidez de por vida.
El ISEV también nos ilustró los costos de los siniestros viales en Argentina 2015, cifra que nos paraliza el corazón porque en más, menos son 8 mil millones de dólares. Nos facilita la tarea, porque nos señala que significa entre el 1,3 y 1,5% del PBI.
Adherimos a su reclamo de cuándo se invertirá para disminuir esta enfermedad social, la cual es una epidemia con la que ya nos acostumbramos a convivir y no se libra la batalla final.
Seguramente, con el compromiso de la Asociación Argentina de Carreteras (AAC) de concientizar sobre cero siniestralidades, se reunirán todos los actores, quienes conocen e intervienen en la toma de decisiones.
La  preocupación de eventos urbanos en carreteras, no es sólo en Argentina. En un artículo, especialmente recibido desde Bilbao, España, el Ing. Iñaki Eguiara Garay, ingeniero industrial responsable del área de investigación de tráfico del gobierno Vasco, hace entrega de un análisis de los puntos de accidentes frecuentes, la importancia del mantenimiento, cuidado de la señalización y la relevancia de ubicación de elementos de control de velocidad; elementos que en su conjunto, mejoran los índices de seguridad vial.
Hay una gran preocupación porque el cambio climático no deja de sorprender, produciendo fenómenos donde no existían. Es un fenómeno global, y por supuesto, no debemos estar ajenos. Las inundaciones son cada vez más frecuentas y con pérdidas millonarias, de vida y en las familias, de la  memoria. El trauma del día después.
El Estado no debe olvidar estos eventos no deseados y actuar en consecuencia para establecer políticas en la prevención de estos desastres. La gestión de las cuencas hídricas es un desafío; la intervención en las obras de infraestructura necesarias, es materia de estudio.
La ciudad de Buenos Aires, con las obras del Maldonado, solucionó y liberó una zona que fue la pesadilla de muchos intendentes. Es indudable que las inundaciones marcaron una época en la historia del barrio de La Boca. Hoy se ha mejorado, pero los vecinos aún reclaman en toda la cuenca de Matanza-Riachuelo.
Hay que destacar, que las inundaciones no son privilegio sólo de la zona metropolitana; sino que se extienden en toda la pampa húmeda. La cuenca del Salado, cada año, se anega dejando desprotegida e inmanejable la zona.
Existe la convocatoria de la AAC al 1º Congreso de Caminos Rurales, para que se involucren los diferentes actores y así crear un documento con propuestas para la gestión de los mismos en las distintas regiones del país. La iniciativa surge ante la falta de mantenimiento de los caminos, puentes y obras hídricas necesarias para el buen funcionamiento de las redes de baja transitabilidad, pero con gran impacto económico. La ciudad de Olavarría nos abrió sus puertas y ella será la sede de este importante encuentro. La Cámara de la Piedra de la provincia de Buenos Aires se asocia para organizar el encuentro en su ciudad, tan emblemática por cierto.
Seguramente, será un evento trascendente y dejará la huella para que se siga el camino.
Por supuesto, para cerrar, el camino se hace al andar.
Nos veremos en nuestra próxima edición, con muchas novedades.

 

 

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Directora Revista Vial