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BRASIL TENDRÁ LA TERCER PLANTA HIDROELÉCTRICA MÁS GRANDE DEL MUNDO

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EDITORIAL

Estará ubicada en el municipio de Vitória do Xingu en la región de Altamira, Pará. Se estima que la primer etapa estará en funcionamiento en 2015.
Se trata de un proyecto de estructuración para la política nacional de expansión de la generación de energía eléctrica, trayendo una importante contribución para que la energía esté disponible para la sociedad en los próximos años y satisfaga el requisito de tarifas moderadas y seguridad energética.

El sistema eléctrico brasileño es atendido principalmente por la generación hidroeléctrica complementado con fuentes de energía térmica y alternativas, entre las que se destacan la eólica y pequeñas centrales hidroeléctricas a partir de la biomasa. Teniendo en cuenta todas las fuentes de energía disponibles para la generación de electricidad, la energía hidroeléctrica es la que ofrece las condiciones más favorables para hacer frente al crecimiento socio-económico previsto para los próximos años en términos de costo (competitividad económica), viabilidad ambiental, índice de emisiones de gases de efecto invernadero y la confiabilidad en el suministro.
La demanda de energía está aumentando a pasos agigantados en Brasil, gracias al crecimiento económico sostenido en el consumo residencial, comercial e industrial. El consumo de electricidad creció un 7,8% en 2010 comparado con 2009, y debería alcanzar la cifra de 829,5 TWh en 2019 (en 2009 fue de 419 TWh), como se indica en el Plan Decenal de Expansión de Energía 2019.
No es posible disociar el crecimiento económico y la calidad de vida del mayor consumo de electricidad, que exigirá el ingreso de alrededor de 71,3 GW en la capacidad instalada en Brasil entre 2009 y 2019 procedentes de diversas fuentes. Este compromiso que será pedido al sector eléctrico, apoyará el crecimiento económico sustentable, en promedio, 5,2% por año.
La construcción de la Planta Hidroeléctrica de Belo Monte se inserta, en este contexto, en la necesidad de aprovechar el valioso potencial hidroeléctrico que ofrece el río Xingu, permitiendo convertir esa riqueza natural en un instrumento para el desarrollo de la región y del país en su conjunto.
El proyecto, localizado en el río Xingu, estado de Pará, tendrá una capacidad instalada total de 11.233,1 MW y se estima que entre en operación la primera unidad en 2015. La aplicación de la planta sumará 4.571 MW de energía al sistema eléctrico brasileño, energía suficiente para abastecer el 40% del consumo residencial en todo el país. Se trata de un proyecto de estructuración para la política nacional de expansión de la generación de energía eléctrica, trayendo una importante contribución para que la energía esté disponible para la sociedad en los próximos años y satisfaga el requisito de tarifas moderadas y seguridad energética.
Belo Monte ofrece la alternativa de generación de energía eléctrica más económica en comparación con cualquier otra fuente de energía disponible en el país. La misma cantidad de energía, 4.571 MW en promedio, tendría un costo 73% más que si se producen en pequeñas centrales hidroeléctricas, y aún más si se han generado a partir de biomasa, gas natural, energía eólica o nuclear. Teniendo en cuenta la energía solar, el costo llegaría a más de seis veces el valor contratado.

La planta del Río Xingu
La planta hidroeléctrica de Belo Monte traerá desarrollo a la región de Altamira (Pará-Belem) y a los municipios vecinos. Además, mejorará las condiciones de vida de 4.500 familias que viven linderas al río Xingu.
Fue diseñada para generar un pico máximo de energía cercano a los 11.000 MW de potencia, y un promedio de 4.000. Es una presa hidroeléctrica de goteo, es decir, cuando el flujo es pequeño genera menos energía; y no tiene los grandes depósitos de reserva, como la de Itaipú, por ejemplo.
Un proyecto como este exige la realización de varios estudios que acrediten su viabilidad. La empresa Norte Energía, responsable del desarrollo de la obra, no escatimó en este sentido. Llevo a cabo estudios hidroeléctricos del río Xingu, promovió la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA/RIMA), realizó estudios antropológicos de los pueblos indígenas y una Evaluación Ambiental Integrada (AAI).
Para discutir la construcción de la usina, entre 2007 y 2010 se celebraron 12 audiencias públicas; diez talleres con la comunidad que vive en el área del emprendimiento; foros técnicos en Belém y en el Xingu; visitas a más de 4.000 familias; cuatro audiencias públicas del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA), con más de 6.000 personas; y 30 reuniones de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) en las aldeas con la participación de funcionarios de Centrales Eléctricas del norte de Brasil (Eletronorte). El 70% de la energía de la planta hidroeléctrica se destinará para al mercado cautivo y distribuidores, 10% para el productor y el 20% para el mercado. Las industrias no recibirán la energía subsidiada.

La más grande de Brasil
La concesión para la construcción de la presa en el municipio de Vitória do Xingu, fue otorgada a la empresa Norte Energía por un período de 35 años.
La compañía, compuesta por empresas estatales, privadas, fondos de pensión, fondos de inversión y consumidores, firmará los contratos para la venta de energía eléctrica en un entorno regulado, con las concesionarias de distribución por el monto de 35.000 millones de dòlares para el suministro de 795.000 MWh.
Para explotar el potencial hidroeléctrico, la empresa pagará por la utilización de los bienes públicos, un valor anual de 9.4 millones de dólares, además de 113 millones abonados al Estado de Pará y a los municipios afectados, relativos a la compensación financiera por el uso de los recursos hídricos.
Se estima que se iniciará la operación el 31 de diciembre de 2014 o los primeros días del 2015 y la comercialización del servicio en febrero de 2015. Belo Monte será la mayor represa hidroeléctrica en Brasil y la tercera más grande del mundo. Según el Ministerio de Minas y Energía, su construcción creará unos 20.000 empleos directos.
Tendrá una capacidad instalada de 11.233,1 MW de potencia, una generación anual prevista de 38.790.156 MWh y un depósito con una superficie de 516 km2. La finalización del proyecto está prevista para 10 años, con la puesta en marcha del quinto año del inicio de la obra.
Para que coincidan los intereses energéticos con la sostenibilidad ambiental, el área inundada se redujo. La planta tiene una reserva menor en relación con el proyecto inicial y la zona de inundación ha disminuido en un 60%. Mientras que el promedio nacional de las zonas inundadas por las plantas de energía hidroeléctrica es de 0,49 km2 por MW instalado, Belo Monte tendrá un impacto de 0,04 km2.

Integración
El proyecto integra el Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC), que es una prioridad del gobierno federal. Su entrada en acción proporcionará una mayor oferta de energía y más seguridad para el Sistema Interconectado Nacional (SIN), con un mejor uso de las diferencias hidrológicas de inundaciones y sequías en varias regiones del país.
La obra no tiene exención de impuestos distintos de los concedidos a otras usinas o a cualquier emprendimiento del PAC o los ubicados en el área de actividad de la Superintendencia para el Desarrollo de la Amazonia (SUDAM).
La licencia previa de Belo Monte fue concedida por el IBAMA el 1º de febrero de 2010, teniendo como uno de los requisitos la realización de audiencias públicas, con la participación de unas 5.000 personas. Esta licencia exige el cumplimiento de un conjunto de restricciones dentro de los plazos estipulados. Además, con el propósito de obtener la licencia de instalación, una serie de planes socioambientales deben ser detallados y dejar constancia en el Informe Ambiental del Proyecto Básico.
Los beneficios del proyecto trascienden a la implementación de una fuente de generación de energía renovable y económica para satisfacer las necesidades del Estado de Pará, de la región norte y de Brasil. Al igual que otros desarrollos hidroeléctricos, hay beneficios asociados a la preservación ambiental de las áreas de la cuenca hidrográfica, y el aumento en los indicadores de desarrollo humano en los municipios involucrados. Así, además de su integración regional, el proyecto Belo Monte pretende aprovechar el contexto del desarrollo regional.
Sólo a modo de compensación financiera por el uso de los recursos hídricos, más conocido como regalías, la Planta Hidroeléctrica contribuirá anualmente  con aproximadamente 80 millones de dólares, siendo la mitad para el Estado de Pará y la otra parte para los municipios afectados por el proyecto.
Además, integra el Plan de Desarrollo Regional Sustentable (PDRS) del Xingu, que forma parte de la colaboración entre el Gobierno Federal y el Gobierno del Estado de Pará, con el objetivo de promover el desarrollo sustentable en la región con enfoque en la mejora de la calidad de vida de los diferentes segmentos sociales, a partir de una gestión democrática, participativa y territorializada.

Respeto a las comunidades indígenas
La obra no tendrá un impacto directo sobre las tierras indígenas, por lo que no está previsto el desalojo de sus habitantes. Solamente habrá algunas mudanzas en el área de la Volta Grande del Xingu, pero el hidrograma propuesto por el impacto ambiental de la obra asegura las condiciones adecuadas para mantener el estilo de vida de las tribus Juruna y Arara, que habitan en la zona conocida como Volta Grande del Xingu.
Los estudios de impacto examinaron qué es lo importante para la vida de las personas y mantener sus actividades, y cómo se puede reducir o compensar el impacto. Los habitantes de las tierras indígenas que están cerca del proyecto (Paquiçamba, Arara de la Volta Grande, Trincheira, Bacajá y Juruna), cerca de 240 personas, no verán afectadas sus tierras.
El éxito de la acción tomada en el trato con las comunidades Waimiri-Atroari y Parakanã, a través de Eletrobras/Eltronorte en asociación con la FUNAI, es el modelo que inspira el trabajo de Norte Energía para la implementación de la planta hidroeléctrica.
El presidente de Norte Energía, Ing. Carlos Nascimento, señaló que la empresa tiene pleno respeto a las comunidades indígenas, así como por las comunidades tradicionales. \»Eletronorte, por ejemplo, tiene una amplia cartera de acciones exitosas en la relación con los pueblos indígenas\»,prueba de ello es el acuerdo con la FUNAI para atender a los Waimiri-Atroari. El mismo cuidado que tiene la empresa en relación con otras comunidades.
Hace 20 años, cuando el programa fue implementado, la comunidad tenía sólo 374 personas en riesgo de extinción. Con acciones integradas en las áreas de administración, salud, educación y medio ambiente, y el apoyo a la producción, la documentación y la memoria, el programa es considerado un modelo mundial y promueve la recuperación de esa población, que hoy asciende a 1.285 indígenas, un crecimiento promedio de 5,5% anual.

Línea del tiempo
La posibilidad de la construcción de presas hidroeléctricas en la cuenca del río Xingú comenzó a ser analizada en la década de 1970. Los estudios fueron iniciados por Eletronorte y posteriormente trasladado a Centrales Eléctricas Brasileñas (Eletrobrás), junto con las empresas constructoras Camargo Correa , Andrade Gutierrez, y Norberto Odebrecht.
Las acciones se desarrollaron de acuerdo con el siguiente cronograma;
* 1975: Inicio de los estudios para el aprovechamiento hidroeléctrico de la cuenca del río Xingu.
* 1980: Conclusión de los estudios de inventario y principios de los estudios de viabilidad técnica de la usina hidroeléctrica Kararaô (primer nombre propuesto para la planta).
* 1988: El 2 de agosto se aprueban los estudios de inventario del río Xingu. El 30 de agosto se autoriza a Eletronorte a realizar estudios de viabilidad para la usina de Belo Monte.
* 1989: Conclusión de los primeros estudios de factibilidad.
* 1994: Revisión de los estudios de viabilidad con disminución del área inundada y no inundada de las tierras indígenas.
* 1998: Eletrobrás pide a la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL) autorización para realizar, junto con Eletronorte, nuevos estudios de viabilidad.
* 2000: En diciembre ambas empresas firman un acuerdo para la conclusión conjunta de los estudios de viabilidad técnico-económico y ambiental de la usina hidroeléctrica de Belo Monte.
* 2002: Los estudios son presentados a ANEEL, pero no se completó por la decisión judicial.
* 2005: En julio el Congreso Nacional autorizó a Eletrobrás a completar los estudios por medio de un decreto legislativo.
En agosto Eletrobrás y las constructoras Andrade Gutierrez, Norberto Odebrecht y Camargo Correa firmaron un acuerdo de cooperación técnica para la culminación de los estudios de viabilidad técnica, económica, social y ambiental.
* 2006: En enero Eletrobrás solicita a IBAMA la apertura del proceso de licitación ambiental previo. Comienza a realizarse el Estudio de Impacto Ambiental.
En marzo IBAMA realiza la primera inspección técnica en el área del proyecto.
* 2007: En Agosto IBAMA lleva a cabo visitas técnicas y realiza reuniones públicas en los municipios de Altamira y Victoria del Xingu para discutir los términos de referencia para el EIA.
* 2008: En julio el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE) afirma que el potencial hidroeléctrico a ser explorado en el río Xingu será la AHE Belo Monte. La ANEEL aprueba la actualización del inventario.
En noviembre IBAMA ejecuta nuevas inspecciones técnicas en el área del proyecto.
* 2009: En febrero Eletrobrás entrega la versión preliminar del EIA/RIMA. En marzo solicita la licencia previa. Un mes después IBAMA lleva a cabo una nueva inspección técnica en el área. En septiembre el CNPE publica la ordenanza que indica que el diseño de la Planta es una prioridad para la licitación y su implementación. En noviembre la ANEEL pone en audiencia pública el proyecto.
* 2010: Se aprobaran los estudios de viabilidad, los costos para la usina, y se decidió el grupo de empresas responsables para el desarrollo de la tercera hidroeléctrica más grande del mundo: Norte Energia.
* 2011: el 1º de junio fue concedida la licencia de instalación de la Planta hidroeléctrica Belo Monte.

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