El sector agropecuario de Bragado tiene alrededor de 240 mil hectáreas. Por año se carga un aproximado de 20 mil camiones de cereal, que circulan por los caminos rurales de la localidad. Antes de la gestión actual, el Municipio solía contar con unas pocas máquinas antiguas para el arreglo y el mantenimiento de los caminos. En cuanto al aspecto humano, según el ingeniero no había un trabajo coordinado ni a conciencia y el personal estaba desmotivado. Tampoco existía un conocimiento público de hacia dónde estaban destinados los fondos. La sumatoria de estos factores producía un gran enfrentamiento entre productores y la gente de la Municipalidad.
Hace 14 años, aproximadamente, y a partir de la necesidad que surgió de trabajar mejor los caminos y optimizar los recursos, las entidades agropecuarias se reunieron con el intendente municipal de ese entonces, y dieron el puntapié inicial para que los productores comenzaran a participar en la toma de decisiones. Así fue que se realizó un Consorcio, actualmente conformado por los productores, el Estado y las entidades agropecuarias.
“Se han abierto las puertas para que nos sentemos a hablar sobre cómo vamos a trabajar, a qué vamos a destinar el presupuesto y cuánta plata se recauda, que en otro momento era un dato al que no teníamos acceso”, manifestó el ingeniero agrónomo Nicolás Fernández Llorente, que además de ser productor estuvo a cargo y actualmente colabora en la Dirección de Agroindustria de la localidad de Bragado. Y agregó, “se destaca de esta gestión la transparencia, la programación de los trabajos y la búsqueda conjunta de las soluciones”.
Conformación del Consorcio
El partido de Bragado se divide en once cuarteles. Cada uno tiene un productor representante titular y otro suplente. También está participando el Ejecutivo, así como la Sociedad Rural y la Federación Agraria, con un titular y un suplente por cada una de las entidades. “Tenemos reuniones mensuales donde se expone lo que se hizo y los productores indican cuáles son las problemáticas principales. En caso de que sea necesario, el director, junto con los delegados, visitan los focos conflictivos”, explicó el productor.
Después de la ordenanza y el decreto reglamentario, también se habló con la oposición. “Todos estábamos de acuerdo en que trabajar juntos era lo mejor”, aseveró Fernández Llorente. Con esta decisión, que según el ingeniero fue fundamental para que se concrete, el intendente se puso la gente de su lado y todos empezaron a trabajar para el mismo lado.
Se comenzó a armar el plan de trabajo y se categorizaron los 1.400 km de caminos de la localidad en cuatro localidades, según la intensidad de uso, entre primarios, secundarios, terciarios y cuaternarios. A los primarios se los trabaja por lo menos una vez por mes y a los cuaternarios una vez por año, si es que merecen ser tocados, ya que en muchas casos se trata de caminos con pasto que se opta por dejarlos como están.
También se dividió el distrito en zonas, cada una con un maquinista y un equipamiento integrado por una motoniveladora y un tractor con disco, además de las dos retroexcavadoras con las que el Municipio cuenta para trabajar.
Por otro lado, se trabajó en la capacitación del personal y en la actualización de los salarios. “Tratamos de lograr que las personas ganen lo mismo que un camionero o que un cosechero –un valor de alrededor de los 30 mil pesos– y que las que trabajan bien las podamos retener. Esa era una falencia que teníamos desde hacía mucho tiempo. Siempre quedaban los peores y los que tenían más problemas”, expuso el ingeniero.
Al día de la fecha, el equipamiento de máquinas del Municipio se ha actualizado y los caminos de Bragado se cavaron después de cien años de uso. “El suelo de la zona es naturalmente arenoso, por lo que, cuando llueve mucho, el ingreso de las camionetas se vuelve bastante complicado”, expresó el productor. Sin embargo, “a menos que haya una lluvia grande, actualmente la red vial cuenta con caminos transitables durante todo el año”, manifestó.
Grandes problemáticas
Uno de los problemas fundamentales que se suscitaba en Bragado estaba relacionado con el acacio negro. Debido al crecimiento descontrolado de este árbol, los caminos se cerraban hasta el punto de quedar anegados. Esto generaba que en muchos casos las cosechadoras no pudieran trasladarse de campo a campo. “Ahora tenemos máquinas y productos agroquímicos especiales para matar la especie”, explicó Fernández Llorente.
Otro dilema, era que en Bragado hay más de 500 alcantarillas de cemento rotas o tapadas. “A pesar de que todas las semanas hay una retropala trabajando, solucionar el problema lleva mucho tiempo”, manifestó el ingeniero.
El tema hidráulico en Bragado es muy complejo debido a que, a través de tres canales principales, llega agua de otras zonas. La ciudad es el último partido de la provincia que tiene acceso al río Salado. Luego, hacia el oeste –en dirección a General Villegas– no hay más ríos. Actualmente existen proyectos para continuarlo hasta llegar a Villegas.
En cuanto al trabajo a realizarse en los canales, hay más de 15 consorcios implicados en los 400 km de recorrido. El proceso a llevarse a cabo fue aprobado por la Dirección Hidráulica de la Provincia, con la intervención de entre 10 y 30 productores de la zona. Según Fernández Llorente, los productores son los más difícil de coordinar. “Somos muy difíciles. El riego de los campos debe hacerse de forma coordinada y, a nivel predio, la gente todavía lo hace sin conciencia: larga el agua a los caminos, al vecino, a todos lados. Donde nunca se rebalsó, hoy está lleno de agua. En eso hay actuar como policía. Si entre todos nos cuidamos, tenemos menos problemas”, manifestó. Asimismo, aseveró que “las alcantarillas deben estar dimensionadas para que nadie salga perjudicado”.
Otro punto en la que puso el foco esta gestión fue en la identificación de los caminos. Cada tramo, de punta a punta, tiene un número, así como cada una de las tranqueras. A través del sistema de GPS de Google Maps, ahora puede se indicar una ubicación a un camionero, a la policía o a los bomberos, para que se acerque a la puerta de la tranquera.
En cuanto a la recaudación del distrito, está en alrededor de 40 millones de pesos anuales. El Municipio retiene el 20% para Rentas Generales y el 80% restante va destinado al Consorcio para mantener y mejorar la red vial. Colabora con la financiación el Banco Provincia, que accede con créditos. Cuando hay excedente, hay tres cuentas que son las que más gastos requieren: los sueldos, los lubricantes y las cuotas de dixit, que según el Director de Asuntos Agrarios de Bragado, “ahora mismo las tenemos bastante bajas porque no estamos comprando tantas máquinas”.
En 2018, el presupuesto fue para 200 mil hectáreas en 40 millones de pesos. Como costo para el productor, se trató de 17 pesos por hectárea por mes. En general, se calculó alrededor de 200 pesos en total por mes. Esa cuenta cambia según el tamaño de la superficie.