* Por María Eugenia Rittatore y María Paola Ukic del Instituto de Estudios de Transporte- Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario.
En la actualidad, se han ampliado los temas de la agenda de los gobiernos locales, esto significa que, junto a las demandas tradicionales, surgen nuevas cuestiones que convocan la atención y participación de la ciudadanía, como son los servicios públicos, la infraestructura, el transporte. Se reconoce que la movilidad se convirtió en un asunto muy importante a tratar en las agendas locales. Innumerables son los efectos negativos del actual modelo de movilidad: la congestión, la contaminación vial, los accidentes y la inseguridad vial. Dichas problemáticas se han posicionado como un emergente en las agendas gubernamentales, especialmente en los municipios, los que reconocen la importancia de atender las mismas. Diversas localidades del Área Metropolitana de Rosario y la provincia de Buenos Aires, en relación con el reconocimiento de la importancia de atender la movilidad y el tránsito en sus jurisdicciones, han solicitado la elaboración de estudios de tránsito y movilidad al Instituto de Estudios del Transporte.
Los estudios de movilidad son investigaciones que se realizan con el objetivo de conocer el patrón y las características de movilidad de determinado conjunto poblacional. A través de técnicas cuantitativas y cualitativas se pretende describir las características de la movilidad de las personas en determinadas localidades.
Desde 2011 a la actualidad, se han realizado Estudios de Movilidad y Tránsito en las ciudades de Funes, Carcarañá, Arroyo Seco, Puerto General San Martín, todas en el ámbito del Área Metropolitana de Rosario, y la ciudad de Zárate de la provincia de Buenos Aires.
Debido a la complejidad de los problemas y de los temas tratados, las intervenciones públicas se han vuelto un lugar densamente administrativo. La escala, variabilidad e interdependencia de los asuntos públicos requieren cada vez más información confiable, conocimiento especializado, cálculos precisos de costos y consecuencias, para decisiones que se adoptan casi siempre en condiciones de riesgo y bajo escasez.
Además del conocimiento que brinda el profesional, quien posee un dominio sobre una determinada área, en el Instituto de Estudios del Transporte se considera fundamental el involucramiento del ciudadano.
Enmarcados en la necesidad de tener en cuenta la posición de los ciudadanos y de aquellas personas que tienen conocimiento vivencial sobre los temas abordados, es que en la mayoría de los trabajos que se realizan, se utilizan diversas herramientas y metodologías de consulta al ciudadano, que permiten relevar su pensamiento, intereses y la realidad en la que viven.
METODOLOGÍAS PARTICIPATIVAS
Tanto en los estudios de movilidad que se realizaron en las localidades de Funes, Arroyo Seco, Puerto General San Martín, así como en el análisis del ordenamiento urbano llevado a cabo en Carcarañá, como en el estudio de transporte urbano de pasajeros de colectivos desarrollado en la localidad de Zárate, se utilizaron diferentes técnicas cuantitativas y cualitativas de investigación.
Entre las cuantitativas se encuentran: encuestas de origen y destino a vehículos particulares y a usuarios de transporte público, conteos vehiculares de tipo y composición, conteo de frecuencia y carga de pasajeros de los vehículos públicos, y conteo de carga de vehículos particulares.
Además de las herramientas cuantitativas mencionadas, lo novedoso, es involucrar a la ciudadanía en la elaboración de las políticas a través de metodologías participativas. Se hace partícipe a los ciudadanos, instituciones y comunidad en general en procesos que se diseñan para promover el debate y la visualización de los posicionamientos existentes entre esos actores.
El trabajo en talleres participativos es una experiencia enriquecedora. Las metodologías participativas permiten que las personas compartan el conocimiento que tienen sobre un tema, con el objetivo de reflexionar sobre diferentes alternativas a los problemas que de forma conjunta se hayan identificado previamente. Cuentan con el ciudadano como fuente de información, y como fuente de reflexión de los problemas, implicándola en la resolución de los mismos. Buscan abordar un problema desde otra perspectiva, para plantear en forma conjunta, propuestas orientadas a mejorar la situación inicial de la que se parte.
La ciudadanía participa en la construcción del problema, como parte del diagnostico, y en la elaboración de las alternativas a éste. Se deja de lado la posición de un conocimiento experto que actúa al margen de los procesos sociales, en el sentido en que aquel elabora propuestas y alternativas sin contar con los implicados en esas alternativas.
Más allá de las revisiones conceptuales, la aplicación de las metodologías participativas, trae consigo sus propias complejidades. En la práctica aparecen problemas impensados desde el punto de vista conceptual. Cada proyecto y cada comunidad tienen sus propias características, códigos, particularidades y problemáticas, y por lo tanto no existe una metodología única de aplicación en la materia.
Desde el Instituto de Estudios del Transporte se utilizan diversas técnicas. En el Cuadro 1 puede observarse un resumen de las existentes.
ASPECTOS A TENER EN CUENTA SOBRE LAS TÉCNICAS UTILIZADAS
De las técnicas que se aplican depende el éxito de la jornada participativa. Es importante que las mismas sean creativas, permitan la discusión y el arribo a conclusiones individuales pero fundamentalmente grupales a través del consenso. Debido a la diversidad y amplitud de las metodologías es necesario escoger las mismas en relación con el objetivo planteado en la jornada.
Otra de las variables a considerar ante el desafío de escoger la herramienta adecuada radica en el nivel de complejidad- simplicidad de la misma. Cabe recordar que el convocado a participar es el ciudadano, quien tiene experiencias y vivencias sobre lo que se consulta, muchas veces, difíciles de expresar verbalmente. Por lo tanto, la herramienta seleccionada debe ser “sencilla” en tanto y en cuanto muchas personas participarán a través de las dinámicas planteadas, y a su vez, que posibilite alcanzar los objetivos propuestos.
A modo de ejemplo, a continuación se presenta ciertas características y puntos a tener en cuenta sobre las diferentes técnicas de recolección de información.
La “lluvia de ideas”, a través de la implementación de esta herramienta se logra obtener datos con mayor simplicidad. Sin embargo, la amplitud de la técnica y la diversidad de ideas brindadas por los participantes generan cierta pérdida de rigurosidad.
Respecto a herramientas, como el “Ábaco de Regnier” o la “Diana de Evaluación”, el ciudadano se expresa a través de una gradación de opiniones que van desde el “totalmente de acuerdo”, “de acuerdo”, “neutro”, “en desacuerdo” o “totalmente en desacuerdo”. El ciudadano debe expresar en un casillero su opinión, no obstante, como recolección de información es muy escasa a los fines de realizar un análisis más profundo. Para evitar esta desventaja, se ha optado por agregar un apartado en cual puedan añadirse observaciones, comentarios y opiniones de los participantes.
A través de la técnica “Tapa de Diario” es posible conocer y relevar las expectativas en el proyecto y los beneficios que buscan obtener. Es una forma de trabajo en la que pueden participar el mayor número de interesados en el proceso participativo. Las personas pueden expresarse libremente y de acuerdo a sus propias capacidades. Esta técnica permite entregar resultados visibles y todos pueden consultarlos.
Es preciso reconocer la importancia y riqueza de disponer de un “Panel de Proyectos”. En las jornadas participativas realizadas por el Instituto de Estudios del Transporte, se han recolectado nuevas ideas y proyectos a través de la sencillez de un panel con fibrones e invitar insistentemente a los participantes a volcar sus ideas ante la problemática que convoca.
El “Plenario” es una instancia que en ocasiones recibe insuficiente atención debido a que se realiza al finalizar la jornada, no obstante, la importancia del momento radica en que permite poner en común lo elaborado por los distintos grupos de trabajo.
El “Análisis de Actores” permite identificar los actores presentes en la jornada, fundamentalmente, a través de su pertenencia institucional, si son actores de la sociedad civil, o bien, de organismos estatales.
No obstante, se advierte que el grado de participación en términos cuantitativos, en general, continua siendo bajo, entendemos que, ésta es una práctica que aún no se ha extendido como habitual ni es aplicada generalmente por organizaciones académicas o gobiernos para la formulación, planificación o gestión de políticas públicas.
CONCLUSIONES
La implementación de metodologías participativas parte de una concepción de la política pública como un proceso de construcción de carácter público y de diálogo. En las democracias, las políticas requieren ser explicadas, trasmitidas, argumentadas, persuasivas. En las políticas, está presente una actividad de comunicación pública. Este aspecto, saca a la luz la dimensión política de las políticas, por encima de los aspectos técnicos y científicos, también necesarios en la elaboración de la misma.
En este tipo de cuestiones, como la movilidad en las ciudades, hay un área en que los argumentos técnicos no pueden cubrir la totalidad de la decisión. Las soluciones son complejas, en el sentido que involucran a un gran número de actores, sean éstos gubernamentales, empresariales, barriales y ciudadanos en general, cada uno de los cuales demandan sus propios intereses. Esto conlleva la obligación de modificar las metodologías utilizadas en la planificación de la movilidad.
Por lo tanto, las metodologías participativas sólo son posibles en un marco democrático, pues es el único marco político que nos permite pensar las políticas que queremos y proponerlas.
La base fundamental de las jornadas participativas, más allá de las técnicas utilizadas, es el diálogo y la confrontación de opiniones.