Actualidad del Plan de Obras Hídricas

El Ing. Pablo Bereciartua, subsecretario de Recursos Hídricos del Ministerio del Interior de la Nación, expuso sobre las obras de infraestructura que se están llevando adelante para mejorar la calidad de vida de los argentinos. En este sentido, enfatizó el emblemático proyecto del Sistema Riachuelo que dará respuesta a las limitaciones en la capacidad y calidad de prestación del servicio de desagües cloacales de una vasta región del conurbano bonaerense.

Entre las funciones a su cargo, la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación debe diseñar, coordinar e implementar el Plan Nacional del Agua en todo el territorio nacional. Este plan propone como metas específicas alcanzar la provisión de agua potable al 100% de la población, y el 75% en cloacas y desagües; incrementar en un 17,5% las áreas con sistemas de riego sumando más de un millón de hectáreas productivas; adaptar el territorio a los efectos del cambio climático mediante la realización de obras en territorio y realizar obras de usos múltiples del agua.
Para cumplir con estos fines, la subsecretaría lleva adelante diferentes obras de infraestructura y planifica nuevas licitaciones para que se concreten estos proyectos prometedores. El Ing. Pablo Bereciartua detalló para Revista Vial los avances y nuevos desafíos que deberán enfrentar en los próximos años para optimizar los recursos hídricos de nuestro país.

-¿Qué proyectos están llevando adelante desde la Subsecretaría?
Ing. Pablo Bereciartua: Una de las obras más importantes que está haciendo el país en este momento es el Sistema Riachuelo. Estamos haciendo el colector margen izquierda con túneles de distintos diámetros. Está por empezar el túnel principal, que va a ser el conector, para el cual utilizaremos una tunelera de tres metros y medio de diámetro que llegó al país hace dos meses y medio y ahora la estamos armando. Por otro lado, estamos haciendo todos los túneles que se conectan con el principal. El conector margen izquierda es un túnel de 11 kilómetros de largo que va a ir desde la General Paz aproximadamente hasta la salida del río y luego pasará por debajo del Riachuelo, hasta llegar al relleno grande que hicimos en Dock Sud. Este relleno pasa a 45 km por debajo de la tierra hasta una estación de bombeo elevadora de gran magnitud que sube el agua hasta una planta de pre-tratamiento que se está construyendo ahí. Esta nueva estación de bombeo, toma el relleno que lo coloca en un emisario submarino que posee una máquina capaz de construir un túnel de 5 metros de diámetro externo. Esta máquina ya se encuentra en nuestro país y se encargará de sacar la tierra en la primera semana de agosto. Se trata de una máquina de grandes dimensiones. Cuenta con cuatro cámaras grandes de asistencia y de bombeo que tiene 50 metros para abajo de muro colado. La utilizaremos para el Sistema Riachuelo, la obra más grande que está realizando AySA, a través de la Unidad Ejecutora con financiamiento del Banco Mundial de 1.200 millones de dólares.

SISTEMA RIACHUELO

Es un proyecto que nace con el objetivo de dar respuesta a las limitaciones en la capacidad y calidad de prestación del servicio de desagües cloacales en gran parte del área de concesión de AySA S.A. Con su desarrollo, se estima que se le otorgará una la solución estructural necesaria para la mejora del sistema y permitirá la independencia operativa del Sistema Berazategui posibilitando la expansión del servicio en el sudoeste del Conurbano Bonaerense. Todo esto significará una mejora en la calidad de vida de la población en términos de salud pública, favorable impacto en el medio ambiente y desarrollo social en forma efectiva, al tiempo que permitirá dar respuesta en gran medida a lo requerido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la Causa “Mendoza”.

-¿En qué estado se encuentra el Sistema Riachuelo?
P.B.: La obra empezó formalmente en el mes de junio de este año. Hace dos meses llegaron las tuneleras y hoy están en pleno desarrollo. Esta obra es muy emblemática porque va a impedir el vuelco de 4.3 millones de personas que viven en Capital Federal y que termina en el Riachuelo. Por este motivo, esta obra va a tener dos grandes impactos. Uno es que todo el tramo bajo del Riachuelo dejará de tener y recibir contaminación, y esto por si solo, significará una mejora muy importante de la calidad del agua del río. Por supuesto, lo que se contamina por arriba va a seguir bajando pero podemos modificar significativamente el agua del río si eliminamos la descarga que hace la ciudad. Por otro lado, al liberar esa capacidad de tratamiento nos va a permitir sumar al sistema de cloacas a más de 4 millones de personas. Con la nueva planta de tratamiento podemos dejar de utilizar la planta de Berazategui. Entonces toda esa capacidad es la que pasaremos a utilizar para darles a las personas que no tienen cloacas en la actualidad. Estas obras están en marcha ahora y otras están en licitación. Hasta el día de hoy, son entre 122 o 123 obras que licitamos en AySA.

Planta de tratamiento en Santiago del Estero
La obra para la planta de tratamiento en Santiago del Estero consiste en la rehabilitación de una estación de bombeo existente para poder bombear los nuevos caudales que llegarán a la misma a través de la cloaca máxima, y su impulsión a través de una nueva conducción hasta la planta de tratamiento de efluentes a construir de tipo “Barros Activados y Digestión de barros anaeróbica”. Según el Subsecretario de Recursos Hídricos, esta obra finalizará en agosto y significó una inversión de 700 millones de pesos que beneficiará a más de 250.000 santiagueños y asegurará el cuidado medioambiental del Río Dulce.

Cuenca del Salado
Se desarrolla en la zona central y norte de la provincia de Buenos Aires, extendiéndose por la anexión de cuencas arreicas incorporadas mediante la ejecución de obras, hasta el oeste y sudoeste provincial. Sus características topológicas cambian desde un sector con formaciones dunosas, de forma variable, que determinan sectores arreicos en las interdunas, hacia una planicie deprimida, en la que pequeñas formaciones hídricas permiten el escurrimiento de los excedentes superficiales.
Junto con estas condiciones, la zona también presenta cíclicas variaciones climáticas que ocasionan, en forma periódica y recurrente, inundaciones y sequías prolongadas, que afectan la producción y la economía de la región. En respuesta a esta situación, a partir del año 1997 se inició el estudio del Plan Maestro Integral del Río Salado, financiado por el Banco Mundial, con el objeto de elaborar un plan para el desarrollo integral y sustentable de la cuenca, bajo la meta general de alcanzar el potencial económico de todas las actividades relacionadas con el recurso hídrico en la cuenca del Río Salado.

-¿Cuáles fueron los últimos avances en esta obra?
P.B.: Hace poco licitamos el tramo que va desde el General Belgrano en adelante, unos 27 km en total. La licitación fue de 1.700 millones de pesos y los contratos ya están firmados. Las obras van a empezar en menos de un mes. Después, tenemos el tramo que va hasta Roque Pérez. En principio, está acordado un préstamo con el Banco Mundial y lo va a licitar la provincia de Buenos Aires. Luego, faltaría el tramo que va desde Roque Pérez hasta Bragado. Es un tramo muy largo, el cual podría financiarse a través de la participación de las empresas. Por lo cual, estamos pensando en convocar la manifestación de intereses. Básicamente, el esquema de este proyecto consiste en que paguemos la mitad de la obra en el momento en el cual se construye, y que la otra la paguemos con un documento que se vuelve efectivo cinco años después que se termina la obra. En la práctica, lo que significa es que la empresa tiene que financiar el 50% de la obra. Esto corresponde a unos cuantos kilómetros, que en principio son unos 70 millones de centímetros cúbicos que hay que dragar y que podría llegar a costar 700 u 800 millones de dólares de inversión.

-¿El proyecto también implica el desarrollo de los canales de El Salado?
P.B.: Los canales no son ríos, no tienen proyecto de ingeniería porque nunca se hicieron. Si bien, el plan maestro tiene una cantidad de razonamientos que dicen que hay que hacer estos canales para evitar las inundaciones, no están hechos los proyectos de ingeniería. Entonces, nosotros estamos licitando cuatro obras. Hace falta que se hagan estos proyectos, lo cual implica el diseño de la topografía del lugar y estamos hablando de un espacio inmenso. Son 800 millones de dólares de inversión. Eventualmente puede ser menos porque puede ser dragado. La diferencia con el río es que estos son canales que hay que hacerlos. Muchos de ellos se pueden hacer con retroexcavadoras y son más económicos que dragados. De cualquier manera, es una gran inversión y por eso es tan difícil el problema. No se resuelve con dos o tres obras sino que tenemos que hacer una inmensa cantidad de obras y calculamos que todo junto requiere de una inversión de 2 mil millones de dólares.

Proyectos hidráulicos en todo el país

-¿Qué obras hidráulicas comenzaron a efectivizarse en nuestro país?
P.B.: En marcha, por ejemplo, empezaron las obras para las cloacas de la ciudad de Córdoba capital. Se trata de una obra histórica de 1.200 millones de pesos que empezó el 9 de enero de este año. También comenzó el tratamiento de Río Cuarto. El desarrollo de dos plantas de tratamiento en Ushuaia, Tierra del Fuego, con el acueducto Campo Alegre y la planta potabilizadora de Salta, con una inversión de 700 millones de pesos.
En diciembre del año pasado, comenzó la obra de 200 millones de pesos en el Río Salado en el límite entre Salta y Santiago del Estero. En junio, abrimos los sobres de mil millones de pesos más para la obra de Santiago del Estero capital, que son 143 km de cloacas que van a ir hacia la planta que vamos a inaugurar en agosto. Estas obras son proyectos que las provincias solicitaban hace mucho tiempo.
Muchos proyectos comienzan dentro de muy poco. Por ejemplo, la primera semana de julio empieza la nueva planta de tratamiento y recolector de Bariloche con una inversión de 800 millones de pesos que resolverá el problema de la contaminación del Nahuel Huapi. Además, hace 60 días comenzó la obra para construir la planta de tratamiento de Villa La Angostura.
Entre las obras que terminan este año, además de la planta de Santiago del Estero, está la planta de Neuquén que es para 360 mil personas. Licitamos el colector oeste y la obra va a empezar ahora con una inversión de 400 millones de pesos.
Por otro lado, publicamos la licitación de la planta Paramillo, que es la planta de Mendoza capital, donde haremos una ampliación de la planta existente con una inversión de 800 millones de pesos.
También, abrimos hace poco una licitación emblemática que es la obra para el canal San Antonio. Es un canal que va en el límite entre Córdoba y Santa Fe y consta de 160 km y de una inversión de 800 mil pesos de inversión. Este proyecto traerá un impacto positivo en la región porque va a disminuir las probabilidades de inundaciones de unas 600 mil hectáreas donde hay poblaciones de 168 mil habitantes aproximadamente.

-¿Cuáles son las fuentes de financiamiento de las obras que están desarrollando?
P.B.: Las obras por lo general tienen dos fuentes de financiamiento. Por un lado, el Tesoro Nacional, y por el otro, los bancos multilaterales. Tenemos financiamiento con todos los bancos: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y también, contamos con algunos créditos en curso de distinto nivel de implementación con el Banco Central Europeo (BCE).
Este año intentaremos sumar nuevas fuentes de financiamiento a través de la inversión participativa privada. A principios de julio llamaremos a licitación para un conjunto de obras. Consisten en proyectos que a las empresas podrían interesarles. Para esto, vamos a invitar a presentar manifestaciones de interés. Las empresas deberán expresarlo junto con una carta de un banco que esté interesado también en aportar una parte del financiamiento. En algunos casos, el financiamiento es del 85% a una tasa que sea competitiva, es decir, de menos del 7% anual.