*Por Gabriel Paganini, 32 años de experiencia en la industria minera en posiciones de Alta Gerencia, ingeniería de proyectos, posiciones de jefatura en la administración y producción minera y supervisión de producción.
1. Contexto geopolítico y reconfiguración del comercio global
El escenario internacional atraviesa una transformación acelerada, marcada por crecientes tensiones comerciales y una redefinición de prioridades geoestratégicas, particularmente en torno a los minerales críticos. En este marco, el 2 de abril último, el llamado “Día de la Liberación” en Estados Unidos, fecha en la que se anunció una serie de aranceles para cumplir con la ambiciosa agenda económica de la actual administración, ésta nueva política arancelaria de Estados Unidos ha cobrado ya un renovado protagonismo, ha impuesto una nueva agenda comercial al mundo, el cual aún no se recupera, con fuertes aumentos de aranceles a productos industriales de China y Europa, e incentivos internos para relocalizar cadenas productivas en territorio estadounidense.
El comercio internacional en el PBI mundial representó en 2024 el 3,7 %, impulsado por el comercio de servicios, con un récord de 33 billones de dólares, un billón más que en 2023.
China ha respondido gravando con iguales aranceles a los productos procedentes de EEUU, pero la mayoría de los países, hoy, intentan llegar a un acuerdo razonable antes que a una guerra de aranceles, aún en el entorno de hoy, en el cual los aranceles han sido suspendidos por 90 días, menos para China.
Estos movimientos presionan a las grandes economías a buscar fuentes seguras y diversificadas de insumos estratégicos, entre ellos, los minerales críticos y las tierras raras.
China, por su parte, continúa desplegando políticas comerciales activas que aseguran el control de recursos esenciales a través de inversión directa, asociaciones estratégicas y acuerdos de suministro. Su presencia en América Latina, y particularmente en el sector del litio argentino, responde a esta lógica de asegurar el acceso a materias primas clave para la transición energética.
El sector minero global muestra hoy dos enfoques divergentes: mientras las empresas occidentales priorizan la eliminación del riesgo antes de avanzar, las compañías chinas como Zijin o CNMC optimizan la velocidad y aceptan el riesgo como parte del costo de construir. Esta diferencia no es solo operativa, sino cultural y estratégica: Occidente busca no perder, China busca no fallar. En un mundo incierto y con alta demanda de minerales críticos, la lentitud occidental puede traducirse en pérdida de oportunidades. La “aversión institucional a la pérdida” lleva a postergar decisiones hasta que sea demasiado tarde. China, en cambio, avanza aún con incertidumbre, apostando a que actuar pronto da más opciones. El reto es entender que ir despacio ya no es sinónimo de seguridad, sino de irrelevancia.
La Unión Europea, en tanto, ha establecido una política industrial centrada en la autonomía estratégica, promoviendo cadenas de suministro menos dependientes de terceros países. El desarrollo de una Ley de Materias Primas Críticas por parte de la UE se inscribe en esta estrategia y abre oportunidades para países productores como Argentina.
Todo este reacomodamiento del comercio internacional posiciona a los países con recursos minerales estratégicos como actores clave. Argentina, con sus vastos yacimientos de litio y cobre, emerge como una pieza fundamental en el nuevo rompecabezas energético global.
2. Argentina, litio y cobre como activos estratégicos
Argentina forma parte del denominado “Triángulo del Litio”, junto a Bolivia y Chile, concentrando más del 50% de los recursos mundiales de este mineral. En particular, las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta concentran los principales salares en roducción y en desarrollo. En cuanto al cobre, el país cuenta con importantes yacimientos en estado de exploración avanzada, principalmente en San Juan, Mendoza, Salta y Catamarca, como los proyectos Josémaría, Taca Taca, Los Azules y El Pachón.
Estos minerales son esenciales para la transición energética global, claves en la fabricación de baterías, vehículos eléctricos, sistemas de energía renovable y redes eléctricas. La demanda proyectada a nivel global supera ampliamente la capacidad actual de producción, lo que representa una ventana de oportunidad sin precedentes para el país.
3. Oportunidades y desafíos bajo la política económica de Javier Milei
El gobierno de Javier Milei ha impulsado una política económica orientada a reducir la intervención estatal, liberalizar mercados y atraer inversión extranjera directa. En ese marco, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), incluido en la denominada “Ley Bases”, se presenta como una herramienta central para el sector minero. Este régimen propone beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios por 30 años para proyectos de inversión superiores a los 200 millones de dólares, con estabilidad normativa y condiciones excepcionales para la repatriación de utilidades y la importación de bienes de capital.
Para los inversores extranjeros, el RIGI representa una señal concreta de seguridad jurídica y previsibilidad comercial, dos elementos críticos a la hora de decidir la localización de proyectos de largo plazo. La posibilidad de importar equipos sin aranceles y remitir ganancias al exterior sin restricciones resulta particularmente atractiva en un contexto de alta competencia internacional por captar capitales.
Sin embargo, estos avances conviven con desafíos estructurales aún pendientes: la infraestructura logística limitada en las provincias mineras, la necesidad de consensos políticos interjurisdiccionales (las provincias son titulares del recurso), y la gestión ambiental y social de los proyectos, particularmente frente a comunidades locales y pueblos originarios.
4. Un momento bisagra para el posicionamiento estratégico del país
El negocio minero argentino se encuentra, así, en una encrucijada decisiva. La demanda internacional de minerales críticos seguirá creciendo de forma acelerada, y el país tiene los recursos, el interés inversor y ahora un marco regulatorio que puede impulsar su aprovechamiento. La clave estará en transformar esta oportunidad geoeconómica en desarrollo territorial sostenible, gestionando los riesgos ambientales, sociales y políticos con visión estratégica.
Argentina puede convertirse en un proveedor confiable de minerales esenciales para el nuevo orden energético global. Para ello, será necesario consolidar un entorno de confianza, reglas claras y cooperación público-privada, donde las provincias jueguen un rol central. El litio y el cobre no son solo una oportunidad exportadora: son una plataforma para una inserción internacional más inteligente y productiva.