Por el Ing. Pablo Chelmicki, gerente de CADECI.
La innovación bien entendida constituye una de las palancas de cambio más importantes para acelerar el desarrollo económico de un país, y en definitiva alcanzar una mejora de calidad de vida de sus habitantes.
Para lograr este proceso, es positivo que las administraciones públicas tengan políticas de innovación en la gestión, utilizando las diferentes herramientas disponibles.
Como todo proceso, tiene sus riesgos y límites. El primero es entrar en la trampa de centrar la innovación como objetivo final y pretender que los cambios resuelven todos los problemas. El segundo, enfocar todo en la reducción de costos. El tercero, en creer que se sabe y se puede todo.
Esto no sucedería si tuviéramos siempre presente que “la innovación correcta es la aplicación con éxito de ideas nuevas y apropiadas”, ya que no siempre todos los cambios son los apropiados y tienen sus limitaciones.
Algunos ejemplos de “ideas nuevas” (y no tan nuevas)
Es común observar que en aras de “optimizar la inversión” o “acortar los plazos” se licitan obras sin su correspondiente proyecto, o con proyectos poco estudiados, resultado de recortar gastos y tiempos en las primeras etapas.
Optimizar la inversión global de una obra de infraestructura no debe significar minimizar el costo económico de todas y de cada una de las etapas y fases necesarias para su concreción y explotación.
Ciclo de vida de un proyecto
Etapa 1: Primeras fases: Estudios de factibilidad, anteproyecto, proyecto.
Etapa 2: Construcción (Proyecto de detalle, ejecución de obra) + supervisión.
Etapa 3: Conservación y explotación.
Optimizar, significa lograr proyectos sustentables de la calidad deseada para el usuario, con el menor costo final, considerando en dicho costo todo el ciclo de vida de la inversión. Esta simple premisa es la regla de oro de las inversiones de los países desarrollados.
Regla 1: Dónde poner el foco
Cuando se analiza el peso económico de cada etapa, es fácil observar que el costo de la Etapa 1 es mínimo frente a las otras dos etapas, pero sus implicancias son determinantes: 1) En la calidad del servicio final; 2) En el costo de la construcción, conservación y explotación; y 3) En los plazos de ejecución. (Ver Gráfico 1).
¿Qué hacen los países desarrollados para lograr mejores resultados?
Invierten tiempo y dinero en la Etapa 1. En dichos países, se invierte en el orden del 4% al 7% del costo de la obra. Se analiza y discute a fondo las diferentes alternativas, cada una no sólo desde lo técnico-económico, sino también en los aspectos vinculados a las licencias sociales, ambientales, aprobaciones de los diferentes entes involucrados, la gestión previa de liberación de trazas, un adecuado análisis de riesgos, entre otros. No significa que se acaban los problemas, pero se acotan sensiblemente.
Regla 2: Contratar calidad
En Estados Unidos está prohibido por Ley (Brooks Act de 1972) la selección y adjudicación por precio de los servicios de ingeniería, cuando hay fondos federales. Lo mismo ocurre en Canadá. A partir de 2008, varios Estados están aplicando el criterio de selección por calidad. En Alemania, el Bundesrat Alemán dispone la aplicación del método de selección por calidad y experiencia, para los servicios de Ingeniería, donde están perfectamente delimitados los alcances y honorarios correspondientes (1).
En nuestra región, en Colombia, la contratación de los servicios es por calidad. Además, por ley todas las obras deben ser controladas mediante interventorías independientes del Estado y de los contratistas.
Los malos resultados no son casualidad.
Un trabajo de la CAF (2), luego de analizar un importante número de obras realizadas en la región, llegó a las siguientes conclusiones:
Sobrecostos y demoras de las obras
Los resultados son claros. En el 60% de las obras analizadas, los sobrecostos se ubican entre el 11% y 40% y las demoras en el orden del 21% al 30% del plazo original, consecuencia de falencias de los estudios y proyectos incompletos o con errores. Del estudio, también surge como conclusión que no sólo no hubo ahorros en los costos y plazos, sino más grave aún, no se logró la calidad esperada, sumado a fuertes incrementos en los costos de explotación y mantenimiento.
En Brasil (3), el Gobierno Federal, luego del balance de las obras del PAC1 (4), dispuso que las nuevas obras del PAC2 solamente serían licitadas con proyectos ejecutivos y no más con proyectos básicos, en razón de los millonarios y controvertidos anexos contractuales observados en el PAC1, lo que provocó una crisis en el sector.
Argentina y su futuro
Frente a las experiencias locales y de la región, cabría preguntarnos, si lo más conveniente no sería:
1. Licitar, con los correspondientes proyectos ejecutivos.
2. Supervisar adecuadamente la ejecución de las obras.
Si bien no lo compartimos, se puede entender que toda nueva gestión necesita poner rápidamente, en los primeros meses, una serie de obras, en plazos que no permiten desarrollar los proyectos como hubiera sido conveniente.
En paralelo, sería razonable armar un listado de los proyectos necesarios ejecutar de 2019 en adelante, con una agenda para contratar durante 2018 y 2019 la ingeniería requerida. Asimismo, y como parte de la política de transparencia y uso eficiente de los recursos, controlar la ejecución de las obras, mediante inspecciones técnicas permanentes independientes y con experiencia.
El peso de los servicios de ingeniería, en el presupuesto nacional es mínimo, pero seguramente derivará en enormes economías a futuro. Contar con un plan definido y público, con proyectos en proceso de materialización permitiría a todos los actores económicos realizar sus proyecciones de necesidades de personal, equipos e inversión.
Si la razón es que no se cuenta con equipos técnicos profesionales suficientes para el manejo y seguimiento de dichos proyectos o del control de las inspecciones, existen experiencias positivas en el país, de contratar en paralelo servicios de consultoría de supervisión, tanto para la ejecución simultánea de múltiples proyectos como de inspecciones técnicas de obra, reservando al Estado los aspectos centrales de la planificación y fiscalización de los programas.
Un merecido reconocimiento a la capacidad local
Días atrás, la Agencia Nacional de Seguridad Vial hizo un justo y merecido reconocimiento. A través del primer premio del concurso de Investigación en Desarrollo de Seguridad Vial, ha otorgado al Ing. Norberto Salvia, integrante de nuestra Cámara, el primer premio por su trabajo de investigación sobre mejoras en la seguridad vial, tema tan sensible al gobierno.
Este merecido reconocimiento, entre destacados profesionales y académicos, pone en relieve la calidad y capacidad profesional de nuestros profesionales vinculados a la ingeniería vial argentina.
Confiamos en que todos comprendan la importancia de los servicios de consultoría de ingeniería, en el proceso de creación de valor para el mejor desarrollo de un país, y que es necesario trabajar todos en fortalecer al sector. Es parte del trabajo aún pendiente entre el Estado y la ingeniería argentina. Nuestra institución desea fervientemente que se avance en generar sinergias en tal sentido.