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Adaptación al cambio climático

Entrevista a la Dra. Soledad Aguilar, directora nacional de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
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Apenas unos días atrás finalizamos el V Congreso de Caminos Rurales, en la ciudad de Paraná, un interesante programa por dos días exponiendo todas las alternativas de gestión, soluciones concretas

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-¿Qué es lo que está haciendo el país para prevenir el cambio climático?
Dra. Soledad Aguilar: Nosotros lo llamamos mitigar, que es reducir el efecto. Pero el tema es que nuestro porcentaje en las emisiones globales es del 0,7%; o sea que el esfuerzo de mitigación que hagamos no resuelve el problema. El otro componente es adaptarse. Por eso, hablamos de mitigación y adaptación. El esfuerzo de mitigación es un esfuerzo global donde los grandes jugadores son los países más desarrollados, en particular China y Estados Unidos. Son ellos los que realmente pueden torcer el sentido de hacia dónde está yendo el fenómeno; el resto podemos acompañar con esfuerzos.

-¿De qué se trata el esfuerzo de adaptación?
S.A.: Es un esfuerzo muy importante para un país como el nuestro. Entonces, estamos empezando a trabajar fuerte en adaptación que está muy relacionado con desarrollo. En realidad, las vulnerabilidades tienen que ver con tres factores: exposición, vulnerabilidad y la amenaza en sí misma.

-¿Qué significan cada una de ellas?
S.A.: La exposición es dónde estás situado. Ejemplo: si estás ubicado en el ojo del huracán o si estás en la costa. La vulnerabilidad tiene que ver con el desarrollo socioeconómico. A mayor vulnerabilidad, mayor impacto. Ejemplo: no es lo mismo cuando un huracán pega en Puerto Rico que en Miami. La exposición es la misma, pero lo que varía es la vulnerabilidad. Es un componente muy importante, totalmente ligado con el tema del desarrollo. Entonces ahí es cuando se mezcla mucho la agenda del cambio climático con la agenda del desarrollo en general que tiene que ver con infraestructura, caminos, sistema eléctrico, etc. El desarrollo de la infraestructura tiene que ver con ambos, con la exposición y la vulnerabilidad. Y el último, la amenaza en sí misma, es el fenómeno en sí. Ejemplo: el huracán, la suba de la temperatura, la sequía. Como no te informa en sí mismo cuánto te va a afectar, se relaciona directamente con tu exposición y vulnerabilidad social. Esos son los tres ejes sobre los que hay que trabajar.

-¿Cómo se relacionan estos tres componentes con la infraestructura?
S.A.: Muchas veces se dice que “sobre la amenaza no hay mucho por hacer, salvo que seas China o Estados Unidos que pueden reducir sus emisiones y cambiar la aguja en cuanto a los fenómenos”. Pero en países como el nuestro debemos trabajar sobre la exposición y la vulnerabilidad. Y la infraestructura tiene que ver con ambas, porque sirven para mejorar las condiciones de desarrollo, como el acceso al agua, los caminos rurales, economías productivas y regionales.
Entonces, nosotros tenemos unos mapas de riesgos donde podés ver por zona donde van a existir cambios según las mayores precipitaciones en los próximos años. Entonces, próximos años es un horizonte temporal largo, pero ya te marca una tendencia. Eso, de alguna manera, te dice “esta gente va a estar más expuesta”, entonces si vas a construir un camino y lo estás pensando para que te dure 30 años ya hoy lo tenés que construir de manera diferente. Y ese es el trabajo que nosotros estamos tratando de empujar con los demás ministerios a través del Gabinete Nacional de Cambio Climático. Debemos comenzar con la adaptación de la energía, el transporte, el agro, etc. En cada uno de los otros ministerios tienen que empezar a pensar en cómo van a adaptar sus sistemas en todo lo que tenga que ver en construcción de infraestructura.
Un ejemplo de esto son las vías férreas. En estos momentos están realizando la reconstrucción del ferrocarril, pero estos fueron diseñados hace 200 años, donde las condiciones no eran las mismas que hoy. Entonces hay que ver con qué nos encontramos. Algunos de los lugares de la trama van a estar bien, pero otros van a requerir cambios.
Ese es nuestro trabajo, que muchas veces pasa como invisible, porque se realiza en conjunto con los otros ministerios.

-El tema de los caminos rurales y el agua es muy importante.
S.A.: Es un gran desafío. Nosotros ponemos la información online, pero no alcanza con eso. Porque hay que saber cómo buscarla y utilizarla. Entonces, el trabajo que estamos haciendo es ese. Y empezamos con los ministerios y provincias porque son nuestra vía de entrada. La idea es llegar a todos los municipios. Estamos armando manuales de análisis de riesgo para este tipo de fenómenos. Intentamos empezar a construir distintas herramientas que puedan estar online para que cada municipio que está planeando una obra pueda entrar y ver el instructivo para hacer el análisis de riesgo. Es un trabajo que empezó con este gobierno, no se había hecho antes porque no se trabajaba este tema.

-¿Ustedes comenzaron desde cero?
S.A.: Para ser honesta desde cero no porque estaba la comunicación nacional que es una fuente muy importante de información y sobre eso hicimos los mapas de riesgo. La información estaba, pero nadie la leía. Entonces, lo que hicimos fue convertir esa información, que se publicó en el 2015, en un mapa de riesgo visual y online que cualquiera puede consultar. Arrancamos con alguna información que había y ahora estamos haciendo un relevamiento de la información que falta para volver a hacer una segunda tanda de estudios grandes. Porque a medida que uno comienza a utilizarla empieza a surgir todo lo que falta y el cruce entre variables. Van surgiendo las necesidades. Y sobre eso vamos planteando el trabajo para adelante. Es un trabajo enorme. Pero tratamos de ir resolviendo prioridades. Por ejemplo, uno de los efectos del cambio climático más preocupante hoy para lo que es la producción, son las inundaciones. Entonces nos enfocamos en eso. Y tratamos de generar un manual para todas las infraestructuras, para ver cómo pueden adaptarse a lo que ya saben hacer los ingenieros; que es mirar 100 para atrás y agregar mirar 100 años para adelante. Eso no se enseña en la facultad. No lo saben hacer. Entonces, hay que armar un manual para poder explicar cómo se hace esta proyección a futuro o de dónde se pueden tomar los datos para aplicarla a los análisis de riesgo y en el diseño de las grandes obras.

¿Ese manual saldría de esta Secretaría?
S.A.: La idea es armarlo nosotros, en la dirección durante este año y publicarlo. La idea es que se comparta e interrelacione la información con otras instituciones. Incluso, dentro de esta Secretaría, la Dirección de Impacto está trabajando en sus propios manuales.
La adaptación es la parte que más nos interesa enfatizar, porque la parte de las emisiones es más intuitiva, la gente la tiene como más incorporada. En cambio, la parte de adaptación es como un terreno donde hay que empezar a pasar el mensaje con más fuerza y nos tenemos que adaptar a lo que no sabemos que va a venir. Entonces, esto para un ingeniero es muy complejo. Pero bueno, es parte del desafío y parte de la gestión que estamos llevando a cabo.
Tener una gestión adaptativa es muy importante como también es tener un sistema donde, ese camino que se planificó hoy dentro de 10 años, se puedan rever las proyecciones de precipitaciones y uno pueda consolidar cierto lugar y mejorar. Lo más importante de la gestión adaptativa es son procesos dinámicos e inciertos. Entonces, los modelos climáticos nos dan una tendencia, pero después con el tiempo, regularmente cada 5 o 10 años, hay que volver a revaluar la tendencia y hacer los arreglos necesarios. Eso es muy importante incorporarlo cuando se hace una obra dentro de lo que es la gestión ambiental de la misma.

-¿Están contempladas ampliar las estaciones meteorológicas?
S.A.: Es una combinación. Las tecnologías siempre son infinitas y este es un país muy grande. Siempre se pueden mejorar. Lo que hoy sabemos desde esta oficina es que tenemos el conocimiento para hacer un montón de cosas. Y la mejora tecnológica es necesaria, aunque no es competencia necesaria de este ministerio, porque es el Servicio Meteorológico el que compra y si les preguntás a los científicos, siempre quieren más estaciones. Pero también, lo que decimos, es que el impacto de estos fenómenos es tan grande que no es que no te vas a dar cuenta que te vas a inundar en Santa Fe. Entonces se puede invertir en planificación territorial. Porque hay un montón de conocimiento que ya tenemos y muchas cosas por hacer al respecto. Es infinito el trabajo.
En realidad, cuando hablamos de planificación territorial, hay que hacer una mirada estratégica sobre todo, porque un solo canal no te va a causar problemas, pero 200 canales si. Y cada uno va a mirar el propio. Y esa mirada estratégica, en general, no está muy establecida. Eso se relaciona con hacer estudios ambientales estratégicos necesarios que nosotros estamos promoviendo desde este ministerio. Estamos tratando de reducir todas esas medidas que son individuales, en un Plan Sectorial para cada uno de los sectores. Ya hicimos el plan de transporte, energía y bosques, donde ya consolidamos todas las medidas, las evaluamos en conjunto, y establecimos una hoja de ruta. Ahora nos faltan terminan tres: agro, industria e infraestructura. Con todos esos planes, la idea es poder armar un Plan Nacional de Mitigación y Adaptación que se sería la consolidación de todos esos planes. Sería nuestra hoja de ruta hacia el año 2030.