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Estado del puerto de Mar del Plata

Informe realizado por profesionales de la Universidad Tecnológica Nacional de Mar del Plata.
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EDITORIAL

El Puerto de Mar del Plata, el principal puerto pesquero del país, se encuentra en un estado de absoluta desidia y abandono, con más de 50 barcos hundidos, semihundidos y/o abandonados que ocupan sus muelles.
La pesca es una actividad netamente exportadora y generadora de divisas: exporta el 90% de lo que produce. Pero esa riqueza se percibe cada vez menos en Mar del Plata, la segunda ciudad del país con mayor desempleo (11,8%).
“Un puerto improductivo es una amenaza al desarrollo económico que generan las divisas del comercio exterior, y el de Mar del Plata está sufriendo pésimas administraciones desde hace años, que provocan que las cargas no salgan por el puerto que la industria pesquera tiene a escasas cuadras de sus plantas, sino que recorran 400 kilómetros hasta los puertos de Buenos Aires”, indicó Emilio Bustamante, uno de los directores de Terminal de Contenedores 2 (Tc2), la empresa que opera los buques portacontenedores en el puerto, durante una conferencia de prensa en la que presentó una auditoría que evidencia la precariedad en la que se trabaja.
En efecto, las estadísticas mostradas, con imágenes de dron a lo largo de más de un mes, muestran buques sin movimientos, hundidos y semihundidos.
Esas imágenes se cotejaron con los registros del Consejo Federal Pesquero, y se constató que hay barcos que están sin actividad, abandonados entre 10 y 20 años, provocando un creciente daño ambiental al hundirse.
“A esto se suma la desidia política. Presentamos una iniciativa privada para invertir más de 30 millones de dólares en una terminal de contenedores, para renovar parte del puerto. No sólo fue ignorada por el Consorcio Portuario (autoridad del puerto, designada por el gobierno provincial), sino que lanzaron una licitación con serias falencias técnicas”, añadió Alberto Ovejero, otro de los directores de Tc2.
Los barcos abandonados, “atados” uno al lado del otro hasta sumar un bloque de 11 buques, se mezclan con los que sí salen a pescar calamar o langostino: pero, para zarpar, deben mover “los bloques de entre 3 y 7 buques” totalmente inactivos, con los costos que supone.
“La autoridad portuaria nos dice que no hay espacio. Pero una auditoría realizada por equipos de técnicos independientes, formados en la UTN, demostró que no es así: no falta espacio, sobran buques inactivos”, amplió Bustamante.
Los documentos de la auditoría revelaron que hay espacios vitales y operativos que podrían utilizarse pero que son usados como “estacionamiento” de barcos abandonados, de barcos que tienen asiento en la Patagonia pero que amarran en Mar del Plata porque es más barato y de buques que, siendo de Mar del Plata, salen “todo el año” a pescar langostino y calamar en el sur, donde descargan, y sólo vuelven cuando termina la temporada: es decir, no descargan en Mar del Plata, sólo usan sus muelles.
“En promedio, sólo la mitad de la flota operativa del puerto descarga en Mar del Plata, el resto sólo usa los muelles y descarga en otros puertos”; indicó Ovejero, y agregó: “¿Por qué, en un puerto que tiene casi 1400 metros de muelle para operar, nos dicen que no hay espacio cuando, en realidad, lo que hay es un cementerio de buques?”.
“La pesca, como principal industria del puerto, es menos competitiva por los altos costos que genera este “cementerio de buques”, pero tiene una responsabilidad en el statu quo imperante, que impide el desarrollo del comercio exterior en contenedores”, amplió Bustamante.
A su vez, el comercio exterior de Mar del Plata y alrededores, es menos competitivo porque sin un puerto previsible, recurren al puerto de Buenos Aires (800 km en total: 400 para ir a buscar el contenedor vacío, y otros 400 devolviendo el contenedor cargado) cuando a escasos kilómetros tienen la posibilidad de operar con el mundo.
Las dos líneas navieras más importantes del mundo (Maersk y MSC) tenían buques regulares en Mar del Plata donde bajan contenedores con importación (por ejemplo, insumos para el Parque Industrial o café para Cabrales) y levantaban contenedores con exportación (productos de la pesca, alfajores Havanna o kiwis, entre otros).
Pero la imprevisibilidad, los costos y el desmanejo portuario provocaron que MSC decidiera abandonar el puerto. Así, las pymes y grandes empresas de la región ven sus costos incrementarse al tener que recurrir a Buenos Aires.