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\»La calidad del proceso de reconstrucción del neumático es parte fundamental para brindar garantía de su seguridad\»

Por Ricardo Sandá, responsable de Marketing-Producto de Camiones y Ómnibus de Michelin Argentina.
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EDITORIAL

Se calcula que alrededor de más de 550 mil vehículos pesados circulan a nivel país (*), así como también que más del 80 % del volumen de mercaderías que se mueve en Argentina es por camión.

Ante este número tan elevado, se hace imperiosa la necesidad de reforzar todo aquello que contribuya a un tráfico más seguro, tanto en rutas como en caminos urbanos. Aspectos como controles vehiculares, cumplimiento de las normas de tránsito, y que los componentes de los camiones u ómnibus estén en condiciones (como el caso de los neumáticos) favorecerán a una movilidad más sustentable.

Respecto de las alternativas viables para tener los neumáticos en condiciones, muchas compañías de flotas optan por la reconstrucción de las cubiertas. Y esta opción es muy conveniente en términos de costos y de aprovechar al máximo los cascos, pero esto es factible siempre y cuando sea bien realizado. Y esto implica que sea concretada con procesos que puedan garantizar la calidad del producto terminado, que se traducirá directa y fundamentalmente en seguridad al andar, tanto para el conductor como para los bienes o pasajeros que se trasladen.

Ahora bien, es imprescindible comprender qué condiciones deben darse para poder recapar al neumático con las normas de seguridad necesarias para el posterior montaje en el vehículo. En este sentido, hay algunos puntos que sin duda harán que la reconstrucción del neumático sea la adecuada y brinde garantía de seguridad, como la verificación de la carcasa para cerciorarse que efectivamente pueda ser recapada, los procesos que se aplican para su reconstrucción, la tecnología de las plantas y maquinarias, así como la disponibilidad de bandas de rodamiento especializadas para cada tipo de utilización y ejes.

Procesos

Involucra no sólo la reconstrucción en sí misma, sino desde que el neumático entra al taller para cumplir con los estadios de verificaciones y todos los pasos necesarios para evaluar si el neumático está en condiciones de ser recapado. Este punto es esencial; es la inspección que define si un casco está habilitado para ser recapado. Y sólo si está apto podrá cumplir con las normas de seguridad al montarse nuevamente en el vehículo. Por eso decimos que un recapado correcto y bien hecho incluye también la determinación de decir si lo recapo o no.

Plantas industriales y tecnología: otras de las recomendaciones que cualquier cliente debe contemplar al momento de elegir un proveedor para llevar adelante el recapado es informarse acerca de los procesos que se utilizan, las garantías que se brindan, las certificaciones de los fabricantes, la asistencia técnica y la maquinaria utilizada que, sin dudas, ofrecerán un servicio diferencial al momento de entregar al cliente calidad, confiabilidad y excelencia en la reconstrucción.

Bandas de rodamiento especializadas para cada tipo de utilización y ejes: esto también suma para garantizar seguridad en la conducción. Un buen recapado debe tener la posibilidad de contar con disponibilidad de distintos diseños de bandas para cada utilización en función del camino que recorrerá (mixta /urbana/ larga distancia/regional /fuera de carretera) y, a su vez, considerando el eje (direccionales, portadores, motrices).

Asimismo, incluir bandas optimizadas permite un mejor costo por kilómetro total del casco.

Carcasas

Como bien decíamos en el punto anterior, deben estar en condiciones. Las carcasas fatigadas no pueden ser recapadas porque no se darían los requisitos de seguridad.

Toda carcasa tiene un límite y es responsabilidad de las compañías de recapado hacer esa verificación de manera consciente.

Si el casco está en condiciones y se procede efectivamente al recapado, y teniendo en cuenta todos los puntos anteriores, los resultados serán muy buenos.

¿Cómo cuidar el neumático para que pueda ser recapado?

La posibilidad de reconstruir un neumático estará ligada al estado de conservación de la carcasa, su mantenimiento y las condiciones de manejo (desde respetar la cantidad de carga recomendada hasta la forma de conducción del chofer, entre otras variables).

Entre las recomendaciones a tener en cuenta hay que corroborar la correcta presión de inflado, mantenimiento de la unidad en general (alineación, balanceo, amortiguación etc), un buen reglaje de frenos para evitar que genere temperatura y dañen el neumático, e inspección del neumático en forma periódica para evaluar si necesita alguna intervención o reparación preventiva (dado que algún daño sin atender puede desembocar en un neumático fuera de servicio y que no pueda cumplir con su vida útil).

También es fundamental que una vez que el neumático está desgastado, retirarlo en el tiempo sugerido y de acuerdo con las recomendaciones, no sólo por seguridad, sino también porque, de lo contrario, ya no será viable su reconstrucción.

*Según datos de AFAC.