Ricardo Rollandi, presidente de la Asociación para el Estudio de los Residuos Sólidos (ARS), ofreció un panorama de la situación argentina en la recolección y separación de residuos, el impacto que éstos ocasionan en el medio ambiente y la importancia de disminuir la emisión de gases que aumentan el efecto invernadero.
¿Cómo funciona el sistema de separación de residuos en Argentina?
En cualquier lugar del mundo hay tres actores dentro del sistema que son: la gente, que produce los residuos; el Estado, que tiene la obligación de resolver el problema de la recolección, transporte, tratamiento y disposición de los residuos, y las empresas que brindan los servicios de recolección, para el caso de que éstos se encuentren contratados por terceros. Pero en el caso particular de Argentina, después de la crisis económica de 2001, se originó otro actor, que son los recicladores informales o cartoneros, que separan los residuos en la vía pública. En la Ciudad de Buenos Aires son casi 7.000 personas dedicadas a esta tarea.
¿Cuál sería una solución para erradicar esta problemática?
Es un tema muy complejo porque hay familias enteras dedicadas a esta tarea. No solamente hay peligro cuando revuelven los residuos porque corren riesgo de pincharse con agujas, sino que además las tareas las realizan a la intemperie, en condiciones laborables extremas, en medio del tránsito vehicular y muchas veces con el apoyo de menores de edad. Para darle una solución a esta problemática, se están construyendo plantas de separación para intentar reordenar este sistema y así lograr otras condiciones laborales.
Por ejemplo, en Europa, el Estado es quién promueve y subsidia el reciclado, la separación de residuos según su origen y el reaprovechamiento de los recursos. Desde el punto de vista económico, ellos saben que es mejor subvencionar estas actividades para minimizar los efectos ambientales de los sistemas de gestión.
¿Cómo se realiza la disposición final de los residuos en el país?
En Argentina, únicamente en cinco grandes ciudades hay una disposición final controlada y sanitaria. Córdoba, Neuquén, Bahía Blanca, algunos puntos de Misiones y de la provincia de Buenos Aires, es decir, lo que compete a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE) son aquellos que en la actualidad realizan rellenos sanitarios de acuerdo a tecnologías aprobadas internacionalmente.
En la mayoría de las provincias restantes hay basurales a cielo abierto, con una disposición final no sanitaria, con todos los efectos adversos que genera, como problemas de salud a las poblaciones lindantes, contaminación de ríos y del ambiente, emanación de gases por descompensación de la basura, entres otros.
CUESTIÓN DE FONDO
¿Hay una relación directa entre la mala recolección de residuos y la contaminación ambiental?
En el reciente CongresoEuropeo sobre Aprovechamiento de Residuos, realizado en Holanda, además de abarcar el sistema de gestión integral, que va desde el transporte y la recolección hasta la disposición final, se discutió la cuestión del cambio climático.
En Europa y Estados Unidos, a pesar de que este último no firmó el Protocolo de Kioto, el eje de la discusión pasa por los problemas ambientales y por los gases que incrementan el efecto invernadero y generan el cambio climático.
¿Qué pasa en Argentina con respecto a la reducción de las emisiones contaminantes?
Debemos reducir las emisiones de gas metano de los rellenos sanitarios, más allá de los gases que se producen en el transporte vehicular. Por ejemplo, si se contabilizaran los liberados por los 500 camiones de recolección de residuos que circulan por la Ciudad de Buenos Aires, el porcentaje de contaminación sería más amplio. Por lo tanto, la mayoría de los países de Europa están dejando la tecnología del relleno sanitario y migran hacia otras más limpias. El cambio climático y la emanación de gases de efecto invernadero pasaron a ser temas directamente relacionados con la generación y distribución de residuos. También hay que destacar que esta temática está estrechamente ligada a la cantidad de población, es decir, cuanta más gente hay, más basura se produce y el problema es mayor.
TENDENCIA MUNDIAL
¿Por qué se dejó de utilizar el relleno sanitario en Europa y cuáles son las tecnologías que lo están sustituyendo?
En Europa el relleno sanitario está dejando de operar, primero por un problema de espacios disponibles, porque no hay lugar; y segundo, porque la crisis energética, para ellos, tiene una importancia mucho más grande que para nosotros, no sólo por sus valores sino además por su escasez. En la actualidad, la tecnología predominante de los europeos está volcada a la revalorización y el aprovechamiento total del residuo, desde el punto de vista del reciclado y su valorización energética a través de la termodestrucción de los mismos.
Las ciudades importantes con déficit energético, que no tienen nada de petróleo y en donde los costos de importación de los combustibles fósiles son cada vez más caros, están reemplazando la energía eléctrica por nuevas fuentes. Es así como aprovechan el cartón, el papel, los plásticos y lo que queda de los materiales de demolición que se utilizan para la industria de la construcción, sobre todo de carreteras. Por ejemplo, en Villa Olímpica, en Barcelona, España, al lado de la playa hay una planta de incineración, y uno no pensaría jamás que allí entran diariamente alrededor de mil toneladas de basura.
¿Estas plantas pueden ser instaladas en todas las zonas o sólo dentro de construcciones nuevas?
No, por ejemplo, en la zona antigua de Bilbao hay una planta instalada, pero el inconveniente son los costos porque éstas requieren de mucha inversión y tienen precios muy caros de explotación. En la de Barcelona se destinaron 40 millones de dólares.
Por el costo de la energía en Buenos Aires sería impensable conseguir un sistema de revalorización y es ese bajo precio lo que desvirtúa la ecuación.
¿Cuáles son las tendencias mundiales?
Italia cuenta con las mejores tecnologías y posee las plantas más avanzadas de compostaje de residuos orgánicos. Los países del norte de Europa están muy avanzados en todo lo que es incineración de residuos para la generación de energía, y al ser territorios con bajas temperaturas, generan calor para la calefacción.
España está a mitad de camino, todavía tiene operando algunos rellenos sanitarios y también muchas plantas de valorización. Estados Unidos aún, por disponibilidad de espacio, tiene rellenos sanitarios importantes. Me la impresión que, donde hay suelo disponible y escasos recursos monetarios, como es el caso de Sudamérica, esta modalidad bien hecha, controlada, impermeabilizada, y con todas las barreras ambientales y de seguridad necesarias, se continuará implementando. Otra de las tendencias actuales es el aprovechamiento del caucho de los neumáticos para la confección de carreteras, y en Europa esta modalidad está muy avanzada.
¿Y Argentina en qué situación se encuentra frente a estos países?
Normalmente, el neumático usado en Argentina iba a los rellenos sanitarios, con la particularidad de que los gases que se generan en la descomposición, hacen que éste, una vez que está en el fondo de la excavación, al poco tiempo llegue a la superficie; se trata de un residuo inherente. Desde hace dos años, cuando las cementeras empezaron a aprovechar algunos residuos con poder calorífico en la producción de cemento, comenzaron a incorporar neumáticos usados; pero, en la actualidad están tapadas de neumáticos y comenzaron a quemarlos.
¿Qué solución proponen al respecto?
Hay que intentar darle la mejor disposición al neumático usado y también hay que generar las reglamentaciones necesarias para que se utilice correctamente. Desde la ARS estamos juntando a los diferentes actores, para evaluar qué es lo que se puede hacer entre todos. En Europa los trituran y se los usa como agregado de capas de rodamiento, y está funcionando.
Por otra parte, en Argentina, en el Congreso Nacional estamos discutiendo una ley de envases para hacer más sustentable el sistema. Esta situación apunta a que desde el Estado se genere la legislación y que desde la industria se promueva la voluntad para que esto suceda. Pero el Estado debería establecer las herramientas de premios y castigos para aquellos que cumplan o no con las normas impuestas.
JORNADA INTERNACIONAL
Usted mencionó el congreso que se realizó en Holanda, ¿qué conclusión pudo sacar de allí?
Si algo aprendimos fue la importancia de lograr una producción más limpia, generar menos residuos desde la producción, tomar conciencia de que el Estado tiene que intervenir y apoyar los planes de minimización y reciclado. Además de reflexionar acerca de los efectos del cambio climático.
¿Estuvieron presentes autoridades gubernamentales?
En la delegación argentina había funcionarios públicos, secretarios, empresarios del sector y representantes de organizaciones no gubernamentales. Se desarrolló, por otra parte, una exposición muy interesante de Frida Beati, de la Fundación Ciudad de Argentina, quien presentó un proyecto realizado en forma conjunta con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
¿De qué se trataba ese proyecto?
Es un plan llevado a cabo en un barrio carenciado de las márgenes del Riachuelo, dentro de la Capital Federal, y consistió en organizar a la gente para que autorecolecte sus residuos, mantengan limpio el barrio y lleven los desechos afuera para que los camiones pudieran pasar a recoger la basura. Fue una experiencia increíble.