*Por Analía Wlazlo.
La incorporación del primer bus eléctrico en el recorrido que atraviesa el Casco Histórico y el microcentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires marca un hito en la movilidad urbana. Sin embargo, su implementación llega en un contexto crítico: tras la pandemia, esta zona sufrió un éxodo masivo de empresas hacia el corredor norte (Belgrano, Nuñez hacia Tigre incluido), lo que generó un vacío comercial y una notable desvalorización inmobiliaria.
Este nuevo transporte no solo promete reducir emisiones, sino también reactivar la economía local al mejorar la conectividad. Su operación silenciosa contrasta con el caos acústico característico de una ciudad que supera frecuentemente los límites de contaminación sonora. Según estudios, el 70% del ruido urbano proviene del tránsito, especialmente de vehículos con mantenimiento deficiente, escapes rotos y motos con motores alterados. Urge, por tanto, mantener la fiscalización estricta. Una ley nacional con sanciones efectivas y sistemas de medición en tiempo real (como los ya implementados en Madrid o París).
Invertir en la infraestructura para la renovación de asfaltos y regulación del flujo vehicular para evitar congestiones.
Es fundamental, contemplar la educación ciudadana con campañas que vinculen el ruido excesivo con daños a la salud (pérdida auditiva, estrés crónico).
En la ciudad una licitación tan ansiada es la línea F del subterráneo. El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lanzó un sorpresivo llamado a licitación para la contratación del “servicio técnico de consultoría integral para el proyecto de arquitectura e ingeniería” del primer tramo de la línea F, para elaborar los pliegos de la obra en un plazo de 180 días.
La decisión contradice la idea de que SBASE estaba trabajando en la elaboración de la documentación necesaria para licitar la obra desde hace más de tres años.
Por otro lado, el 10 de junio, Día Nacional de la Seguridad Vial, renovamos un compromiso alarmante: Argentina se propuso reducir en un 50% las muertes viales para 2030 (meta fijada ante la ONU). Sin embargo, las estadísticas del 2024 revelan que mueren 16 personas por día en siniestros, una cifra estancada en la última década.
Así, en nuestro país los siniestros urbanos representan alrededor del 52% de todos los accidentes de tránsito, mientras que el 48% ocurre en rutas. En las vías urbanas, un alto porcentaje de los fallecidos son personas vulnerables, llegando al 80% en algunos casos. ¿Dónde están las fallas? El informe anual de siniestralidad vial fatal señala tres causas principales y recurrentes. En primer término, la distracción mayor es el uso del celular. Segundo, en el 40% de los casos es por exceso de velocidad y tercero el alcohol y/o sustancias prohibidas en un 25% es causante de las muertes.
A esto se suman problemas estructurales: falta de cartelería en rutas, pavimentos deteriorados en caminos secundarios y terciarios y controles insuficientes. La solución requiere realizar inversión en infraestructura para la mejora de señalización y mantenimiento vial, especialmente en las provincias. Se necesita la incorporación de tecnología ya que hoy existen sistemas de radares inteligentes; y reforzar los controles de alcoholemia aleatorios.
La movilidad sostenible y la seguridad vial son dos caras de una misma moneda: exigen voluntad política, recursos técnicos y un cambio cultural. El bus eléctrico es un primer paso, pero sin un plan integral —que combine educación, control y obras públicas— seguiremos repitiendo las mismas cifras rojas. La pregunta no es si podemos lograrlo, sino si estamos dispuestos a actuar con la urgencia que merece.
En el caso de la municipalidad de Córdoba en colaboración con la iniciativa Bloomberg para la Seguridad Vial Global (BIGRS) y la iniciativa Globa de Diseño de Ciudades (GDCI) realizó una intervención urbana para optimizar la seguridad Vial y ordenamiento de transito en una de las esquinas más conflictivas de la ciudad. La empresa VAWA de señalización y demarcación integral, tuvo la responsabilidad de llevar a cabo esta tarea. Un ejemplo de innovación en estas tareas en centros urbanos.
El análisis de la movilidad dio resultados positivos por la incorporación de estos cambios.
Esta es una última experiencia que describimos en esta edición y para tomar en cuenta para el trabajo en los municipios por la seguridad vial.
Continuamos trabajando para que las ediciones tengan sólido contenido y sumar experiencias para el intercambio de conocimientos.
Espero encontrarlos en la edición 163 próxima a salir.