La provincia de Córdoba tiene una dilatada trayectoria y un gran potencial para aportar minerales esenciales, cuya importancia estratégica para el desarrollo del país es fundamental. Es por eso, que a fines del siglo pasado, se establecieron las bases para la formación de CEMINCOR, cuyo objetivo fue agrupar a los productores de todas las ramas y dimensiones de empresas de la realidad minera cordobesa, mayoritariamente PyMEs (Pequeñas y Medianas Empresas). Entre sus principales fines se encuentran el ambientalismo, la remineralización, el transporte, los aspectos demográficos, la capacitación de la mano de obra y el control de la industria. La misión que se propone CEMINCOR es desarrollar en Córdoba, una industria minera que sea reconocida ampliamente por su responsabilidad, por su aporte productivo y esencial a la vida moderna, por su contribución al desarrollo sostenible de regiones y comunidades y por su estricto apego y respeto por la ley.
¿Cuál es la proyección que tiene CEMINCOR actualmente?
José Díaz: Hoy es una entidad gremial que tiene 15 años de antigüedad y agrupa al 25% de las empresas mineras de la provincia. Ese porcentaje representa el 85% de la producción total de las toneladas de minerales producidos en Córdoba. Básicamente son empresas PyMES, de capital nacional; el 95% son empresas familiares, con una vida promedio del orden de los 34 años y emplean el 22% de toda la mano de obra de especialidad minera del país.
¿La producción minera es de exportación?
J.D.: No. Prácticamente tenemos un solo producto de exportación, la fluorita. Igualmente hoy, por los motivos macroeconómicos conocidos, no se está exportando.
¿Son de uso en Córdoba?
J.D.: Hay como dos grandes áreas. Una, la producción de áridos, donde Córdoba se constituye en el principal proveedor de la región centro para obras públicas y privadas. La otra parte es la molienda de minerales que abastece a industrias como fábricas de pinturas, cerámicas, artefactos sanitarios, etc. La provincia produce entre 36 y 40 millones de toneladas por año y es, aproximadamente, el 35% del país. Es decir que movemos casi dos millones de camiones por año.
¿Se vienen profesionalizando para afrontar toda esa producción?
J.D.: Absolutamente. Las empresas mineras, en los últimos 10 años invirtieron 150 millones de dólares de capital propio en el mejoramiento de sus instalaciones y el material rodante.
Necesariamente se vinieron profesionalizando. Todas crecieron. En los años 2004/2005, Córdoba producía 10 millones de toneladas de áridos en el año; y hoy produce 36. Para lograr ese efecto multiplicador de la producción tenés que invertir en el desarrollo de la industria. Además, uno de los mejores efectos que se logró con estas inversiones fue mejorar exponencialmente la calidad de vida en los trabajos de nuestra gente. Con inversión se logró que los trabajadores tuvieran los equipos con todas las condiciones necesarias, y por otro lado, al mejorar la tecnología, se minimizó el impacto ambiental. Es decir, el salto cualitativo fue fenomenal para las PyMES.
¿Y el panorama de crecimiento es bueno?
J.D.: Si se llega a poner en marcha el 10% de todo lo propuesto para el país, no va alcanzar ni la piedra ni el cemento para abastecerlos. A pesar de todo lo que se invirtió, recién hoy en Córdoba hay 12 empresas, de las 40 de la Cámara, que están buscando nuevos yacimientos.
Desde el punto de vista de la oferta tenemos que estar preparados para lograr estar a la altura de la circunstancias y en el desarrollo que necesita este país.
¿Cómo ven el futuro?
J.D.: Somos optimistas. Hoy la minería en Córdoba está trabajando en un 45% de su capacidad de calada. Pero esto es en la parte de producción. En lo que respecta a las decisiones y las pautas de crecimiento, están todas trabajando muy fuerte. Todo el mundo está definiendo sus proyectos y ejecutándolos independientemente de lo que pase en el día a día. Estamos pensando en el mediano y largo plazo. Y eso es absolutamente favorable. Creemos que en la Argentina, la minería PyME, la de tercera categoría, es una oportunidad económica para los inversores.
¿Se necesita mucha inversión?
J.D.: No. A la luz de otros proyectos no. Para la minería que hacemos nosotros no se necesita mucha inversión, se necesita coraje. Además, no hacen faltan fondos del exterior.
Si uno sabe manejarse con la ley en la mano, hay oportunidades importantes para generar empresas sustentables en el tiempo y en el medio ambiente.
¿Cómo son los controles en ese sentido?
J.D.: En Córdoba estamos muy validados porque existen muchos controles. Por un lado, tenemos una policía minera, una policía ambiental, la secretaría de ambiente, la secretaría de minería y organismos donde se fusionan ambas secretarías y trabajan en conjunto. Entonces, cuando hay una mirada conjunta y orgánica del tema, es distinto a lo que cada uno ve por separado.
Por otro lado, a la mayoría de nosotros, que tenemos depósitos propios de combustibles, nos controla la secretaría de energía. Somos una de las industrias más controladas en la República Argentina. Tenemos certificada la disposición final de los residuos de nuestra actividad industrial, como cubiertas, trapos y aceites. Además, todos los años, tenemos que presentar el RUAMI (Registro Único de Actividades Mineras) y allí figuran qué cantidad de toneladas producimos, cuánto vendimos y a qué zonas.
La actividad está muy controlada, pero la producción aprendió que el control está lejos de ser una carga, sino que se convirtió en un factor de desarrollo y de tranquilidad de las cosas que hay para hacer.
¿Las canteras estás ubicadas estratégicamente por el flete?¿Cómo manejan el tema de los costos?
J.D.: Claro. Desde que nació la Cámara siempre se trató de optimizar el tema del flete para poder mejorar el costo. No para nosotros, sino para nuestros clientes. Desde hace 15 años venimos trabajando fuertemente con lo más moderno que hay en el mundo: circulación de bitrenes y mejoramiento del transporte ferroviario para las cargas de granel. Pero esto hay que debatirlo con el sector público correspondiente.
¿Cómo ven el tema de los caminos rurales?
J.D.: Son muy importante porque tienen un gran impacto en la salida de la producción. Aquí hay un ente muy validado que agrupa a los consorcios camineros y hay una red diseñada de caminos rurales importantísima. Al ser una provincia que produce en volumen 60 a 65 millones de toneladas de granos, carne y leche; los caminos rurales son mandatarios. Los consorcios siguen funcionando para mantener los caminos transitables y que esto permita la salida de la producción a las plantas procesadoras.