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Centro de gestión de movilidad de Montevideo, Uruguay

El CGM es la implementación de Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) aplicados a la administración, gestión y control del tránsito y del transporte de la ciudad, actuando en tiempo real. Revista Vial entrevistó a su director, Ing. Boris Goloubintseff.
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EDITORIAL

La creación del Centro atiende a la nueva realidad vial de Montevideo, en donde el crecimiento del parque automotor y el aumento de siniestros demandan soluciones eficaces y precisas en lo que respecta a la movilidad. Con su instalación se puede obtener información, en tiempo real, del flujo y estado del tránsito, lo que permite informar a la población, en el momento que suceda, sobre el estado vial actual y las situaciones que pudieran darse tales como desvíos, choques, problemas con los semáforos, embotellamientos, etc.

Entre los objetivos del centro, se encuentran: mejorar la fluidez de la circulación y disminuir los tiempos de viaje, mejorar la seguridad vial aumentando la capacidad de control y aumentar la información a los ciudadanos en tiempo real.

¿Qué es el Centro de Gestión de Movilidad?

Ing. Boris Goloubintseff: Es la creación de un centro de control del funcionamiento del tránsito y del transporte en tiempo real con la implementación de Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) de última generación. Sus principales objetivos son mejorar la fluidez de circulación, sobre todo en las horas pico donde se complicó mucho el tránsito en Montevideo por el aumento del parque automotriz; disminuir los tiempos de viaje y mejorar la seguridad vial, aumentando simultáneamente la capacidad de control trabajando en conjunto con nuestros inspectores de tránsito, con el servicio de vigilancia y con la incorporación de equipamiento de control de fiscalización electrónico. Se apunta a aumentar la información para nuestros ciudadanos en tiempo real a través de herramientas de comunicación directa como teléfonos, cuentas en redes sociales, paneles de mensajería variables, etc.

¿Desde cuándo funciona en Montevideo?

B.G.: En enero de este año se hizo el primer lanzamiento y se comenzó a operar a fines de mayo aproximadamente. Esto es un proceso secuencial. Ahora estamos en una primera etapa donde empezamos a trabajar en tiempo real con la elaboración de planes y recolección de datos. Este primer periodo, que culmina a fines de octubre, comprende la creación del centro, la incorporación de todas las herramientas informáticas necesarias y la centralización de 165 intervenciones semaforizadas de Montevideo, el 26% de las existentes.

¿Qué alcance tiene esta primera etapa?

B.G.: El alcance real de este periodo es: 175 cruces semaforizados centralizados, 55 cámaras para monitoreo de tránsito, 15 equipos para control de luz roja y velocidad en 30 puntos, 165 cámaras para conteo y clasificación vehicular, 35 sensores inalámbricos (bluetooth y wifi) y 4 paneles de mensajería variable. Todo eso forma un combo de equipamiento que se está instalando en una nueva dependencia que se creó aquí, donde funciona una sala de monitoreo, otra de trabajo de ingeniería en tiempo diferido y donde trabaja toda un área de vigilancia asociada a la sala de monitoreo que nos permite estar en contacto permanente con el cuerpo inspectivo que está en la calle. Así podemos tomar medidas adecuadas a partir de la información que vamos recabando y damos respuestas a los problemas que surgen.

¿Tomaron como referencia a alguna ciudad del mundo para crear este Centro de Gestión?

B.G.: Algunos de los integrantes el equipo técnico de la intendencia, que vinieron trabajando en esto desde el año 2014, tenían conocimientos adquiridos. Personalmente concurrí a congresos, seminarios, eventos de ITS y realicé visitas técnicas para recolectar información. A partir de allí, armamos el pliego licitatorio donde se hizo una especie de data room con las empresas interesadas. Entonces, se escuchó a todas las empresas que tenían interés de participar en un proyecto de estas características en Montevideo y vinieron algunas empresas locales y extranjeras e hicieron sus presentaciones mostrando con qué tipo de tecnología y equipamiento contaban. Con eso y el asesoramiento de un técnico extranjero que fue aportado por el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), elaboramos los términos y condiciones que necesitábamos para nuestra ciudad. Puntualmente, en lo que sí nos apoyamos mucho en el último tramo, fue en la experiencia en la ciudad de Rosario, muy parecida a Montevideo en cuanto a cantidad de habitantes, vehículos rodantes y semáforos. Entonces hicimos un buen vínculo con los técnicos del Centro de Gestión de Rosario y realizamos una visita técnica para intercambiar opiniones. Los tomamos como referencia ya que tienen varios años de experiencia trabajando en estas cosas. Ese fue el proceso y creamos algo que, por lo menos en Centroamérica, es bastante de punta, con tecnología de origen europeo.

¿Cuántas personas trabajan en el Centro?

B.G.: Es un poco variable, pero estamos en alrededor a 15/20 personas. Tenemos el equipo de operadores, pero también a los ingenieros que aporta el contratista, los inspectores de tránsito, los técnicos informáticos y a algunos ingenieros municipales. El Centro funciona las 24 horas de los 365 días del año.

¿Y recibieron alguna capacitación específica para estar al frente del Centro?

B.G: La Dirección del Centro recayó en mí por una decisión de la Intendencia, porque trabajé en todo el proceso de elaboración, del licitatorio y del estudio de ofertas. Se entendió, por lo menos para esta primera etapa, que era la persona más idónea para estar al frente del Centro y para llevar el control del contrato. Por su parte, el contratista sí tiene que cumplir con ciertas exigencias en cuanto a la capacitación de su personal. Y además, en una próxima etapa, tiene que capacitar y formar cuadros municipales de acuerdo a las exigencias que nosotros le ponemos: técnicos en operación, técnicos en mantenimiento de semáforos e ingenieros para trabajar en planificación del tránsito.

¿De cuánto fue la inversión para el equipamiento y su instalación?

B.G.: En esta primera etapa, la inversión fue de 8,5 millones de dólares, que incluye todo el suministro de equipamiento como la instalación de estas 175 intersecciones, del circuito cerrado de cámaras de video, los 165 puestos de conteo vehicular, sensores inalámbricos, 15 equipos de fiscalización electrónica, los cuatro paneles de mensajería variable, toda la obra de adecuación de un local de la Intendencia para instalar el centro, e incluye también, 24 meses más de operación y mantenimiento que se paga en cuotas mensuales, iguales y consecutivas.

¿Y cómo está financiado?

B.G.: Se financió con una parte de un préstamo que el BID le otorgó a la Intendencia como ampliación del Plan de Movilidad Urbana.

¿Cuál es la proyección para la segunda etapa?

B.G: Estamos pensando en un monitoreo del 100% del transporte público, incorporar paneles con información horaria en las paradas de mayor demanda, ampliar la cobertura geográfica de la centralización semafórica, sumar nuevas cámaras al sistema de monitoreo y sensores e incorporar nuevos paneles de mensajería variable.
Vamos a evaluar qué herramientas podemos llegar a adquirir que nos ayuden a gestionar y monitorear mejor el funcionamiento del transporte público en Montevideo y de esa manera mejorar la comunicación con los usuarios y así, desincentivar el uso del transporte particular.

¿Por qué se crea este Centro de Gestión de Movilidad? ¿Cuál era el mayor problema que tenía la ciudad de Montevideo?

B.G.: Montevideo tiene un creciente problema de aumento de los tiempos de viaje debido a la congestión, ya que en los últimos 10 años, el parque automotor empadronado se duplicó. Sin contar el 30% adicional de vehículos que están empadronados en departamentos del interior, pero que circulan por la ciudad. La mejora económica, como sucedió en muchos países de Latinoamérica, aumentó la posibilidad de la gente de tener su vehículo particular, y, por otro lado, el transporte público no presentó alternativas para hacer eficiente y atractivo su traslado. Por lo cual, eso empezó a generar situaciones de congestión, conflictos, siniestralidades y aumento de los accidentes. Lamentablemente, la infraestructura vial no crece a la velocidad que crecen estos tipos de fenómenos.

Y en estos pocos meses de implementación, ¿qué resultados obtuvieron?

B.G.: Todavía no llegamos ni a cinco meses de implementación, pero ya vemos que mejoraron algunos tiempos de viaje, que progresó la fluidez en los principales corredores y que disminuyó la velocidad individual. Si bien aún no estamos sancionando, la instalación de los equipos hicieron que la gente empiece a respetar más el límite de velocidad y de esa manera bajaron los accidentes. En el primer semestre de este año hubo una notoria disminución de los índices de siniestralidad.
Todavía nos falta trabajo para tener datos concretos, pero lo que notamos es un mayor respeto y preocupación de la gente. Se ve a través de las redes sociales, donde damos otro tipo de comunicación.

¿Cuál es la expectativa que tienen para el futuro?

B.G.: La idea es tratar de crecer geográficamente, tratar de cubrir otra parte de Montevideo. Hoy estamos trabajando en 175 intersecciones y tenemos 660; por lo tanto, nos falta bastante. Tenemos bastante para crecer todavía. La expectativa, desde el punto de vista semafórico, es ocupar por lo menos a los principales corredores. Luego seguirnos planteando objetivos a futuro que puedan ser financiables de alguna manera. Todo eso dependerá de las nuevas etapas y de decisiones políticas que se tomen en el futuro.