*Por Claudio Andrés Verón, especialista en Seguridad Vial y Transportes.
Responsabilidad en el tránsito
En mi función diaria como comunicador de las conductas seguras en el tránsito, a través de los diferentes medios que tengo a disposición: Radio, Revista, Televisión, Redes Sociales, brindando información a la sociedad sobre el correcto uso de la vía pública, para promover el cuidado de la vida y la salud en el entorno vial donde nos movemos cotidianamente, me ha tocado en infinitas oportunidades, anunciar sobre los hechos de tránsito con sus consecuencias fatales. Este tipo de noticias, tan frecuentes y de lamentables desenlaces, han generado en mí una ocupación más específica sobre el particular, teniendo en cuenta las reiterativas noticias informadas y la magnitud de cada una de ellas, razón por la cual comencé a desarrollar algunos análisis y trabajos investigativos para que, desde sus conclusiones, pudiera obtener ciertos y más acertados conceptos sobre lo que nos está pasando en el tránsito nuestro de cada día.
Estos trabajos fueron desarrollados con un grupo de amigos profesionales, abogados, psicólogos, ingenieros y de otras especialidades, de diferentes ámbitos, pero todos comprometidos con la seguridad en el tránsito realizando sus aportes para colaborar en la generación de un concepto que serviría para desarrollar actividades de capacitación con la idea de la inclusión de mensajes precisos y orientados hacia un transitar más humano y saludable para todos.
Independientemente de lo que se hace y de lo que se pretende hacer por parte de las autoridades responsables del tránsito y del transporte en esta región, no deja de ser importante lo que cada uno tiene en sí como misión específica, la de generar un tránsito más seguro también desde lo individual. Por ello, consideramos que la difusión de las normas de circulación a través de los medios, es un método indispensable para el desarrollo de conductas seguras en las vías y que cuánto más seamos, cuando más unidos estemos y tiremos todos para el mismo lado, sin importar color político, ni distinciones de ningún tipo, los objetivos se verán reflejados en un plazo más o menos considerable. En virtud de ellos es que nuestra intención era, desde un principio, y continúa siendo así: “llegar a todos los sectores de la sociedad proyectando un compromiso individual y colectivo que tiene como objetivo encontrar un equilibrio entre lo difícil que sería hoy revertir una situación que viene impuesta desde hace muchos años y la necesidad de construir una realidad diferente en una sociedad que necesita un cambio pero que todavía no se ha comprometido en conseguirlo.
Yo soy la sociedad
Por estas zonas, en algún aspecto, podemos decir que “tenemos un tránsito conformado con nuestras propias reglas”. Siempre hubo una ley, pero algunos hasta ni la conocen; después están los que sí, pero el problema se agrava con el porcentaje de los que la conocen, pero no la ponen en práctica por diferentes motivos, que en algunos casos terminan siendo una simple excusa. De todas formas, podemos coincidir también en que el Estado no siempre se encargó de ponerte la Ley a disposición para que la aprendas aunque tampoco hizo mucho como para exigir y controlar su cumplimiento.
Lo redactado en el párrafo precedente, es un simple pensamiento individual, que no está escrito en ningún libro ni fue extraído de ninguna fuente oficial. Solamente es una expresión propia desprendida de la experiencia adquirida en mi carrera de 20 años transitando los caminos de la seguridad vial a través de mis diferentes actividades relacionadas con las capacitaciones y mis intervenciones en los medios de comunicación. Aun así, del trabajo realizado en conjunto con los investigadores nombrados anteriormente, surgieron varias conclusiones de las cuales una de ellas vamos a publicar aquí, pero con palabras más comunes, las que son utilizadas en las programaciones de radio y en los cursos de capacitación.
Comenzamos con una pregunta, pero vamos a responder en forma individual… en nombre de la sociedad:
¿Por qué no usamos el cinturón de seguridad? “Yo no uso el cinturón porque yo no voy a chocar”, “choca el otro… A mí no me va a pasar”.
El mismo análisis se podría hacer con cualquiera de los otros casos similares, el casco, por ejemplo, o el famoso choque en una intersección semaforizada en donde se cuestiona lo siguiente: ¿por qué esa persona cruzó hoy ese semáforo en rojo? ¿Por qué lo hizo hoy?
Esa persona cruzó hoy el semáforo en rojo porque ya lo hizo ayer y no le pasó nada, por lo que: si no le pasaba nada hoy, mañana iba a hacer exactamente lo mismo…Pues así pensaban las personas que ya no están vivas por cruzar un semáforo en rojo… no pasa nada, hasta que pasa.
La exposición a riesgos evitables en la vía pública es algo muy común que se caracteriza por ser la acción que nos lleva a superar los objetivos antes de iniciar la acción de lo que queremos hacer, y como estos comportamientos ya se han convertido en malos hábitos, pues sería muy difícil hoy la tarea de revertirlo, pero intentarlo es el desafío.
Desde nuestras intervenciones en los medios de comunicación y en los cursos de capacitación tratamos de, primero adquirir la mayor cantidad de información para lograr un aprendizaje interno, individual para incorporar conocimientos más actualizados y así poder lograr transmitir lo aprendido hacia la sociedad utilizando diferentes herramientas como métodos de enseñanzas cuyos contenidos dependerán del tipo de receptor y del contexto en el que se pretenda trabajar o informar.
Finalmente, luego de aquella reunión que compartimos café de por medio con estos profesionales amigos de la Seguridad Vial y el Transporte un 10 de junio, lo máximo que se pudo rescatar es que: podríamos hacer mil reuniones más en donde podamos imaginar soluciones, proyectar estrategias de trabajo, suponer posibles avances, mirar hacia un futuro de metas cumplidas, albergarnos en la esperanza de que los objetivos se concretan, pero vamos a volver a emprender nuestro camino a casa y seguiremos encontrando la misma realidad que existió antes de la reunión de café. Sin embargo, lo positivo de todo esto es que esta noche nos iremos a dormir tranquilos porque desde nuestra humilde posición, desde donde nos toca estar, pudimos al menos imaginar que proyectábamos un tránsito más seguro para todos. Entonces ahora, antes de dormir, seguramente, cada uno de los participantes de la reunión esperará tener un sueño tal o mejor como el que nos planteamos en el café, y mañana cuando despertemos para seguir con nuestras rutinas diarias, vamos a agradecer a Dios un día más de vida y lo vamos a aprovechar para seguir intentando fomentar la seguridad de las personas para hoy si se puede y para las generaciones que se vienen.