*Por Nidia Fretes, Luis Delbono y Hugo Bianchetto
Cuando es necesario levantar la carpeta asfáltica existente de un pavimento, ya sea para una reconstrucción total o parcial, la tarea a realizar estará supeditada al estado en el que se encuentre el tramo de obra a intervenir. Es común encontrarse, en la confección del cómputo y presupuesto dentro del rubro movimiento de suelo, con la tarea de fresado de la carpeta asfáltica existente, pero a que se refiere este ítem.
La tarea de perfilado o fresado de un pavimento asfáltico existente, consiste en la abrasión de la carpeta asfáltica de manera selectiva, dado que se realiza a través de equipamiento conocido como perfiladora o fresadora. En sus inicios, el empleo de estos equipos, en la década del´70 tanto en Europa como en América del Norte (Bonfim, 2010) era reducido, debido a las grandes dimensiones y su porte que limitaban su maniobrabilidad. Además, su elevado costo de adquisición y posterior mantenimiento implicaba que su uso en tareas de mantenimiento de pavimentos sea acotado (Don Brock, 2011).
Contienen una cinta transportadora para la carga del material fresado en camiones basculantes mientras se generan las tareas de perfilado en obra para la extracción del pavimento existente.
La Figura 1 presenta un equipo del periodo finales de la década del ´70 y principio de los 80´, mientras que loa Figura 2 un equipo actual.
A lo largo del tiempo se puede dilucidar el impacto tecnológico que han tenido estos equipos, donde han reducido su tamaño, variando su mecánica, mejorando y facilitando su capacidad de acción, reduciendo los costos de mantenimiento. En la Figura 2 se puede observar una perfiladora de medio carril en la actualidad con un tren de rodaje de ruedas, Figura 2a, mientras que en la Figura 2b se puede apreciar una perfiladora con un tren de rodaje de cadena.
Las perfiladoras cuentan con un ancho de acción variable. Podemos encontrar perfiladoras de gran porte destinadas al fresado de grandes áreas, que cuentan con un tambor de cilindro de gran tamaño, lo cual implica zonas de trabajos sin condiciones limitantes, tales como grandes avenidas, calles amplias, carreteras y aeropuertos, Figura 3a. Además, existen las perfiladoras medianas, empleadas para trabajos en grandes y pequeñas áreas con mayor maniobrabilidad respecto de las anteriores, aunque no son aptas para remates Figura 3b.
También existen máquinas de menor tamaño e inclusive adaptaciones para trabajos puntuales como mini cargadoras, retro cargadoras, telescópicas y vehículos multiusos con caudal estándar, esto se observa en la Figura 4 a la Figura 7 respectivamente, con los cuales se pueden desarrollar los fresados de remates junto a diversas interferencias existentes en los pavimentos, tal es el caso de los sumideros o desagües, bocas de registro, etc.
La fresadora cuenta con puntas o dientes especiales para romper y extraer la capa asfáltica existente, a estos elementos se los denomina picas, Figura 8, compuesto de material resistente de gran dureza, elemento carburado de tungsteno y cobalto. Según su fabricación puede variar su disposición sobre un rotor, tambor de avance que circula en sentido contrario a las agujas del reloj, quien ejerce el esfuerzo de perfilar, en función de la velocidad y la profundidad de extracción de la carpeta asfáltica.
El fresado se suele emplear para evitar un sobre crecimiento de la carpeta asfáltica en tareas de mejoras o mantenimiento, tanto por limitantes físicas, como es el caso de gálibos bajo puentes o en situaciones de desagües pluviales que impidan elevar dichas cotas y, adaptarse a las condiciones existentes (Bonfim, 2010; Don Brock, 2011).
Cuando las administraciones de las obras viales proponen este tipo de tareas, por lo general, se computan con una profundidad determinada y eso en muchos casos implica superficies fresadas irregulares (Don Brock, 2011), Figura 9. Para evitar este inconveniente se debería acoplar al equipo una niveladora como es el caso de una aplanadora durante el trabajo de colocación de una capa asfáltica nueva, con este elemento adicional se garantizaría una superficie pareja apta para continuar con el trabajo posterior de pavimentación.
En el caso de existir problemáticas en el paquete estructural del pavimento existente, como ahuellamiento o deterioro en capas inferiores no ligadas, esta tarea no es una solución dado que dichas fallas siguen presentes.
La tarea de fresado se puede clasificar:
1 – Según la temperatura de acción, en la cual se pueden diferenciar en dos procedimientos:
a) Perfiladora en frío o “cold milling machine”, esto es a temperatura ambiente, donde puede generar la rotura de agregados pétreos y, como consecuencia alterar la curva granulométrica de la capa existente del pavimento asfáltico (Bonfim, 2010).
b) Perfiladoras con temperatura elevada que retiran la carpeta asfáltica, lo cual altera la condición del ligante asfáltico, disminuye su viscosidad y su capacidad aglutinante facilitando de esta manera a la disgregación ante un esfuerzo mínimo de desbaste. Este procedimiento solo se emplea en el reciclado “in situ”, se escarifica la capa con una débil resistencia al corte produciendo un cambio insignificante dentro de la granulometría de la mezcla existente que compone la estructura del pavimento.
2 – Según el espesor del corte, entre los cuales podemos encontrar: fresado de superficie o fresado regularizador para eliminar defectos existentes en la superficie, como exudación y deformaciones plásticas, mediante la aplicación de un texturizado, lo que favorece a la macro y microtextura, mejorando la adherencia entre neumático-pavimento, confort y la seguridad del tránsito; mediante una intervención en la carpeta asfáltica a una profundidad promedio de 5cm que se emplea en pavimentos que contengan problemas funcionales o arreglos superficiales, siendo de empleo masivo en zonas urbanas donde el nivel de los desagües y obras de artes ejecutadas delimitan la cota superficial de la carpeta terminada (Bonfim, 2010). Por último, el fresado profundo el cual se genera en cotas superiores, accediendo en algunos casos a las capas de base e inclusive a las capas de subbase. Se emplean en pavimentos que presentan problemas estructurales donde es necesario una recomposición o reciclado.
3- Según la regularidad de la superficie final después del trabajo de fresado donde se puede obtener: fresado estándar que dejan ciertos surcos característicos en la superficie resultante con distancia entre líneas de 12 a 18mm (Figura 10); el fresado en fino que es el resultado de la aplicación de tecnologías en los tambores, donde se han reducido los espacios entre los dientes de cortes, lo que mejora la adherencia entre neumático – calzada y la posibilidad de una rápida habilitación al tránsito, con una distancia entre líneas de 8 a 10mm (Figura 11); finalmente, el microfresado, se utiliza en equipamientos de medio carril, contienen una separación entre líneas entre 3 a 6mm, siendo empleado para aumentar la rugosidad mejorando la adherencia, trabajo preliminar para tratamientos superficiales y aplicaciones de capas finas o microaglomerado asfáltico polimerizado. También es utilizado para eliminar la señalización vial (Figura 12).
Una vez realizado el fresado se complementa, según la envergadura de la obra, con equipos de barrido automatizados o manual que realizan el trabajo de juntar y levantar aquel material granular o fino suelto que queda sobre la superficie. De esta manera, la capa resultante del fresado queda libre de particulado y en condiciones, según el caso, para ser habilitada al tránsito o realizar el riego de liga necesario para recibir la nueva carpeta asfáltica.
Referencia bibliográfica
Bonfim, V. (2010). Fresado de Pavimentos Asfálticos. Editorial exceção. 3era edición 128 pag.
Don Brock, J. (2011). Fresado y Reciclaje (Informe Técnico T-127S). Astec Industries.
Rivera, J. J. (2018). Estudio de Riegos Asfálticos de Liga entre Capas Asfálticas para Rehabilitación de Pavimentos Flexibles Fresados. Tesis doctoral. UTN FRLP.
