* Por el Lic. Daniel Adrián Manente, jefe del Departamento de Prevención de Protección Mutual de Seguros del Transporte Público de pasajeros.
El empleo de simuladores para la capacitación de conductores profesionales del transporte público de pasajeros se presenta como uno de los métodos más efectivos a la hora de trasmitir los conocimientos y análisis en determinadas materias.
La habilidad conductiva es un atributo básico para un conductor profesional, hasta hace menos de una década en Argentina no existía otra forma de desarrollar esa habilidad de modo que no fuera mediante el uso de un ómnibus, una unidad de alto costo de adquisición, operativo y con fuerte lucro cesante. Pero lo peor es que el aprendizaje de maniobras evasivas para situaciones de alto riesgo era imposible de practicar debido al peligro de vida para los conductores u otros actores de la vía pública, quedando relegado a la capacitación teórica en un aula, estudiando casos de siniestros, sin poder llevar a la realidad lo aprendido de forma teorica.
La tecnología de simulación aplicada a conductores, permite disponer de una herramienta asociada con “el saber hacer” en la práctica simulada, evitando riesgos, con un bajo costo operativo, contando con unidades y escenarios similares a los reales, en cualquier condición climatológica, sobre todo tipo de calzadas y con incidencias preestablecidas. El costo de adquisición de este tipo de equipamientos es cada vez es menor debido a la masificación de la herramienta y el avance de la tecnología cada vez más accesible.
Los resultados no se están haciendo esperar. El uso eficiente de herramientas de capacitación, en el marco de un adecuado sistema de gestión del riesgo vial disminuye visiblemente los indicadores siniestrales, aspecto claramente conveniente para conductores profesionales, empresas de transporte, aseguradoras, el estado y la sociedad en su conjunto.
MOTIVACIÓN
El transporte colectivo de personas es un servicio público, con un atributo principal a la vista de la sociedad: “la seguridad”. De los tres factores que componen a la seguridad vial, el humano tiene una preponderancia del orden del 90%, he aquí la importancia de afrontar acciones preventivas más eficientes para mejorar el atributo principal del transporte de personas. “La capacitación de los conductores profesionales”.
Las competencias que definen el puesto de un conductor profesional están constituidas por actitudes, conocimientos y habilidades. Las actitudes, son de carácter psicológico y están condicionadas por el entorno de trabajo, es “el querer hacer”.
Los conocimientos, están relacionados con la capacitación recibida, es “el saber que hacer”.
Las habilidades, implican la capacidad psicomotriz para aplicar los conocimientos en la conducción, en este caso, la de la unidad de gran porte. Es “la expertiz en el saber hacer. Se relaciona con lo práctico”.
Las dos primeras áreas de competencias de un conductor profesional, el querer hacer y el saber hacer, se adquieren o mejoran con métodos tradicionales, pero el saber hacer se aprende haciendo, cuestión, que para el caso del conductor profesional, puede ser muy riesgoso para si mismo, los pasajeros y los usuarios de la vía pública.
SITUACIÓN INICIAL
La capacitación práctica del conductor profesional novel en Argentina, tuvo siempre dos premisas: la capacidad adquirida como particular y en el mejor de los casos, una práctica de un mes a cargo de un conductor experto en la empresa. Luego, la experiencia en la “calle”, con la correspondiente curva de aprendizaje, sabiendo que existe un primer periodo de muchos costosos errores, una etapa con fallos dentro de la media y un final con aumentos en el último periodo de la vida laboral del conductor.
Cuando empezamos a ocuparnos seriamente en la capacitación del conductor se logró un curso teórico, formal y estandarizado de inicio en la profesión y módulos avanzados teóricos a lo largo de la vida laboral del conductor.
El proceso formativo de este modo era incompleto. Se comenzó a trabajar en la formación práctica. La pregunta a responder fue: ¿vehículo real o simulador?
TECNOLOGÍA DE SIMULACIÓN
En un comienzo, la simulación, era tecnología reservada para lo Aeroespacial Ej. La NASA, hemos visto decenas de películas de acoples de módulos a otras naves practicadas en un simulador en la década del 60, luego, esa tecnología pasó al sector aeronáutico en los 70 y a partir de la masificación de la computación su desarrollo fué enorme y abarcativa a otras tareas
Con la capacidad y velocidad de cálculo de las computadoras, y técnicas visuales perfeccionadas, surgen nuevas ideas sobre desarrollos de herramientas de entrenamiento basadas en tecnologías innovadoras. El empleo de la simulación se presenta como uno de los métodos más efectivos a la hora de trasmitir los conocimientos y análisis en determinadas materias. Gracias a los avances tecnológicos la simulación ha evolucionado enormemente, permitiendo alcanzar excelentes cotas de confiabilidad. Las capacidades de cálculo actuales permiten ejecutar una serie de modelos matemáticos que conjuntamente con las técnicas visuales reflejan fielmente la realidad en toda su complejidad.
El reto actual es una aplicación masiva de la simulación con formación a un amplio sector de la sociedad. Ofrecer las bondades de esta técnica hasta ahora accesibles a un pequeño porcentaje de la población.
CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE UN SIMULADOR DE CONDUCCIÓN
Proporcionar el funcionamiento satisfactorio de un simulador solamente es posible si actúan una serie de modelos matemáticos capaces de simular el comportamiento de la máquina real con un nivel de precisión y sofisticación lo suficientemente alto como para generar todos los efectos y matices que permitan identificarla de manera inequívoca. Sólo así las experiencias acumuladas en el simulador pueden proporcionar una experiencia aplicable a la vida real.
El objetivo final de toda herramienta de simulación consiste en reproducir determinadas condiciones de entorno para generar en el usuario una serie de sensaciones que resulten tan parecidas a la realidad como sea posible. Si existiera un simulador capaz de generar sensaciones tan realistas que el usuario no supiera encontrar diferencias entre la realidad y la experiencia simulada, se diría que dicho simulador es totalmente inmersivo, o que proporciona una inmersión del 100%.
El simulador es una herramienta que imita la realidad, sirve para practicar determinadas situaciones pero no sustituye las experiencias reales. Las simulaciones son activas, y por lo tanto, llevan a los alumnos hacia un aprendizaje activo, haciendo que los ellos sean responsables de su propio aprendizaje y su motivación consiste en la consecución de metas u objetivos.
LOS SIMULADORES PARA CONDUCTORES PROFESIONALES
Un conductor profesional es totalmente distinto al particular, pasa toda su jornada laboral conduciendo un vehículo, normalmente de gran tamaño y peso, si es conductor de transporte público, lleva cerca de 100 personas recorriendo zonas urbanas de gran concentración de tránsito. Además, está cumpliendo un servicio público, lo que implica una fuerte afectación de la imagen de su empresa, con una herramienta de trabajo de alto costo de obtención y operativo.
Esa realidad hace que la ecuación costo versus beneficio analizable a la hora de decidir la obtención de un simulador para el entrenamiento de conductores profesionales sea cada vez más accesible para transportistas, organizaciones vinculadas con la gestión del riesgo vial u organismos de gobierno.
VENTAJAS EN EL USO DE UN SIMULADOR
La más importante es sin dudas, la posibilidad de ejecutar el aprendizaje sin riesgos en situaciones que comprometen la vida de un ser humano. Sin un simulador no existe una manera de practicar maniobras evasivas de cruce de peatones, vehículos que pasan un semáforo en rojo, sobrepasos exigidos, vehículos en trayectoria de colisión frontal, ciclistas o motociclistas que cambian de trayectoria y otras tantas más.
También permite aprovechar la oportunidad de capacitación, en una misma sesión se practica, conducción nocturna, con lluvia, con viento, con niebla o cualquier otra condición meteorológica sin depender del clima o el momento del día.
Tampoco hace falta tener disponible una determinada locación para practicar pendientes o distintas rugosidades de calzadas, solo basta con preparar el ejercicio con el simulador.
Desde el punto de vista logístico no es necesario sacar de servicio una unidad para practicar, además del ahorro de combustible.
La herramienta es óptima para ejercitar la conducción productiva en un determinado recorrido bajo la modalidad de consumo antes y después de la capacitación o en plena marcha tener una avería determinada.
CONSTITUCIÓN DE UN SIMULADOR PARA CONDUCTORES
Hay dos grandes conjuntos de elementos: el hardware y el software.
El hardware está compuesto por la integración de la cabina de conducción en el simulador, con una adecuada sensorización de los elementos de mando y la electrónica del sistema de entradas y salidas, posee un sistema de reflexión de par en el volante mediante motorreductores, un sistema de audio 3D envolvente, un sistema de comunicación con el instructor y una cámara para la visualización del alumno desde el puesto del instructor.
Otros elementos destacados de la posición del alumno son la plataforma de movimiento de al menos tres grados de libertad y un sistema de proyección de imagen 150 grados.
El sistema y sus ejercicios se controla desde un puesto de instructor el cual tiene una interfase con el software que maneja el ejercicio formativo a desarrollar y en desarrollo.
El software es probablemente el más complejo de los componentes puesto que en él se construyen los escenarios en 3D por donde se desplaza el vehículo simulado. En los escenarios hay otros vehículos con una lógica definible y cada interacción de la unidad con el medio se traduce en una acción sobre la posición del alumno mediante la plataforma de movimiento, el volante, el sonido o la imagen.
RESULTADOS
Una empresa que emplea un simulador es porque ha realizado o debería hacerlo, una batería de acciones relacionadas con la seguridad vial: estudia sus recorridos, comunica puntos críticos, conoce sus indicadores de desempeño en seguridad vial, gestiona eficientemente sus recursos humanos, tiene un proceso de ingresantes, capacita a sus conductores en actividad, realiza mantenimiento preventivo y programado sobre su flota, compra repuestos de seguridad controlados, monitorea el movimiento de las unidades con sistemas de geo posicionamiento, entre otras tantas. Por ello se hace dificultoso atribuir éxitos o cambios que mejoren la siniestralidad de forma exclusiva a la capacitación con el simulador.
Nuestro relevamiento sobre 4.199 conductores capacitados arrojó que un 95% se encontró muy motivado cuando se lo convocó a una jornada de perfeccionamiento en aula tecnológica; el 94% opinó que el grado de realismo percibido, en las situaciones simuladas, fue muy buena o buena; y el 96% expresó que las situaciones vivenciadas de errores de otros conductores fueron muy buenas o buenas.
¿Qué puede hacer un simulador para conductores profesionales?
Se logra simular todo tipo de escenarios o situaciones de conducción:
- Zona urbana, ruta o autovías. Pendientes ascendentes o descendentes.
- Distintos tipos de adherencia de calzada, según la calzada o la condición climatológica.
- Distintas densidades de tránsito vehicular y su agresividad.
- Cualquier condición meteorológica (nieve, niebla, lluvia o vientos de cualquier dirección)
- Situaciones de iluminación variable artificial o natural.
- Hechos de tránsito generados por otros vehículos que comparten calzada con el simulado.
- Puede cambiar la configuración del puesto de conducción, características dimensionales, estáticas o dinámicas para varios tipos de buses.
- Capacitaciones pre configurables según objetivos de aprendizaje.
- Grabación de las sesiones de capacitación en 3D.
- Funcionamiento con retarder, ABS y/o ESP
Algunas de las incidencias simulables
- Presencia de animales sueltos en la calzada.
- Peatón que invade la calzada por sitios reglamentados o no.
- Baches y otros defectos en la calzada.
- Presencia de ciclistas / motociclistas ocupando parte de la vía de circulación.
- Vehículo circulando a velocidad anormalmente baja, con o sin iluminación.
- Vehículo circulando en dirección contraria en ruta con trayectoria de colisión frontal.
- Vehículo que no respeta la señalización de PARE o semáforo en rojo.
- Presencia de placas de hielo en ciertos puntos del camino.
- Frenada súbita del vehículo precedente.
- Caída de pasajeros por arranque y frenada brusca.
- Situaciones de conflicto con otros vehículos en rotondas.
- Distintos tipos de pasajeros.