Muchos gobiernos de todo el mundo están incluyendo entre sus prioridades principales el crecimiento y los puestos de empleo verdes, para lo cual están adoptando ambiciosos programas de reforma. La integración del transporte público urbano en estas políticas ayudará a los gobiernos.
Las ciudades son los motores de la economía, donde se concentran el 80% de la producción económica mundial y más del 50% de la población. En ellas, una movilidad eficiente crea oportunidades económicas, fomenta la integración social, favorece el comercio, facilita el acceso a los mercados y servicios y contribuye a un uso eficaz de los recursos. Como el transporte público es la columna vertebral de una movilidad urbana eficiente, un suministro adecuado ayuda a que las ciudades sean más dinámicas y competitivas, lo que se traduce en más creación de empleo.
El transporte público urbano es de por sí un importante sector económico. Constituye el 20% del producto total del sector global del transporte. En el mundo hay alrededor de 13 millones de puestos de trabajo vinculados a la prestación de servicios de transporte público y a la cadena de suministro de transporte público.
Este artículo, de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), demuestra que el transporte público es un componente esencial del crecimiento inclusivo y verde. Además, pone de relieve las características de los empleos de la industria del transporte público (operadores, autoridades y cadena de suministro) y muestra de qué manera el desarrollo del transporte público respalda la economía local. Asimismo, ofrece recomendaciones sobre cómo optimizar el potencial del transporte público para fomentar el crecimiento ecológico y la creación de empleo.
DINAMIZACIÓN DE LA ECONOMÍA LOCAL
Las autoridades y las compañías de transporte público ofrecen puestos de empleo verdes no deslocalizables o trasladables fuera del ámbito local. Por tanto, en caso de recesión económica, estos puestos se ven menos afectados que los de otros sectores.
El estudio llevado a cabo por el Observatorio de Empleo de la UITP en 2011, demuestra que los operadores de transporte público urbano daban empleo a alrededor de 7,3 millones de personas en todo el mundo. Las autoridades públicas (principalmente locales) responsables del transporte público emplean a unas 300.000 personas a nivel mundial.
Dada su naturaleza local y a veces fragmentada, el transporte público no siempre obtiene el reconocimiento que se merece como importante proveedor de empleo. En ciudades europeas como París, Berlín, Viena, Ámsterdam, Barcelona y Dublín, los operadores de transporte se encuentran entre las principales fuentes de empleo urbano.
Por su naturaleza y misión, el sector del transporte público, al igual que otros modos de movilidad blandos, es un creador de empleo verde. Cualquier trabajo en el sector del transporte público ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, ahorrar energía y aliviar la congestión y, por tanto, mantiene y restablece la calidad del medio ambiente.
Brasil, por ejemplo, es el mejor del sector en América Latina por lo que a empleos verdes se refiere. Según los datos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2010 había alrededor de 2,9 millones de “profesionales verdes” en Brasil aunque, de éstos, sólo el 6,6% se encontraban en el mercado formal.
En todos los países, el crecimiento del transporte público contribuye a luchar contra el desempleo y a fomentar la economía. Proporcionar puestos de trabajo cualificados, fomenta la integración social y ayuda a estabilizar las condiciones de vida, lo que a su vez da lugar a la creación de una clase media. En la mayoría de los países europeos, los puestos de trabajo del sector del transporte público ofrecen un buen nivel de remuneración en comparación con otros trabajos
que requieren una cualificación análoga y, en particular, en relación con los salarios mínimos nacionales.
LA INNOVACIÓN Y MAXIMIZACIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD
Como suele suceder en el sector de los servicios, la industria del transporte público requiere mucha mano de obra. Los costos laborales representan entre el 60% y el 80% de los costos totales de una compañía de transporte público. En el sector la mejora de la productividad es una preocupación permanente para las compañías existentes. Si se desea maximizarla hay que abordar tanto la productividad interna como externa. Para lograr resultados significativos en materia de productividad interna, habrá que realizar gastos en el desarrollo de nuevas herramientas. Entre ellas se incluyen los sistemas de TI, herramientas de gestión (sistemas de soporte operativo), nuevas tecnologías de billetaje y una explotación modernizada (como los metros automáticos); pero también habrá que invertir en capital humano (programas de formación) a fin de crear nuevos modelos de negocio y estructuras organizativas.
Se puede aumentar la productividad externa de las redes de transporte mejorando la manera en que los modos de transporte colectivo y los modos individual comparten el espacio vial. El uso de corredores exclusivos para el autobús y de prioridad en los semáforos permite aumentar la velocidad comercial del autobús hasta un 20%. Eso supone que es posible ofrecer una capacidad adicional y un servicio mejor haciendo uso de los mismos medios de producción. La innovación, la gestión de la calidad y la responsabilidad social empresarial ayudan a las compañías de transporte público a mejorar la productividad laboral. Este medio sirve al interés público y aporta importantes beneficios sociales. Con independencia de si las compañías de transporte público son de propiedad pública o privada, éstas son por tanto una de las puntas de lanza de la responsabilidad social empresarial, incluida la gestión de la calidad. Los programas de formación inicial y profesional también son herramientas eficaces para el progreso social e indicadores clave del rendimiento corporativo. Gracias a la innovación tecnológica, ahora es posible crear redes de transporte público que requieran menos recursos humanos y que, al mismo tiempo, reduzcan la carga sobre el medio ambiente. El suministro de un servicio de transporte público de elevada calidad requiere unos estándares de rendimiento internos igualmente elevados. La capacidad de rendimiento de una organización sólo crece con la mejora de la calidad de la vida laboral y la promoción de las competencias de los empleados. Los programas de formación inicial y profesional del personal son factores clave que contribuyen a mejorar la productividad de una compañía. Los empleados bien formados, que se sienten competentes y seguros en sus funciones, además de satisfechos con sus condiciones laborales, ayudan a fomentar la productividad, aumentar la satisfacción de los pasajeros y, en última instancia, mejorar los resultados de una compañía.
CRECIENTE DE EMPLEOS FORMALIZADOS
En los países de la OCDE, los puestos existentes se encuentran bajo presión por el intento de optimización de la productividad para reducir los costos de producción de las compañías y hacer frente a los recortes presupuestarios. La situación es distinta en las economías emergentes y el BRIC (Brasil, Rusia, India y China), donde cualquier desarrollo del sector del transporte público crea empleos cualificados y más estables de forma sistemática.
En los países que actualmente carecen de infraestructura de transporte público formal, el desarrollo del transporte público organizado produce una disminución de los empleos informales. La explotación del transporte público formal ayuda a ofrecer oportunidades de empleo a la gente que trabaja en el sector informal bajo formas inseguras o vulnerables.
En América Latina, el empleo ha experimentado grandes cambios en el transporte público, avanzando hacia la formalización. El sector impulsa una parte importante de la economía, calculándose en torno al 2% del PBI de esta región. El mercado laboral de América Latina es en gran medida informal y esto también se refleja en el sector del transporte público. No obstante, es importante destacar que el transporte público tiene una tasa relativamente elevada de formalización con respecto a otros sectores.
Con independencia de la situación financiera y económica de una ciudad, el transporte público tiene una misión fundamental: garantizar a todos el derecho a la movilidad. Esta misión de servicio está vinculada a los objetivos de inclusión social, accesibilidad para todos y calidad de vida, que son cruciales para el desarrollo sostenible de las zonas urbanas. Además, la mayor toma de conciencia en relación con las cuestiones ambientales, el aumento del costo energético y las necesidades crecientes de movilidad, hacen que se deba mantener cierto nivel de servicios de transporte público.
CADENA DE SUMINISTRO DEL TRANSPORTE
La cadena de suministro del transporte público se dedica a suministrar bienes y servicios a las autoridades y los operadores de transporte público. En particular, esto incluye la fabricación de vehículos y la construcción de infraestructura, así como la integración de los vehículos y la infraestructura en el tejido urbano.
Las estimaciones del número de empleos de esta cadena varían en función de los límites que se establezcan para los cálculos. Una estimación conservadora realizada por la UITP sitúa la cifra en torno a los cinco millones de puestos en todo el mundo. Más allá de esta cifra, la cadena se puede considerar como una industria generadora de mucho empleo en diversos ámbitos y a la vanguardia en materia de innovación.
En Austria, Canadá y Estados Unidos se han llevado a cabo estudios que revelan que la inversión en transporte público genera entre un 50% y un 100% de los puestos que origina la misma inversión en otros ámbitos, como el de las carreteras. ¿Y por qué? Como los modos de transporte colectivo son más eficientes en el uso del espacio que los modos individuales motorizados, los proyectos de transporte público tienden a requerir menos recursos para la adquisición del suelo. Además, a menudo se trata de proyectos más complejos que requieren una amplia labor de ingeniería, diseño y conocimientos especializados.
Por último, es frecuente que estén vinculados a la adquisición de nuevos vehículos de transporte público. Así parece que una proporción importante de los puestos adicionales creados cuando se invierte en transporte público se produce en la cadena de suministro. En particular, el diseño y la fabricación de vehículos de transporte público es una actividad que genera mucho empleo.
La producción de autobuses y ferrocarriles requiere un gran número de proveedores. El mercado de los productos finales lo comparten unos pocos integradores, grandes y muy conocidos, que dependen de las piezas de una amplia gama de proveedores. Se calcula que los subcontratistas producen entre el 50% y el 75% de las piezas utilizadas en estas unidades. Actualmente participan cientos de proveedores en la producción de un vehículo de transporte público. La variedad de piezas requeridas explica la participación de una gama tan amplia de proveedores especializados, así como la diversidad de conocimientos técnicos requeridos y las distintas disciplinas que entran en juego.
A LA VANGUARDIA DE LA INNOVACIÓN
Es frecuente que el transporte público impulse la innovación en distintas partes de su cadena de suministro. Esto no sólo beneficia al sector sino también a otros sectores de la industria, con las consiguientes oportunidades de creación de empleo. La innovación se encuentra en el propio núcleo del transporte público por varios motivos. En primer lugar, la innovación impulsada por la política es importante. La inquietud creciente por cuestiones medioambientales ha hecho que la necesidad de una mayor eficiencia energética estimule la investigación y el desarrollo industrial, respaldando el desarrollo de aplicaciones futuras y, por tanto, de nuevos empleos, dentro y más allá del transporte público, por ejemplo, en el ámbito de la recuperación de energía, de la propulsión híbrida y de las pilas de combustible.
En segundo lugar, la mayor orientación hacia el usuario y el aumento de las expectativas de éstos a nivel de calidad, confort y personalización han generado innovaciones y nuevos servicios en el transporte público. Por último, la integración de éste en entornos urbanos concurridos y edificados también requiere innovación, no sólo desde el punto de vista de la ingeniería (nuevos materiales, construcción innovadora de túneles, sistemas inteligentes de transporte, etc.), sino también
desde el diseño urbano. Esto hace que surjan nuevos conceptos, ideas y avances en ese sector de actividad, algo que beneficia tanto al transporte público como a la planificación urbana, de forma más general. El hecho de situarse en el centro de un “mundo de innovación” crea asimismo un círculo virtuoso para el transporte público. Lograr atraer a personas con más talento hacia el sector generará más innovación y nuevos avances lo que, a su vez, alimentará la necesidad de más gente con talento y así sucesivamente.
VENTAJAS DE LA INVERSIÓN
Las inversiones hechas en infraestructura de transporte público aportan ventajas muy amplias a la sociedad, tanto de forma inmediata como a más largo plazo. Entre ellas se incluyen la mejora de la salud como resultado de una menor congestión y contaminación, la reducción de la duración de los viajes, una mayor igualdad social y ahorros energéticos. La suma de todos estos elementos contribuye a mejorar la calidad de vida en la ciudad.
Con la tendencia actual a la urbanización y el aumento continuo previsto de la movilidad de la gente en todo el mundo, las inversiones en transporte público desempeñarán un papel vital a la hora de reducir los costos económicos, ambientales y sociales a largo plazo y generar ahorros para la sociedad en su conjunto por lo que se refiere a su efecto positivo sobre los accidentes de tráfico, la salud pública, la energía, la congestión, las zonas de estacionamiento, los costos de desplazamiento, el acceso a la educación, el empleo y las actividades de ocio, etc.
Otro efecto importante de las inversiones en transporte público es su impacto en la creación de empleo local, tanto directo como indirecto, inducido o catalizador. Según un estudio alemán llevado a cabo en las ciudades de Colonia y Nuremberg, por cada euro invertido en transporte público se generan respectivamente 5,30 EUR5 y 5 EUR6 de valor económico añadido.
Por cada una de las 3.200 personas empleadas por la autoridad de transporte público de Colonia (KVB), se crea un puesto adicional en la economía local (efecto inducido). En Suiza, cada puesto de trabajo creado dentro de TPG (el operador de transporte público de Ginebra) genera 3,3 puestos adicionales en la economía regional. Fuera de Europa, la reciente conclusión de las obras de Gautrain, un sistema ferroviario de transporte rápido colectivo de Sudáfrica, ha generado 29.500 empleos locales directos y un total estimado de 103.300 puestos directos, indirectos e inducidos, según cifras de 2011.
El nuevo proyecto ferroviario de mayor envergadura del sudeste de Inglaterra denominado Crossrail, que se inaugurará en 2018, es un importante generador de empleo para la región y proporcionará 70.000 puestos de trabajo tan sólo en su construcción. Además, permitirá trabajar a más gente en el centro de Londres, haciendo que 1,5 millones de personas adicionales puedan llegar hasta allí a diario en 45 minutos. Esto aumentará el conjunto de empleados y clientes potenciales de las actividades comerciales del centro de la ciudad y permitirá una concentración mayor de negocios (que, como se sabe, se asocia a una mayor productividad) en el distrito financiero.
Esta amplia gama de datos demuestra que el transporte público es un próspero generador de empleo en ciudades de distintas partes del mundo, con independencia de las circunstancias legislativas, políticas o culturales.
CONCLUSIONES
El transporte público contribuye a generar crecimiento y puestos de empleo verdes de diferentes maneras: es fuente de una gama variada de trabajos locales y verdes; ofrece buena formación y cualificación (en particular, para los conductores), aporta nuevas oportunidades a los proveedores especializados; y fomenta una mejor conectividad dentro de las ciudades. Cuando examinamos los empleos asociados al transporte público, se pueden observar algunas características comunes:
Densidad: El transporte público es una industria que genera mucho empleo, tanto para la explotación de los servicios como en la cadena de suministro. Al aumentar la conectividad, el transporte público también aumenta la densidad del empleo en las zonas urbanas.
Diversidad: La explotación de los servicios de transporte público requiere y ofrece distintos tipos de cualificaciones. La industria de suministro cubre varias disciplinas. El transporte público respalda el desarrollo de todo tipo de actividad urbana.
Innovación: Los operadores recurren a la innovación para desarrollar la productividad. La cadena de suministro respalda la innovación, lo que a su vez beneficia a otros sectores. El transporte público urbano forma parte integral de nuevos estilos de vida y nuevas maneras de vivir la ciudad.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dan la siguiente definición de empleo verde: “El trabajo en la agricultura, la industria, la investigación y el desarrollo (I+D), la administración y los servicios que contribuye a conservar o restablecer la calidad ambiental de manera sustancial. De forma específica, aunque no exclusiva, esto incluye empleos que ayudan a proteger los ecosistemas y la biodiversidad; a reducir el consumo de energía, materias primas y agua mediante estrategias de gran eficiencia; a descarbonizar la economía; y a reducir o evitar por completo la generación de toda forma de desecho y contaminación».