[vc_row][vc_column][vc_column_text]*Por el Ing. Oscar Fariña.
En este capítulo continuamos tratando la problemática del uso del suelo a nivel global en nuestro país y dentro de la abundante información recogida, hemos optado por evaluar en esta edición la problemática de los Parques Nacionales, su historia y desarrollo a través de distintas épocas y su situación actual dentro de la estrategia de preservar y mejorar el medio ambiente y el cuidado de los recursos disponibles que nos entrega nuestra tierra. Para mejor comprender la importancia de estas reservas de los inmensos espacios de territorio alcanzados, se hace una evaluación de las políticas implementadas por las distintas gestiones gubernamentales, los resultados que se van progresivamente logrando y una comparación con las experiencias observadas en otras regiones del mundo.
Los Parques Nacionales
Nuestro país, a partir del año 1934 en que se crearon los primeros dos Parques de Jurisdicción Nacional, fue evolucionando progresivamente pero no en forma continua, en una importante organización que cuenta en la actualidad con 36 de estos espacios destinados a proteger el patrimonio natural y cultural de nuestro territorio. En el mes de octubre del citado año, donde participaron de esta enorme tarea Francisco Pascasio Moreno y Exequiel Bustillo, se establecieron los Parques Nahuel Huapí e Iguazú, que ocupan las superficies de 717.261 y 67.21 hectáreas respectivamente.
Con la creación, en el año 2018, de las cuatro últimas unidades (Traslasierra, Aconquija, Ciervo de los Pantanos e Iberá), se completa un sistema de 36 Parques Nacionales con un total de 4.991.400 Ha, que constituyen un 1,8 % del territorio continental argentino (si se consideran otras reservas a analizar próximamente se puede hablar de hasta un 4 %).
Según estadísticas oficiales, trabajan en el cuidado de estos enormes espacios, alrededor de 200 guarda-parques, que si se lo relaciona directamente con las áreas a custodiar, resultan cifras insignificantes, lo que sumado a problemas de distinta naturaleza que vamos a ir desarrollando a lo largo de estas crónicas, se entiende que las autoridades del Gobierno deben dedicar especial atención para el resguardo del patrimonio y el uso de la tierra que es propiedad de todos. En la Figura N° 1 se tiene un mapa de nuestro país con los emplazamientos de los Parques Nacionales.
En la Figura N° 2 se han detallado las características y ubicación de los parques ordenados por la fecha en que se dictó la Ley respectiva de su creación, lo que en general, es la circunstancia final de un largo período, en que se fue generando cada uno de estos espacios reservados. Como es habitual, la incidencia de estos acontecimientos en la evolución política de nuestra historia, está directamente relacionada con la posición ideológica de los respectivos gobernantes.
Si se consideran períodos de aproximadamente 10 años, a partir de la década del 1930 hasta la actualidad, se puede apreciar la evolución del crecimiento del número de Parques Nacionales y la superficie de la tierra destinada a los mismos (Ver Figura N° 3).
Tal como puede apreciarse en las Figuras N° 4 y N° 5, la creación de 8 nuevos Parques en el período 1945 – 1955, marcó un récord muy importante, que implicó la asignación de alrededor de 1.700.000 Ha a la conservación del medio ambiente y el usufructo de estas bellezas naturales protegidas con el libre acceso de la población.
Si bien el crecimiento de esta infraestructura se mantuvo con altibajos, con el avance de los años, éste continuó cada vez más sostenido, lográndose alcanzar un total de prácticamente unas 5.000.000 Ha, lo que constituye un 1,80 % de la superficie continental de nuestro país (2.780.400 km²).
Debe tenerse en cuenta que en nuestro país, la Administración de Parques Nacionales, a su vez gestiona un amplio sistema de áreas protegidas como Reservas Naturales que amplían notablemente el patrimonio geográfico de estos espacios. Adicionalmente, existen más de 250 predios protegidos que se encuentran, ya sea dentro de jurisdicciones provinciales o municipales, como así también en gestión del tipo privado. Véase que el famoso Valle de la Luna es un Parque perteneciente a la provincia de San Juan, mientras que el inmediatamente próximo de Talampaya en La Rioja, es como ya se ha detallado un Parque Nacional (Ver Figura N° 6).
En lo referido a los espacios denominados Reservas, se acompaña la información publicada por la citada Administración y en la Figura N° 7 su emplazamiento geográfico.
A nivel internacional, se registran valores muy altos de los espacios protegidos y de los 10 parques nacionales más grandes del mundo, siete de éstos se encuentran en el continente americano, incluyendo el primero de ellos ubicado en la isla de Groenlandia que pertenece a Dinamarca (Parque Nacional del Noreste con un área 970.000 km².) Esta información está detallada en la Figura N° 8.
Un dato relevante es el hecho que el Parque que está ubicado en el 10° lugar, es el Parque Nacional Bernardo O’Higgins en Chile, con un área de 35.246 km², lo que sólo éste, constituye un 4,66 % de la superficie del territorio.
Algunas consideraciones sobre el uso del suelo y su vinculación con los Parques Nacionales
Debo reconocer que para la elaboración de esta serie de informes sobre el uso del suelo, he venido consultando como ya lo he dicho, una numerosa documentación sobre variados aspectos que me han permitido evaluar la complejidad de esta problemática y que para un ordenamiento de los planteos, he decidido en primer lugar, tratarlos en un nivel general sobre el territorio de nuestro país, para luego analizar los temas, más vinculados específicamente a las regiones urbanas y su relación con el uso de la vía pública.
Dentro de este esquema, es factible encontrar estudios serios sobre la conflictividad de que las variadas acciones que se llevan a cabo en el mundo, dan como resultado, situaciones peligrosas para el medio ambiente y como ejemplo de ello, se pueden encontrar numerosos ejemplos de civilizaciones enteras que han colapsado por estos motivos. Es por esta razón, que en el tema de los espacios reservados a los Parques para el cuidado del medio ambiente, he encontrado un verdadero remanso, ya que constituyen emprendimientos, diría muy optimistas, para ser utilizados como punto de partida y que cuentan con el apoyo generalizado de la población.
En la actualidad, tal como se ha listado, son numerosos los Parques y Reservas custodiados a nivel nacional, a los que habría que agregar, lo que se tratará en los próximos capítulos, las Reservas a niveles provinciales y municipales, como así también los Bosques Nativos, los Humedales, etc. y finalmente, el complejo problema de los espacios reservados a las Comunidades de Pueblos Originarios, cuya solución continúa siendo permanentemente postergada.
No quisiera terminar aquí, sin describir algunas experiencias personales en cuanto al análisis de algunos aspectos, que creo importante destacar, que si bien pueden estar distorsionados por el paso del tiempo, me han quedado como recuerdos que quiero compartir y tal vez sea necesario que aquellos que lean estas líneas, me hagan llegar si es posible, que algunos de los problemas que cito ya han sido solucionados.
a)-En primer lugar, no quisiera aburrir con aspectos por todos conocidos, pero uno de los registros más lindos que tengo, es referido al paso lacustre Pérez Rosales, navegando sucesivamente dos lagos: Nahuel Huapí y Frías en Argentina y en otra oportunidad, el lago De Todos Los Santos, haciéndolo por Chile.
b)-Dentro del mismo Parque, está el Lago Traful y en la orilla sur del mismo se encuentra precisamente la localidad de Villa Traful. Para llegar a ella, desde la que actualmente pasó a ser la Ruta Nacional 40, finalmente fue pavimentada, hay que circular por la Ruta Provincial 65. El camino se desarrolla dentro de un bosque nativo, que si bien es una experiencia muy agradable, el andar prácticamente esquivando los árboles en cada curva, resulta peligroso si se lo mira desde el punto de vista de la seguridad vial. Esto no es nuevo, ya que estos diseños viales se repiten en la mayoría de los caminos interiores de los parques, a lo que hay que sumarles que las calzadas se ven afectadas seriamente por los problemas climáticos especialmente en los períodos invernales que tienen un papel protagónico en las regiones montañosas. Puede decirse lo mismo en las zonas donde las lluvias afectan las calzadas en forma similar a lo permanente analizado con los caminos rurales. En el caso que nos ocupa, traté de averiguar por qué no se mejoraba el diseño geométrico de una ruta que es imprescindible para el acceso a una localidad con habitantes de residencia permanente. Lo que escuché fue que el problema no estaba vinculado a la falta de decisión de las autoridades viales que tenían todos los medios para resolverlo, sino que precisamente, éste lo constituía aparentemente el propietario de los predios lindantes que se oponía en forma violenta a llevar a cabo los trabajos respectivos.
c)-Estando en el Parque Nacional Lago Puelo, se había registrado un evento muy frecuente en las épocas estivales, de un incendio, que por las dificultades de acceso a los lugares afectados, hacía muy difícil apagarlo. Una opinión muy generalizada que se escucha en estos casos, era que había sido intencional para poder usar la madera de los árboles que se había quemado y que esto además permitía una mayor oportunidad para la utilización de la mano de obra disponible en el lugar. No puedo dar fe de estas impresiones, pero entiendo que las autoridades deben evaluar perfectamente los riesgos que conlleva el cuidado de los bosques nativos y establecer políticas claras para el uso racional de los múltiples recursos disponibles para el eventual uso comercial de los mismos.
d)-El Parque Nacional San Guillermo se encuentra en plena cordillera al Noroeste de la provincia de San Juan y conforme a la información actual, puede llegarse sin dificultad desde la localidad de Rodeo. Hace varios años atrás, cuando visité el lugar, se me informó que el único camino que estaba abierto, era el que había construido la empresa que explotaba la Mina de Pascua Lama, y por razones de seguridad sólo con autorización de la misma se podía ingresar. Debe destacarse que por las características geográficas del lugar, los accesos son difíciles y los caminos en el Parque exigen tener movilidades especiales.
d)-Hace varios años estuve en la provincia de Misiones para comprar tablones para un uso particular y ya me encontré con el problema de la escasez de oferta de maderas duras, dado que la tala comercial de los árboles, venía mermado la disponibilidad de las mismas. Puede verse cómo progresivamente los bosques nativos fueron reemplazados mediante la siembra posterior de coníferas de rápido crecimiento. Acerté al llegar a la localidad de El Soberbio, donde había numerosas ofertas para visitar los Saltos del Moconá, sobre el Río Uruguay, actualmente un destino turístico muy apreciado por su belleza. Se nos informó que dado, como siempre, por el estado de los caminos afectados por las lluvias, los mismos resultaban intransitables. Un operador se ofreció a llevarnos en camioneta pero circulando por Brasil, lo que nos insumió alrededor de dos horas hasta alcanzar el Parque Estadual do Turbo donde finalmente llegamos a destino. Pero quiero resaltar aquí la impresión que tuve en el ingreso a la Reserva, ya que en el límite de la misma, se veían separados sólo por unos metros, un campo sembrado de trigo con una pared vertical verde del follaje del bosque. Es decir, se taló todo hasta el propio límite.
La seguimos en el próximo Capítulo.
Que todo sea para mejor.
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