Impex Argentina es una empresa especializada en la producción y provisión de máquinas (cordoneras y demarcadoras), equipos y servicios a municipalidades, reparticiones públicas y empresas privadas, contado con una trayectoria de muchos años en el mercado; al que sirven con profesionalidad en cada área y con una extensa línea de productos. Entre ellos, se destaca la máquina para construir perfiles continuos de hormigón (cordones, cordones cunetas, canales, etc.).
-¿Cuándo nace Impex?
Arq. Eduardo Bertello: La empresa fue fundada por mi abuelo en el año 1925. Nace en una región típica agrícola-ganadera y en relación a la tecnología del agro. Luego de distintas transformaciones de esa empresa familiar original, en el año 1995, nace Impex Argentina. Esto sucedió porque se fueron incorporando nuevas generaciones que fueron instalando distintos cambios. Entonces, a partir de allí, hicimos una transformación desde raíz y creamos una empresa nueva, pero con el mismo espíritu que tenía mi abuelo. En sus inicios, Impex comenzó brindando varios servicios al agro y en el ´95, pasamos del agro a la construcción. Y dentro de ese sector, a la relacionada a las obras y servicios públicos. Comenzamos de a poco con el desarrollo de nuevos productos.
-¿Por qué decidió ser arquitecto en vez de continuar con el mandato familiar?
E.B.: Mi padre no quería que sea arquitecto, quería que estudie administración de empresas o algo parecido para que pueda continuar con la empresa familiar. Pero no tuvo éxito. Fue muy duro todo. Pero hice la carrera y llegué a ser gerente de la empresa, pero no como un arquitecto fracasado, sino como un profesional con una carrera realizada y por una cuestión generacional.
-¿Fue una ventaja el ser arquitecto para innovar en la empresa?
E.B.: La innovación continua está en los genes de los arquitectos. Hay una formación básica en arquitectura que te prepara para eso. A uno lo forman para proyectar y se sigue una metodología para llegar al producto final que es después aplicable a la vida y a cualquier profesión. Nosotros hacemos el diagnóstico, el pronóstico, el proyecto y la concreción del mismo. Si eso uno lo aplica en la fábrica o en la vida misma, está muy bien. Uno se organiza con esos pasos. Por eso en la empresa tenemos un departamento para desarrollos de proyectos industriales, donde empezamos a desarrollar algunos equipos directamente relacionados con hormigón. Hoy es nuestra máquina estrella y sirve para hacer perfiles continuos con hormigón.
-¿Y cómo está posicionado ese producto con respecto a la competencia?
E.B.: En Argentina, con este tipo de producto estamos en la cima. Prácticamente no tenemos competencia directa y además, es muy adecuado para el mercado de Latino América, porque cuesta la mitad que una máquina norteamericana. Si bien no tiene la misma tecnología, es muy útil. Un poco, porque introducir una máquina con tanta tecnología, excede la inversión o la asistencia técnica. Traer a un ingenierio de Estados Unidos cuesta muchísimo y este tipo de máquina es difícil que tengan un servicio técnico postventa. Por eso, nosotros desarrollamos una máquina que es muy sencilla, y entramos en un nicho de mercado donde podemos competir. Podemos exportar a Bolivia, Uruguay, Paraguay, Panamá, Centro América o Puerto Rico. Pero esa exportación no se da de forma sostenible, porque es muy difícil hacer comercio exterior en nuestro país. Por eso, hacemos una inversión muy grande para estar presentes.
-¿A Brasil también exportan?
E.B.: No, porque ellos tienen un mercado muy amplio y además, tienen una máquina nacional mucho más rudimentaria que la nuestra, pero que está muy impuesta y obviamente más barata, entonces cuesta competir. Es un mercado que no nos favorece.
-¿Las Ferias del sector ayudan con el posicionamiento?
E.B.: He visitado muchísimas ferias, algunas como visitante, otras como expositor. Y realmente son un instrumento maravilloso para mostrar y dar conocer. Siempre estamos muy satisfechos con todas las que visitamos.
-¿Cuentan con el apoyo del gobierno de Córdoba?
E.B: En la provincia tenemos un organismo que se llama ProCórdoba que tiene el objetivo de consolidar la base exportadora de la provincia y lograr así un crecimiento sostenido en los mercados internacionales. Es muy activo y está muy bien organizado. Además, trabajan permanentemente junto con la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba. Es muy importante el trabajo que hacen, porque el hecho de estar en el interior de la Argentina, muchas veces es un problema y es muy difícil mantenerse.
-¿Cuál es el presente del comercio exterior en su empresa?
E.B.: Tenemos una política como empresa que es mantenernos siempre en el comercio exterior. Por eso, tenemos que luchar mucho. Hoy tenemos muchas dificultades. Nos complica el ser argentinos por la inestabilidad que eso significa. Pero el éxito de la subsistencia está en la innovación. Siempre hay que hacer algo distinto y algo mejor para que el Estado encuentre aquí su demanda, y no tenga que irla a buscar afuera.
-La empresa tiene un departamento de desarrollo, ¿en qué consiste?
E.B.: Tiene la función de innovar sobre los productos ya existentes o para desarrollar nuevos. La evolución de nuestros productos tiene cambios permanentemente. Siempre con mejora continua. Ahora, estamos justo desarrollando uno nuevo y lo vamos a lanzar a fin de año. En la Argentina, lo único permanente es el cambio. Entonces, uno como empresario debe innovarse constantemente, porque nunca vamos a encontrar el momento justo y apropiado. Hay que hacerlo permanentemente.
-¿Qué mirada tienen con respecto a la robotización?
E.B.: Nosotros, al ser una PyME, no estamos pensando todavía en el tema; pero sabemos que se viene. Es todo un desafío para el mundo. Pero por el nivel de producción que tenemos, todavía no pensamos en eso. Sí nos preocupa, porque hay otras empresas que sí lo están haciendo. Quizá nosotros no lo implementemos para para toda la línea de producción, pero sí para trabajos mecanizados.
-¿En qué se destaca Impex Argentina?
E.B.: Creo que siempre tenemos cómo dar respuestas. Apuntamos a un nicho que no dependa de la alta tecnología, porque no la puede pagar. Nuestros productos tienen mediana tecnología, no son de alta inversión, tienen amortiguación rápida, fácil reparación y poco mantenimiento, no requieren de una dependencia para la asistencia técnica. La no sostificación nos define. Y creo que lo más importante es que somos la cuarta generación familiar trabajando en la empresa. Hoy tenemos hijos y sobrinos que aportan muchísimo, como buenos jóvenes que son. Prácticamente tenemos un familiar en cada área. Y tenemos un protocolo en caso de que surja algún inconveniente. Son complejas las empresas familiares, pero también son apasionantes. Siempre hay que potenciar las fortalezas de una empresa familiar, porque ese es su fuerte.
-¿Cómo ven al mercado actual y quiénes son sus potenciales clientes?
E.B.: El mercado está tranquilo. De a poco estamos arrancando. Históricamente, nuestros clientes eran un 80% municipios y un 20 % empresas privadas y constructoras. Pero, hoy por hoy, hemos revertido esa situación y tenemos un 50 y 50. Somos muy conocidos en el rubro y en la actualidad trabajamos con muchas vialidades provinciales.