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LA INFRAESTRUCTURA PARA LA SEGURIDAD VIAL EN CHILE

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EDITORIAL

El responsable del departamento de Seguridad Vial del Ministerio de Obras Públicas del Gobierno de Chile, el Ing. Juan José Sánchez Alegría, fue uno de los expositores de las jornadas de reflexión sobre la seguridad vial en la ciudad de Paraná, Entre Ríos. A continuación un resumen de su presentación.

Desde hace un tiempo, hemos iniciado un camino muy similar al de Argentina. Estamos mejorando la infraestructura vial con el propósito de que todos los días la gente pueda regresar a su casa sin ningún inconveniente.
Chile, en comparación con Argentina, tiene a penas 16 millones de habitantes. Contamos con un parque vehicular cercano a los 4 millones de vehículos y una red de caminos total del orden de 80.000. El año pasado, fallecieron por siniestros de tránsito 1.500 personas aproximadamente. Lamentablemente estamos estancados en la tendencia de bajar año tras año los muertos por esta causa, y para poder cambiar la situación, se necesita claramente inversión.
En el tema tránsito el 97% de los accidentes que hemos podido observar eran evitables. Todos ellos son atribuibles a una conducta que se podía modificar a tiempo. De esa forma hubiéramos reducido el riesgo. Esto es una de las cosas que más nos preocupan.

ESTADÍSTICAS
Hay muchos indicadores que miden la siniestralidad vial, uno de ellos es el indicador asociado a los accidentes de acuerdo a la cantidad de vehículos que hay. Pero es un indicador riesgoso, ya que tenemos un parque vehicular que se duplica cada cinco años y de esta forma cualquier indicador es bajo. Hay que tener cuidado con las estadísticas porque se pueden manejar de manera conveniente o no.
Otro indicador que es muy interesante para tener en cuenta se llama \»índice de gravedad\» y es un cálculo que se puede hacer muy fácilmente. Hay que calcular la cantidad de fallecidos que se registran al año y dividirlo por la cantidad de siniestros. Eso va a indicar, cuán severos son los accidentes.
Por ejemplo en los años 80 en Chile los accidentes que ocurrían, provocaban altas fatalidades y existían muchos fallecidos en cada siniestro. Eso se debía a problemas con los vehículos, las vías y con las leyes asociadas al tránsito. A medida que se van mejorando todas esas cuestiones, claramente este indicador va bajando y desde el 2004 hay un pequeño descenso, pero todavía falta evaluar todo el problema.

DIVERSAS PROBLEMÁTICAS
Cuando se hace una mejora en seguridad vial hay un concepto que se llama la \»migración de los accidentes\». Y esto es, por ejemplo, si yo tengo una zona dónde chocaban los vehículos, coloco una barrera y no es que esos accidentes desaparecen sino que cambian de ubicación. Y esto es lo que sucede en Chile. Si bien no tenemos muchos fallecidos, la cantidad de lesionados aumenta de forma considerable.
Otro tema interesante es que en Europa existen, por lo menos, seis maneras diferentes de medir a un lesionado en un accidente. Se le hace un seguimiento por una semana, 15 días, un mes y en algunos casos hasta seis meses ya que son personas que quedan graves y pueden fallecer un tiempo después. Desafortunadamente esto no sucede en Chile, ya que sólo se mide a la persona muerta en el lugar del siniestro y no quedan registradas en las estadísticas de la policía este tipo de fallecidos.
Otro aspecto interesante es que los accidentes se pueden medir de acuerdo a si generan o no consecuencias en las personas. En nuestro caso, descartamos las personas con daños menores y eso hace bajar las cifras.

LA SEGURIDAD DEL TRÁNSITO
En cualquier momento puede haber una situación riesgosa que desencadene en un siniestro de tránsito. Por eso desarrollamos un indicador para medir la seguridad del tránsito. Para ello existen dos formas: por un lado, calculamos las cantidad de siniestros, fallecidos, lesionados, daños en infraestructuras y pérdidas económicas; y por el otro, evaluamos otros riegos llamados \»gestión institucional\». Es decir, cómo el entorno de un país se organiza para aportar al mejoramiento de la seguridad vial.
En el análisis del Índice de la Seguridad en el Tránsito (INSETRA), llevado a cabo por el Observatorio de Seguridad Vial chileno, resultó que su mejoramiento depende de muchos factores, entre ellos: los peatones, ciclistas, conductores, la policía y la ambulancia. Este esquema permite decidir qué tipo de acción se debe ejecutar en cada situación determinada y qué entidad va a estar a cargo. Nosotros, por ejemplo, debemos intervenir en el riesgo vial. En todos los demás, hay otras entidades involucradas y que tienen su propia área de competencia.

ALGUNAS SOLUCIONES POSIBLES
Durante muchos años, hemos participado en la elaboración de un manual de carreteras. Este es como nuestra pequeña biblia, dónde participan muchas personas que aportan cosas interesantes a la temática. En particular, analizamos los sistemas de contención existentes en el mundo y recomendamos cuáles conviene usar. Lo importante es que hay que tratar de evitar el daño colateral, es decir, solucionar el problema pero sin afecta a otra cosa. Lo que se hizo, fue armar un cuadro comparativo entre dos normas mundiales que sirven para evaluar vehículos: la norteamericana y la europea.
Como resultado de esto, Chile implementó el uso de barreras de contención. Actualmente contamos con 194 barreras que hemos analizado y revisado. Son varias y de diferentes estilos, pero sabemos cómo funcionan y además, año tras años, las ensayan, y les reducen los espesores haciéndolas más livianas.
Otras de las medidas que fuimos implementando fueron las modificaciones de las señales verticales. Se agregó la instalación del GPS en los celulares y ahora toda la navegación es por rutas. Además, se instalaron sistemas de sellos de alta fricción para evitar accidentes en caminos riesgosos. Por último, logramos disminuir la velocidad de los vehículos en zonas rurales donde hay escuelas, implementando una serie de soluciones prácticas, como los carteles de advertencia y la colocación de baterías de tachas y tachones.
Otras de las tecnologías que se instalaron fueros los amortiguadores de impacto. En Latinoamérica existen alrededor de 350, de los cuales un 65% están instalados en Chile.
Las situaciones reales y concretas son las que avalan el comportamiento de estos sistemas tecnológicos. Los resultados que hemos obtenido son satisfactorios y felizmente disminuimos un poco los accidentes.
No obstante hay dos conductas que tenemos que trabajar para hacer tomar conciencia a la sociedad: el exceso de velocidad y el uso de teléfonos celulares. A veces esos cinco segundos que el conductor no está mirando el camino, produce una gran fatalidad y eso se puede evitar.