A raíz de las últimas inundaciones ocurridas durante el mes de abril, el Foro de la Ingeniería del Centro Argentino de Ingenieros (CAI) realizó, el pasado 23 de abril, un foro de debate para tratar puntualmente la problemática de los arroyos Vega y Medrano. El evento, coordinado por el Ing. Máximo Fioravanti, contó con la presencia del jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri; el ministro de Desarrollo Urbano de la ciudad, Daniel Chain; y con una gran cantidad de expertos en la ingeniería hidráulica.
La jornada de análisis sostuvo como objetivo principal, analizar críticamente las posibles soluciones que permitan un control integral de las emergencias hídricas urbanas. Además, permitió consolidar propuestas cuya planificación y posterior ejecución pueden permitir el mejoramiento sustancial del comportamiento del sistema ante los fenómenos extremos.
“El Foro de la Ingeniería se creó con un objetivo básico: analizar propuestas de largo plazo para colaborar en la planificación general de la infraestructura a nivel nacional. En los últimos años, tratamos temas de energía, hábitat y transporte. El tema hidráulico, todavía no lo habíamos abordado, pero teníamos pensado hacerlo este año. Las circunstancias, que son de público conocimiento, nos han llevado a adelantar un poco la agenda. Es por eso, que hoy vamos a tratar dos temas inherentes a la Ciudad de Buenos Aires: los arroyos Vega y Medrano”, comenzó el Ing. Máximo Fioravanti, coordinador de la jornada.
LA PROBLEMÁTICA DEL ARROYO VEGA
El Ing. Miguel Mauriño, director del estudio de adecuación del anteproyecto del Plan Director para túnel aliviador del arroyo Vega, fue el encargado de exponer sobre la problemática que genera en la ciudad su desborde y sus posibles soluciones concretas.
“Este es un trabajo que se desarrolló en un período muy breve, sólo tres meses. El objetivo era la adecuación del proyecto a una tecnología constructiva actual. Es decir, pasar de un túnel realizado en forma convencional a uno totalmente moderno”, comenzó.
“El plan de origen se terminó de elaborar en el 2006. Ya pasaron siete años, pero a pesar, de que se planteó con un horizonte de 50 años, el medio sufrió cambios y modificaciones que requieren una revisión y actualización”, y agregó que “este trabajo estuvo integrado por profesionales altamente capacitados y fue eso lo que nos permitió desarrollar la tarea en forma tan breve”.
La problemática del arroyo Vega, es una las más emblemáticas en la Ciudad de Buenos Aires, por la cantidad de conflictos sociales, daños materiales y pérdidas de vidas humanas que ha generado en los últimos tiempos por cuestiones de inundación.
En el Plan Director original se hizo un diagnóstico de la situación de las cuencas de la Ciudad y de allí surgieron sus respectivos problemas e inconvenientes. Eran notables las fallas de la infraestructura existente. De ese estudio, surgieron una serie de alternativas de obras y con dos clases de medidas: las estructurales y las no estructurales.
Dentro de las medidas estructurales, se evaluaron las obras de alivio del emisario principal, un túnel aliviador y una conducción por excavación convencional.
“Un tema importante en el arroyo Vega es que la derivación hacia el túnel se realiza a partir de la red de conductos secundarios, o sea que no deriva a partir del emisario principal como sí se hace en los túneles del Maldonado. Esto no ayuda a la mitigación de los efectos de las lluvias intensas de corta duración, ya que el emisario principal no logra bajar su nivel de carga”, argumentó.
Luego, aclaró que “durante nuestro trabajo en estos meses, tuvimos que adecuar al modelo infoworks, el modelo hidrodinámico e idealizado en el Plan Director. El Gobierno de la Ciudad nos agilizó mucho el trabajo y tuvimos una gran colaboración de la Dirección General de Infraestructura, sobre todo en la operación del modelo”.
El Ingeniero detalló que hicieron un análisis de funcionamiento hidráulico de alternativas del aliviador, porque debían evaluar hasta dónde realmente era posible y conveniente reemplazar el sistema constructivo. Y a su vez, no encarecer las obras.
“Después del análisis, se hicieron en el campo relevamientos topográficos de detalle de la red, sobre todo en la zona de vinculación de los sistemas fluviales secundarios con el túnel”, señaló.
PLAN DE CONTINGENCIA
Un tema importante surgió, a partir de la información brindada por la Dirección General de Infraestructura. “De acuerdo con las denuncias por inundación que nos facilitó, teníamos que comprobar que el sistema respondía a estas demandas. Es por eso, que con la modernización y la adecuación de las obras a la realidad física, el plan resultó altamente consistente. Además, que el arroyo Vega se desarrolle íntegramente dentro del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, posibilitó muchas cuestiones desde el punto de vista de las acciones estructurales y no estructurales”, informó Mauriño.
Luego de varios análisis, con relación al riesgo de asentamiento de los edificios próximos y de tener en cuenta muchas variantes, los ingenieros del Plan Director llegaron a la conclusión de que debían mantener un tramo del túnel con metodología convencional y reemplazar los dos tramos finales con una obra combinada.
“Cuando realizamos este anteproyecto sabíamos que iban a existir desarrollos posteriores para su mejoramiento. La obra se podría llevar a cabo en 27 meses y el monto era de 643 millones de pesos (sin impuestos). Luego, en el momento de construcción, sabemos que hay medidas para mitigar y atenuar todo esto”, aseguró.
Uno de los participantes del Foro, expresó que “la precipitación varía entre cero y el infinito. No sabemos lo que pasará, nos manejamos con estadísticas y con el conocimiento del medio físico. Lo que sí sabemos es qué riesgo tenemos cuando ocurre una precipitación mayor a cero. Entonces ahí nos damos cuenta de que las medidas estructurales no alcanzan y es necesario implementar medidas no estructurales que mitiguen las cuestiones que se desarrollan en los sistemas de las cuencas”.
Entre las medidas no estructurales que se encuentran dentro del Plan Director, se pueden mencionar la creación de una red de alerta meteorológica, los mapas de riesgo hídrico, centros de ayuda en zonas no inundables, la educación sobre la basura domiciliaria y la limpieza de las calles.
“Tenemos que tener un plan de contingencia y generarlo en un momento de tranquilidad. Porque si no cuando no llueve, todo lo que uno proyecta, como desagüe pluvial parece grande, porque no llueve, pero el día que llueve y pasa algo, es al revés, todo lo que uno proyectó, es chico. Entonces esto no puede ser así. Como ingenieros, tenemos que proyectar dentro de un esquema que la lógica nos permite”, concluyó Mauriño, resolviendo los excesos extraordinarios con planes de gestión y contingencia para actuar ante las emergencias.
EL CASO DEL ARROYO MEDRANO
El tema de la cuenca del Medrano tiene, desde el punto de vista de organización e institucional, el problema de que es una cuenca compartida. Las dos terceras partes de la cuenca se desarrollan en el ámbito de la provincia de Buenos Aires y sólo una tercera parte en la Ciudad de Buenos Aires. Esto es un tema que fue analizado con detenimiento en el Plan Director. Fue tratado, desde cómo debían combinarse los trabajos, hasta qué cuestiones había que solucionar para darle viabilidad e impulso a las acciones que debían ser desarrolladas.
Si bien, el Ing. Mauriño no intervino en las obras del Medrano, sí lo hizo en otras cuencas y es por eso que pudo dar su punto de vista sobre la problemática. “Esta cuenca tiene 1.800 hectáreas en Capital Federal y con afectaciones importantes. El Plan Director, después de analizar, comparar alternativas y efectuar el diagnóstico, llegó a la conclusión de que había que hacer una obra de alivio en el emisario principal y adecuar el cuenco regulador de Villa Martelli, para evitar las crecidas allí. Además, conectar los conductos pluviales secundarios y reforzarlos. Esto es necesario porque la Ciudad ha crecido demasiado”, sostuvo.
Seguidamente indicó que el esquema del Medrano es muy similar al del Vega, ya que no deriva del emisario principal, sino de la red de conductos pluviales secundarios. En este sentido aseguró que “generar solamente un túnel aliviador no alcanza para lograr un impacto definitivo. Esto se logra con la incorporación de refuerzos de la red de conductos pluviales secundarios y del ingreso al túnel”.
Por último, remarcó que “las obras previstas en el Plan Director requieren que todos los refuerzos de los conductos pluviales secundarios se realicen en forma paralela a los existentes. De esa manera, se minimiza la interferencia”.
LOS EFECTOS DEL AGUA
Los especialistas del Gobierno de la Ciudad explicaron el comportamiento del agua caída el pasado 2 de abril en el arroyo Medrano. “A las seis de la mañana, se superó el límite de la cuenca. Toda la parte de provincia ya estaba inundada. Luego comenzó a sobrepasar la General Paz y terminó inundando a toda el área próxima de la Ciudad de Buenos Aires.
Por su parte, Mauriño expresó que “la planificación no puede estar sujeta a vaivenes, tiene que estar fundada. Tuvimos un equipo de especialistas durante cuatro años analizando variantes, alternativas y discutiendo con la comunidad, el Banco, el Gobierno Nacional y la Ciudad. Aunque parece difícil que aparezcan variantes en estos esquemas, porque existió un equipo de trabajo que planificó cada paso, eso ocurrió. Por eso, me parece que la planificación es desarrollar algo, no dejarlo estancado. Tenemos muchos ejemplos en este país, uno de ellos es el del entubamiento original del arroyo Maldonado, dónde en su momento no se ejecutó completamente lo que estaba planificado”.
“En la actualidad hay una tarea que está realizando la Dirección General de Infraestructura con relación al modelo infoworks. Se están revisando algunas conexiones, porque aparece información que, en su momento, no tuvimos en nuestro poder y esto produce modificaciones”, refutó.
Por otro lado, sostuvo que “existe un nuevo enfoque del problema a nivel mundial. Tiene que ver con un cambio filosófico en la mirada sobre las aguas que precipitan en los núcleos urbanos”.
Por último, aclaró que “el Plan Director, como todo estudio hidráulico, se basó en el estudio de cuencas, independientemente de sus divisiones políticas. Esto es una cuestión integral. Luego, el desarrollo de las obras, principalmente de las medidas estructurales, estuvo orientado a las porciones de la Capital Federal”.
Para finalizar añadió, “si uno revisa la estadística del Plan Director, para tres horas de duración, una lluvia de 100 años de recurrencia, da 123 mm. El 2 de abril cayeron 185 mm. Quiere decir que ni esta obra ni ninguna otra ciudad en el mundo están protegidas con desagües pluviales con medidas estructurales para una recurrencia de ese orden”.
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS PREVIO
Dentro de la Jornada de discusión sobre la situación de los arroyos en la Ciudad de Buenos Aires y sus obras correspondientes, se debatió sobre la jerarquía que tienen las investigaciones anteriores, tanto de las medidas estructurales como de las no estructurales. Algunas de las inquietudes de los presentes fueron:
* “El análisis de las altas cuencas, en cualquier trabajo que uno realice, es lo primero que se tiene que hacer. Por eso, sería muy importante conocer qué medidas estructurales y no estructurales y qué plazos tienen previstos los responsables de las altas cuencas”.
* “El cambio de filosofía a nivel mundial, en cuanto a la forma de ver las políticas de manejo de agua, tiene que ver con tratar de mantenerla dónde cae, el mayor tiempo posible, no dejarla escurrir y hacer una gran obra al final, sino tratar de hacer pequeñas construcciones que resuelvan los problemas lo más posible aguas arriba. De esa manera, se puede lograr un manejo del agua de forma más eficiente y económico. En ese sentido, me parece fundamental el diálogo con los técnicos de la provincia de Buenos Aires porque es necesario el trabajo en conjunto. No podemos traer toda el agua a Buenos Aires y pretender resolverlo desde la parte baja”.
MEDIDAS NO ESTRUCTURALES
El director general de Obras de Infraestructura de la Ciudad de Buenos Aires, Ing. Daniel Capdevila, expuso sobre la importancia de las medidas no estructurales a los fines de mitigar las inundaciones en la Capital.
“Cuando hablamos de inundaciones, hay que hablar del riesgo hídrico, y esto no es otra cosa que el peligro de los eventos versus la vulnerabilidad. Es decir, para entender cómo mitigar el riesgo, lo primero que tenemos que entender son los niveles de tormenta y la vulnerabilidad que presentamos por vivir en cuencas inundables”, comenzó.
El plan, como está estructurado, incluye medidas estructurales y no estructurales para mitigar las debilidades. Dentro de las no estructurales se encuentra la política, la concientización, el desarrollo del conocimiento y las reglas de convivencia.
Pero “lo primero es la educación. Hay que entender dónde vivimos. Para eso estamos trabajando con especialistas en el tema para llevar una propuesta desde el nivel primario”, aclaró.
Las medidas no estructurales incluyen la red de monitoreo hidro meteorológica, el manejo del riesgo, planes de contingencia, normas de planeamiento para espacios verdes y arbolados públicos.
Por su parte, el director general de Planeamiento de la Ciudad de Buenos Aires, Fernando Álvarez de Celis, enfatizó las políticas del área y la inclusión de las cuencas en el modelo territorial de la Ciudad de Buenos Aires para llevar a una legislación que contemple dos proyectos elevados a la Legislatura: “la de captación de aguas de lluvia y la de techos verdes, como medidas no estructurales muy significativas. El modelo territorial permite identificar las zonas más vulnerables para desarrollar nuevas medidas de planificación” y expresó que las medidas no estructurales, en lo que tienen que ver con la normativa urbana, “por primera vez se incorporan las cuencas dentro de la planificación”. Precisó que desde mitad del siglo XX, todo lo que es planificación urbana de la Ciudad de Buenos Aires, no tuvo en cuenta la cuestión hídrica. Se creía que la planificación tenía que ver con el desarrollo de la construcción o con una cuestión física, y no se incorporaba la cuestión hidráulica.
“Una de las cuestiones que planificamos nosotros, tienen que ver con la inversión de medidas estructurales, como los túneles y canales, pero además con todo lo que está relacionado con la legislación y los planes urbanísticos”, comunicó.
Por último, resaltó que “tenemos la cuestión de la densidad edilicia de la Ciudad de Buenos Aires y su vinculación con los espacios verdes. Hay que lograr una compensación entre ambas y en aquellas zonas de mayor riesgo hídrico debe existir un mayor compromiso de captación”.
UNA NUEVA VISIÓN FILOSÓFICA
Luego de trabajar sobre las medidas estructurales y no estructurales que hay que llevar a cabo en la Ciudad, distintos expositores plantearon la discusión sobre un cambio de visión en la problemática.
“Vamos a tratar de dar un enfoque un poco distinto de lo que estamos acostumbrados. Tenemos que empezar a analizar los cambios climáticos. Somos ingenieros y debemos captar la realidad. Los eventos están ahí para que nosotros los analicemos y tomemos decisiones respecto a lo que estamos observando”, comenzó uno de los disertantes.
“Tenemos un problema: la falta de datos certeros en la parte de medición hidro meteorológica. El Servicio Meteorológico Nacional, el día 30 de marzo, emitió un alerta de 48 horas para el área de Buenos Aires. Estamos en la misma situación de la alarma del auto en la calle, todo el tiempo emiten una alerta, entonces ¿cuáles son sus consecuencias? Eso es lo que tenemos que empezar a analizar y a cambiar en nuestra mentalidad y enfoque”, continuó.
“Todos tenemos que asumir las responsabilidades. No alcanza a caer la última gota que ya estamos buscando a los culpables. Estamos pensando siempre que es un problema del otro. Todo el tiempo pensamos en sacar el agua de la ciudad para que provoque el menor daño. La realidad es que tenemos un bolsillo corto, los bancos que no nos dan créditos y las obras están indicando que debemos hacer un cambio en la mentalidad y en cómo resolver el problema”, resumió.
Desde el Gobierno de la Ciudad, se hizo hincapié en la importancia de un cambio de filosofía. “Estamos tomando medidas que vienen por recomendación de ciudades europeas, sobre cómo tratar el agua residual por su propia red, con una planta de tratamiento. Tenemos que tratar, en la medida que sea posible, de tener el agua en el lugar dónde cae. Hay que lograr que esa agua captada se infiltre naturalmente en el terreno hacia las napas. Otra posibilidad es retenerlas para luego reutilizarla o mandarla al sistema fluvial”.
Para finalizar, se concluyó que “esta no es la única solución, simplemente es algo complementario para ayudar a que el sistema fluvial no rebalse. Son soluciones modernas que se enfrentan a los sistemas tradicionales. Hoy contamos con nuevas tecnologías, que son muy sencillas de instalar, en poco tiempo y con un costo económico mucho más bajo”.
CONCLUSIONES
Es positiva la redefinición y la actualización del diseño del proyecto del arroyo Vega para ejecutarlo en su mayor parte con tuneladora.
Fue generalizada la opinión de la necesidad de trabajo conjunto de todas las jurisdicciones de la cuenca del arroyo Medrano: Nación, Ciudad, Provincia y Municipios, sin intereses partidarios de por medio.
Este arroyo requiere una obra de alivio del emisario principal, la necesidad de ampliar el cuenco regulador de Villa Martelli, el agregado de otros reservorios , estudiar la alternativa de un emisario directamente desde la provincia al río, conectar los pluviales secundarios y reforzarlos, así como instalar nuevos sumideros.
Las medidas no estructurales, que son una ayuda imprescindible, deben extenderse también al territorio provincial si se quiere disminuir las inversiones y que los efectos se hagan sentir también en la Ciudad.
FALTA DE INVERSIÓN
El cierre de la jornada estuvo a cargo del jefe porteño, Mauricio Macri, quien resaltó el agradecimiento por los aportes generados de todos los presentes. “Obviamente este es un tema muy complejo y que surge a la luz debido a la fatalidad ocurrida. Claramente, tenemos un servicio de meteorología que da alertas que no sirven. El servicio de emergencias de la Ciudad de Buenos Aires hoy funciona pero para una escala menor. Estamos muy lejos de decir que tenemos un sistema de repuesta frente a un hecho tan grande”, especificó.
Para cerrar dijo que “el problema de fondo que persiste es la asignación de recursos. Como son obras que no se ven, nadie quiere poner un peso. En la actualidad no se respetan los presupuestos para distintos tipos de obras, especialmente de este tipo. Es una batalla que estamos perdiendo, porque sí vemos como crece el dinero destinado a otras áreas”.
Centro Argentino de Ingenieros
Es una asociación civil sin fines de lucro que reúne a estudiantes, profesionales, empresas, entidades y organizaciones interesadas en resaltar la importancia estratégica de la ingeniería en la sociedad. Pone de manifiesto la necesaria colaboración y aporte de la ingeniería para la planificación y ejecución de acciones que impulsen el desarrollo sustentable del país, a fin que la sociedad aprecie su accionar en todos los elementos de la vida diaria.