Entrevista al Ing. Cristian Mattana, presidente de la Cámara Argentina de Consultores de Ingeniería (CADECI).
-En relación a la Obra Pública, ¿En qué sentido se está trabajando?
Cristian Mattana: La Ley cumple 75 años. Entonces, nos parece que es un buen momento para plantear una actualización de la misma sin perder toda la jurisprudencia que tenemos utilizándola. Porque hay un montón de aspectos a mejorar en la Ley para eficientizar todo el sistema de la obra pública. Creemos que hay una gran oportunidad de mejorarla, adaptando un montón de cuestiones que son mucho más modernas que la época en la cual se hizo la ley. Hay desde aspectos de igualdad de género, temas ambientales y de la sociedad que no fueron tenidos en cuenta en su momento cuando se hizo la ley porque no existían prácticamente. Había un desconocimiento, éramos ignorantes de estos temas. Pero se ha evolucionado y creemos que hay grandes cuestiones que hay que incorporar a la ley. Entre las más importantes, destaco el tema de resolución de controversias, que para las dos partes es fundamental, no solamente para los contratistas o los consultores, sino que para el Estado también. Porque cuando tenés un problema en una obra, no podés pararla. Eso cuesta un montón de plata. Entonces, lo que deberíamos buscar es un mecanismo ágil que te permita abordar la controversia. Y digo controversia, no digo conflicto, porque cuando ya pasó a ser un conflicto es otra cosa va por otro canal. Controversia va a haber siempre en las obras porque vamos a discutir si esto estaba incluido o no estaba incluido en mi presupuesto, vamos a discutir si el plazo que te tengo que pedir de extensión es por culpa mía o es por culpa del comitente que por ahí no me pagó el término. Es decir, hay una serie de cuestiones que se tienen que ir resolviendo ágilmente durante la ejecución de la obra y ese aspecto no está tenido en cuenta hoy en la ley. Entonces hay una gran oportunidad de hacer eso más eficiente. Doy el ejemplo de la solución de controversias, es uno de los temas más importantes. Pero después hay un montón de regulaciones más que se necesitan.
– ¿En algún momento se intentó cambiar esa Ley o simplemente se encontraron que hay que modificarla?
C.M: En realidad, la Ley es una muy buena. Creo que estamos fallando un poco en su aplicación. Hay contratos del Estado que hoy no respetan la Ley de Obras Públicas. Por ejemplo, la ley tiene una cuestión de que tiene que reconocer intereses por pago fuera de término y eso no se está respetando. Entonces, hay cuestiones que son muy buenas en la ley original, pero actualmente no se están respetando y deberíamos forzar a que eso se respete. También hay otras cuestiones que no están atendidas en la Ley. Por ejemplo, la evolución tecnológica. Es decir, hoy hay infinidad de herramientas tecnológicas y el Estado podría promover su uso de manera tal que los servicios y las obras se hagan utilizando buena tecnología, que hoy está disponible a un costo relativamente bajo. Pero bueno, todos tenemos que aprender. Y si no subimos la vara, nos quedamos cómodamente adormecidos en lo actual.
– Sería como un cambio de cultura…
C.M.: Si pensás en obras de arquitectura, las maquetas que tienen que hacer los arquitectos, hoy se hacen en forma digital. Entonces, vos tenés un gemelo digital dentro de un entorno donde es relativamente barato probar cosas ahí adentro y después, obviamente cuando empezás a hacer la obra seguramente tendrás tus problemas pero ya van a ser muchos menos porque lo pensaste antes. Entonces acotas mucho los riesgos. Pero bueno, la inversión en conceptualizar el proyecto la tenés que hacer de entrada no podés esperar a etapas posteriores. Nosotros hablamos mucho de lo que se llaman ahorros aparentes en la ingeniería y desde CADECI lo hemos estudiado infinidad de veces y promovemos el uso de la aplicación de lo que se llaman las buenas prácticas de la ingeniería. Porque hay mucho conocimiento acumulado de experiencias anteriores como para no aprovecharlos. Tenemos que lograr un círculo virtuoso entre contratante, consultores y contratistas de manera tal de que aprovechemos toda esta experiencia a favor de un mejor resultado, de que las obras terminan en plazo y presupuesto. Eso hoy se puede hacer, pero bueno, sistemáticamente encontramos que los ciclos políticos que son de cuatro años son muy cortos para hacer lo que hay que hacer. Tenemos muy poca planificación de largo plazo. Ese es un reclamo permanente. No tenemos un plan de transporte completo de largo plazo que lo estemos ejecutando en forma que trascienda los distintos gobiernos, lo mismo nos pasa en energía. La Argentina tiene un potencial enorme.
– ¿Qué acciones lleva adelante CADECI al respecto?
C.M.: Estamos participando en el Observatorio de la Obra Pública, que es un organismo promovido por el Ministerio de Obras Públicas, en donde hay cerca de 20 instituciones. Es un ámbito de debate que es bastante abierto, con la posibilidad de vincularnos con otras entidades que de alguna manera son actores de la obra pública.
Estamos también en el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) de la Cámara de la Construcción, trabajando activamente con ellos en un plan de obras públicas y con el Centro Argentino de Ingenieros también haciendo algunas cosas. Después seguimos participando muy activamente de Federación panamericana de Consultores (FEPAC) donde tenemos una interacción muy abierta con colegas de otros países de la región y de España y Portugal, que también son miembros. También con la Federación Internacional de Ingenieros Consultores (FIDIC) porque ahora los bancos multilaterales van a empezar a utilizar los contratos FIDIC.
– ¿Se van a comenzar a poner en práctica acá en la Argentina?
C.M.: En realidad los bancos, Banco Mundial, BID, CAF, están utilizando modelos de contrato que son propios de los bancos. Ahora, están empezando a utilizar modelos de contrato FIDIC porque tienen una modalidad y una historia de desarrollo. Es decir, ya tienen un sustento de utilización durante muchísimos años y han sido muy efectivos. Entonces, pareciera que los bancos están mirando a la utilización de ese tipo de contratos. Acá, en la Argentina, hay relativamente poca experiencia en el uso de contratos FIDIC. Nosotros tenemos algunos y la idea es tratar de que eso se implemente porque tienen, por ejemplo, incorporada la resolución de controversias que hablábamos antes. Hay distintas modalidades, se puede incorporar un panel de técnicos desde el inicio del contrato de construcción para que acompañe el proceso completo y realice un seguimiento permanente. Por eso creemos que hay que actualizarse. Descartar lo que no sirve y aprovechar lo que sí. Cada obra tiene sus particularidades y obviamente habrá que adaptarse a esa obra específicamente, pero la realidad es que hay experiencias en el mundo e infinidad de experiencias para aprovechar.
– ¿Creés que en los gobiernos faltaron y faltan profesionales entiendan realmente las problemáticas de una obra?
C.M.: Creo que hemos tenido históricamente este problema y no le hemos encontrado una clara solución. Hoy por hoy, los políticos entienden que, si no tienen proyectos para ejecutar, no hay obra pública. Hoy se están haciendo un montón de proyectos, pero está muy atomizada, no hay proyectos emblemáticos. No hay un recambio generacional en este momento. Lo primero que tiene que haber es un plan de largo plazo que trascienda los gobiernos. No podemos estar pensando solamente en los cuatro años. Tenemos que pensar a más largo plazo.
– ¿En cuántos años pensarías un país?
C.M.: Creo que tenemos que pensar en un plan de 30 años y lo tenemos que actualizar mínimo cada dos, porque el mundo cambia. Tenemos que ver qué hicimos, qué logramos concretar de lo que teníamos previsto y cómo reorientamos lo que sigue. Hay relativamente pocos ingenieros en la función pública y los que hay, en general, no son muy escuchados. Estamos perdiendo oportunidades increíbles para la Argentina por no ponernos de acuerdo en algo elemental, digamos en tener un plan. Entonces, hay que hacerlo.
– El trabajo en el CPI es sobre esto…
C.M.: Sin dudas. El CPI está supliendo una falencia del Estado, porque la función es la planificación y puede hacerse ayudar por privados. Hay que convocar especialistas y expertos que permitan desarrollar esa planificación. Creo que todos vamos a coincidir en que tenemos que promover la minería y el uso de la energía. El uso de las fuentes naturales que tenemos en Argentina es limitado y no lo estamos logrando desarrollar de una forma inteligente. La red de transporte que no está pensada como una red intermodal tampoco.
– No se trabaja en conjunto…
C.M.: Se tienen que complementar los sistemas de transporte, no pueden estar compitiendo. Es un trabajo arduo, pero hay que trabajar en equipo. Tenemos que tener una estrategia de cómo desarrollamos el transporte para que no compita el ferrocarril con lo vial, sino que se complementen y que esa complementariedad sea la mejor para el país, no para el ministerio. Nuestro gran desafío para los años que vienen es poder armar algunos planes de largo plazo, priorizar los proyectos y ejecutar la primera parte de esos planes. Es decir, hacer un programa estratégico de desarrollo. Por eso decía, hay algunos documentos armados, pero hay que actualizarlos y alguien tiene que tomar decisiones. El mensaje para mí es que nuevamente la Argentina está frente a una oportunidad espectacular de desarrollarse. Ahora, depende de las personas que logremos organizar el país para que este desarrollo finalmente se produzca. No es que se va a producir solo, lo tenemos que lograr entre todos. Y acá es donde para mí la política tiene una gran responsabilidad. Nosotros desde el sector privado vamos a acompañar con toda la técnica que tengamos que aportar. Porque para eso nos formamos y tenemos las empresas, las consultoras, que pueden hacer, pueden aportar esas soluciones, pero necesitamos que pensemos juntos esto y que trabajemos en conjunto.