El mismo, reunió a gobiernos locales, autoridades provinciales, expertos y referentes del sector para repensar el vínculo entre puertos, territorio y comunidad. Una jornada que marcó el inicio de una nueva agenda de gobernanza con enfoque territorial, sostenibilidad y planificación estratégica.
Autoridades locales, expertos, técnicos y referentes institucionales se dieron cita en el Summit “Gobiernos Locales y Desarrollo Portuario. Claves para la Gobernanza y la Producción”, organizado por el Instituto de Desarrollo Regional (IDR) y la Comuna de Timbúes. Con una intensa agenda de paneles, diálogos y presentaciones, la jornada propuso una mirada crítica y propositiva sobre la relación entre infraestructura logística y organización territorial, dejando en claro que el futuro del desarrollo portuario ya no puede pensarse sin una gobernanza con anclaje local y enfoque sostenible.
La apertura del Summit “Gobiernos Locales y Desarrollo Portuario. Claves para la Gobernanza y la Producción” fue mucho más que un protocolo de bienvenida: constituyó una afirmación política y conceptual sobre la necesidad de redefinir el modelo de desarrollo portuario en Argentina desde una perspectiva territorial, inclusiva y con fuerte protagonismo de los gobiernos locales.
El evento fue iniciado con palabras de agradecimiento y reconocimiento institucional por parte de Adrián Caramuto, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de San Lorenzo y su Zona, quien destacó el valor de haber sido elegidos como sede del encuentro, y subrayó la centralidad estratégica del complejo portuario San Lorenzo–Puerto General San Martín–Timbúes como nodo logístico clave para el comercio exterior argentino. “La Hidrovía Paraguay-Paraná no es sólo una vía navegable; es la columna vertebral de nuestras exportaciones, del abastecimiento regional y de la competitividad nacional”, afirmó Caramuto.
A continuación, Juan Marcos Aviano, director del Área de Desarrollo Regional del Instituto de Desarrollo Regional (IDR), planteó un mensaje estructural: “Los gobiernos locales no pueden quedar excluidos de las decisiones estratégicas sobre logística y puertos. Es desde el territorio donde se sienten los impactos, y es desde allí donde deben definirse las respuestas”. En su discurso, Aviano explicó que este Summit es continuidad del trabajo que el IDR viene desarrollando hace más de dos décadas a través del Encuentro Argentino de Transporte Fluvial, y que ahora se abre un nuevo capítulo: el de articular una gobernanza con anclaje local, capaz de dialogar con los actores nacionales y regionales, pero con la legitimidad de representar a las comunidades que conviven con la infraestructura logística.
Uno de los momentos de mayor densidad política fue la intervención del intendente de San Lorenzo, Leonardo Raimundo: “San Lorenzo pasó de ser una ciudad con puertos a intentar ser una ciudad-puerto. Pero ese tránsito no fue fácil: no hubo previsión urbana, ni ambiental, ni de seguridad. El Estado nacional construyó un sistema logístico sin preguntarle nada a quienes habitamos este territorio”, denunció.
Además, remarcó la importancia de institucionalizar la coordinación regional, y puso como ejemplo al Ente de Coordinación Metropolitana del Gran Rosario (ECOM), “único en el país con personería jurídica, patrimonio propio y un directorio en el que participan todos los municipios y comunas del área”.
Por su parte, el presidente comunal de Timbúes, Antonio Fiorenza remarcó cómo su pueblo rural de apenas 6.000 habitantes se transformó, en apenas dos décadas, en uno de los principales nodos exportadores de la Argentina. “Pero ese crecimiento –advirtió– no fue planificado, no fue dialogado. Hoy tenemos 11.000 camiones diarios en temporada alta, trenes que cortan el pueblo en dos, y vecinos que no pueden llevar a sus hijos a la escuela o ser atendidos por una ambulancia”. Fiorenza denunció la asimetría entre los recursos que se recaudan y la capacidad real de intervención de los gobiernos locales. “Se nos exige garantizar seguridad, tránsito, salud y servicios básicos para sostener el funcionamiento de los puertos, pero no tenemos ni competencias plenas ni seguridad jurídica para actuar sobre rutas nacionales o ferroviarias. Lo hacemos igual, pero con nuestros recursos y sin respaldo”, afirmó. Y concluyó con una definición política: “Queremos crecer, sí. Pero no a costa de nuestra gente. No puede haber más desarrollo sin planificación, ni puertos que prosperen mientras nuestras localidades colapsan”.
Finalmente, la secretaria de Transporte y Logística de la Provincia de Santa Fe, Ing. Mónica Alvarado, ofreció una perspectiva integradora. “No se trata sólo de infraestructura. La logística es normativa, es gestión, es tecnología, es articulación interjurisdiccional. Y para eso, necesitamos un diálogo maduro y sostenido entre Nación, Provincia y municipios”. Alvarado puso en cifras la importancia de Santa Fe en el comercio exterior: el 72% de sus exportaciones se canalizan por puertos propios y la provincia representa cerca del 20% del PBI nacional. “Tenemos 849 km de costa fluvial sobre el Paraná. Pero no podemos hablar de futuro si no ordenamos el presente. Las cargas no entienden de límites jurisdiccionales, pero los conflictos sí. Por eso, esta jornada no es solo una invitación al debate: es una convocatoria a la acción coordinada y sostenida”.
Conectividad y desarrollo en el Cordón Sur del Gran Rosario
Uno de los conversatorios se centró en los desafíos de conectividad, planificación vial y articulación logística en el sector sur del Gran Rosario, una región clave por su densidad urbana y su cercanía con el nodo portuario.
En ese sentido, Alberto Ricci, intendente de Villa Gobernador Gálvez, describió el contexto con crudeza: “Los trenes pasan por el centro de la ciudad. Las vías dividen barrios. La logística está entrelazada con la vida cotidiana, pero no hay diálogo real entre quienes diseñan la infraestructura y quienes gestionamos el territorio”. Ricci remarcó la necesidad de contar con financiamiento nacional específico para obras de integración urbana (pasos a nivel, circunvalaciones, readecuación de trazas), y planteó que “la gente no distingue entre jurisdicciones; para el vecino, todo es responsabilidad del Estado”.
Por su parte, Daniel Tonelli, intendente de Arroyo Seco, sumó una mirada crítica sobre la fragmentación institucional: “Hay decisiones que se toman a 300 kilómetros, sin comprender cómo afectan a nuestras ciudades. Necesitamos que los municipios tengamos voz en las mesas donde se discuten las inversiones logísticas”. Y propuso avanzar en consorcios regionales que permitan una planificación conjunta de corredores productivos.
Además, Tonellí argumentó: “Lo que sucede en Timbúes o San Lorenzo también repercute en nuestras ciudades. La saturación vial, los cuellos de botella en los accesos y la falta de obras estructurales son problemas comunes. Y lo más grave es que cada intendente los enfrenta solo, con las herramientas que tiene, muchas veces insuficientes” y subrayó que la falta de planificación integrada entre los municipios portuarios termina generando soluciones aisladas y muchas veces contradictorias entre sí, y convocó a avanzar hacia una “mesa regional de planificación del corredor costero del Gran Rosario, donde todos los intendentes y presidentes comunales tengamos voz y voto, no sólo responsabilidades”.
Nueva institucionalidad portuaria
Los múltiples aportes coincidieron en una necesidad urgente: construir una nueva institucionalidad portuaria, de base federal, con fuerte participación de los municipios y comunas, que permita diseñar políticas integradas para el ordenamiento territorial, la planificación de accesos, la mitigación de impactos ambientales, la distribución de cargas urbanas y el fortalecimiento del rol público en las decisiones estratégicas.
Se identificaron con claridad las deudas del modelo actual:
- Falta de previsión en la expansión de terminales y accesos;
- Escasa coordinación interjurisdiccional;
- Déficit de planificación urbana compatible con el crecimiento logístico;
- Y ausencia de mecanismos que garanticen que las externalidades del sistema portuario se traduzcan en beneficios tangibles para las poblaciones locales.
A su vez, se destacó que la competitividad logística no debe medirse sólo en función de toneladas exportadas o costos operativos, sino también en relación a su sustentabilidad, su equidad territorial y su capacidad de generar valor público. La logística del futuro —tal como quedó plasmado en el debate— no será solo infraestructura: será también planificación, articulación multinivel, sostenibilidad ambiental y justicia territorial.