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Los contratos FIDIC llegaron para quedarse: ventajas y beneficios de su implementación en la Argentina

En un evento organizado en conjunto por la Cámara Argentina de Consultoras de Ingeniería (CADECI), la Comisión de Empresas Proveedoras de Servicios de Ingeniería (CEPSI) y el Centro Argentino de Ingenieros (CAI), se realizó la presentación de los modelos de contratos FIDIC con la presencia de representantes del Banco Mundial y de la Sociedad de Derecho de la Construcción (SADEC).
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EDITORIAL

El pasado 5 de julio se llevó a cabo la presentación de los diversos modelos de contratos FIDIC que se aplican a nivel mundial en la sede porteña del CAI. El objetivo de la reunión fue dar a conocer las diferentes ventajas y beneficios que ofrecen los diversos modelos, reconocidos a nivel internacional. En el encuentro estuvieron presentes los representantes del Banco Mundial y de la SADEC y contó con el apoyo de la Federación Panamericana de Consultores (FEPAC) y de la Federación Internacional de Consultoras de Ingeniería (FIDIC).

La FIDIC es la organización internacional que representa a las Asociaciones o Cámaras que agrupan a más de 60 mil firmas privadas de consultoría en 100 países. Como parte de sus objetivos estratégicos, publica documentos que reflejan las mejores prácticas globales para la industria y edita contratos estándar para obras y acuerdos para servicios de consultoría. Entre estos diferentes tipos de contratos, resaltan los aplicables a obras contratadas “a precios unitarios”, donde el diseño es elaborado por el cliente, ya sea en forma directa o a través de un consultor externo (el “Libro Rojo de la FIDIC”), la contratación de proyectos en la modalidad de diseño y construcción (el “Libro Amarillo”) y los proyectos conocidos como llave en mano (el “Libro Plata”).
Durante los últimos 57 años, los modelos FIDIC lograron instalarse como una metodología segura y eficaz para desarrollar inversiones internacionales, en especial en proyectos llave en mano y los contratados bajo la fórmula de diseño y construcción. En paralelo, diversos países los adoptaron como el modelo de contratación pública, o se basaron en los conceptos FIDIC para crear sus propio modelos. Su presencia en Latinoamérica, se tornó cada vez más habitual tanto para los que están a cargo de la propiedad como para ingenieros o arquitectos, constructores o subcontratistas dentro del proyecto, propietarios de la obras, administraciones que gestionan los proyectos, o los bancos que conceden financiamiento. Allí radica su importancia en que todas las partes interesadas conozcan su funcionamiento y metodología.
Al mismo tiempo, la FIDIC mantiene un diálogo permanente con los participantes involucrados en el desarrollo de proyectos para que de manera continua se generen mejoras en los diversos modelos de contratos. Para ello, fomenta y promueve presentaciones y capacitaciones a las que asisten ingenieros, constructores, clientes, instituciones financieras, proveedores y todos aquellos potenciales usuarios que deseen introducirse en el mundo FIDIC.
En nuestro país, FEPAC, CADECI y CAI coinciden en hacer hincapié en la importancia de la difusión de estos contratos porque consideran que son parte esencial de las buenas prácticas de ingeniería y permiten el desarrollo de proyectos e inversiones de manera eficiente.
FIDIC y su relación con el Banco Mundial

La apertura del evento estuvo a cargo de la Ing. Ana María Grofsmacht, especialista en carreteras, quien actualmente tiene bajo su responsabilidad toda la cartera de proyectos de infraestructura de Argentina. Como representante del Banco Mundial, la especialista en adquisiciones, señaló el interés que dicha entidad le destina a los modelos de contratos FIDIC y la importancia de su afianzamiento y consolidación en nuestro país. “Para el Banco es importante que los contratos FIDIC se empiecen a conocer. Desde sus inicios, le otorgó real importancia a los proyectos de infraestructura porque el Banco comienza a funcionar justamente por la necesidad de reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, los recursos están destinados, en gran parte, a lo que son los proyectos de infraestructura”, relató Grofsmacht.
Para ejemplificar y contextualizar la situación actual, la ingeniera manifestó: “A nivel mundial tenemos una tendencia en alza. El porcentaje de residencia de los proyectos de infraestructura sobre el total de fondos ronda el 60%. A nivel regional, de la cartera activa el 54% de la inversión corresponden a proyectos de infraestructura. En la Argentina, es el 49%. Entonces de ahí la importancia de estar reunidos hoy acá en lo que se refiere a estos contratos FIDIC”.
El Banco Mundial desarrolló a lo largo de los años diversas normas, procedimientos, y documentos estándares de licitación que son de uso mandatorio para todas las agencias de los gobiernos que toman su financiamiento. Las agencias de gobierno que implementan estos proyectos deben trabajar bajo estas normas de adquisiciones, utilizar los documentos de licitación estándar que establece el Banco así como sus modelos de contratos. En este punto es donde FIDIC pasa a tener un rol fundamental.
En relación a los inicios de la interacción entre el Banco Mundial y la FIDIC, Grofsmacht, señaló: “Hay una historia de aplicación de los contratos FIDIC. En sus inicios tomábamos las condiciones generales de su contrato de construcción de obra, pero en cuanto a las condiciones particulares el Banco modificaba algunas de las cláusulas. Lo mismo hicieron los otros organismos multilaterales de crédito. Así fue como en un momento, tanto el sector privado como las mismas agencias implementadoras, empezaron a presentar quejas de que en el mercado había una variedad de contratos FIDIC con leves diferencias pero que algunas cláusulas no aplicaban en uno y en otro sí. Entonces a partir de ahí, se trabajó conjuntamente y se acordó el primer modelo de contrato FIDIC para los organismos multilaterales de crédito en el año 2005”.
Desde entonces, todos los organismos multilaterales de crédito utilizan el mismo tipo de contrato. “Se trata de una versión decolorada”, aseguró la representante del Banco Mundial, “porque es un libro de color rosa en lugar del libro rojo. Esta versión está armonizada entre todas las agencias y organismos multilaterales de crédito y se basa en un contrato que tiene una reconocida experiencia a nivel internacional”, agregó.
“El Banco Mundial empezó a trabajar con estos contratos en grandes obras, primero por estandarización, porque están aprobados a nivel internacional, y a la vez, porque es colaborativo entre las partes. Además, es muy eficiente en su aplicación y le otorga al ingeniero un rol importante ya que tiene la facultad de tomar decisiones. Por otro lado, tienen la resolución de disputas a través de un conciliador”, destacó la especialista al hacer referencia a los aspectos centrales por los cuales el Banco Mundial elige FIDIC para el desarrollo de sus proyectos.
En la Argentina, uno de los primeros grandes contratos FIDIC con participación del Banco Mundial, consistió en la obra para el túnel del Arroyo Maldonado. Y en la actualidad se encuentran en ejecución varios contratos que suman un monto que rondan los 1.800 millones de dólares. Éstos  son decolorados o bajo la modalidad de armonización con organismos multilaterales de crédito.
Para finalizar su exposición, Grofsmacht aseguró: “desde el Banco Mundial pensamos que es muy importante que el sector privado, en el rol de supervisor o en el rol de asistencia técnica, entienda cómo funcionan y se administran estos contratos. De esta manera, podrá sacarle todo el provecho que tienen, que en sí mismos difieren en muchos aspectos de lo que se utiliza a nivel local”.

El mundo del derecho y los contratos FIDIC

En representación de la SADEC, su presidente y fundador, el Dr. Ricardo Barreiro Deymonnaz, participó de la presentación en calidad de invitado, para dar su visión sobre la practicidad y utilidad de los contratos estándares y los beneficios que esto trae aparejado dentro del mundo legal y jurídico.
Al comenzar su exposición, el especialista señaló: “En nombre de la Sociedad Argentina del Derecho a la Construcción, destaco la importancia de esta iniciativa que prolonga una serie de interesantes coincidencias que propiciaron que los contratos FIDIC finalmente desembarquen en la Argentina después de tanto tiempo. Digo felices coincidencias porque convergen una serie de factores y que hacen que este evento sea positivo en sí mismo. En primer lugar, por el momento que vive el país, segundo porque se anunciaron importantes obras de infraestructura que van a requerir modalidades contractuales innovadoras y, en tercer lugar, esta iniciativa reúne a ingenieros y abogados para el análisis de este tipo de temáticas”.
Al hacer referencia a la historia de los contratos, sumó a lo ya expuesto por la Ing. Grofsmacht, los proyectos y obras que se realizaron en la década del noventa en los cuales se utilizaron contratos FIDIC. “Recuerdo la obra del subterráneo de Buenos Aires, proyectos de energía hidroeléctricos que también los usaron. Lo importante de esto, es que en la Argentina se utilizaron y fueron exitosos”, aseveró Barreiro Deymonnaz.
Asimismo, entre las características mencionadas en su exposición, el abogado subrayó la existencia probada y nutrida en base de la práctica de los mismos, así como su constante actualización. “Son contratos dinámicos, y que a medida que van evolucionando las prácticas constructivas, se va innovando en materia de técnica contractual. Al estar probados recogen experiencias y problemas que intentan resolverlos en el mismo texto del contrato”, detalló.
En esta dirección, el presidente de SADEC enfatizó: “A mi me gusta decir que cuando hablo de contratos FIDIC, representan el lenguaje común. Todas las personas que trabajan, intervienen y negocian un contrato pueden hacerlo en cualquier lugar del mundo, porque es esencialmente el mismo. El modelo que se va a utilizar aquí, también se utiliza en Estados Unidos, Brasil y Europa. Obviamente en función de las adaptaciones que haya que hacerle de las normativas de cada país.  Pero en general, ofrece una base común que flexibiliza y facilita las negociaciones, dinamiza todo el proceso de contratación y hace que los proyectos terminen en plazo y dentro del presupuesto, lo cual es un logro muy significativo”.
En relación a la inserción de los contratos FIDIC en el marco legal argentino, Barreiro Deymonnaz aseguró que no habría ningún tipo de inconveniente y que perfectamente pueden funcionar en nuestro país, sobre todo después de los cambios que se dieron en el nuevo código civil y comercial que entró en vigencia en agosto del año pasado. “El hecho de que estos contratos ya los haya utilizado el Estado argentino disipa cualquier tipo de duda”, manifestó el especialista en leyes.
Para finalizar, hizo hincapié en la resolución de controversias como una de las principales propiedades que aportan, basados en mecanismos eficaces y en tiempo real. Asimismo, resaltó como una particularidad a destacar el hecho de que la resolución de las controversias están pensadas, no tanto en el interés de las partes, sino también en la efectiva ejecución del proyecto en sí mismo.

¿De qué hablamos cuando hablamos de FIDIC?

La disertación final del evento estuvo a cargo del abogado español y máster en asesoría jurídica de empresas constructoras, Dr. Pablo Laorden, primer hispanohablante reconocido por FIDIC como formador oficial (FIDIC Accredited Trainer). En su calidad de formador y destacado especialista, expuso de manera didáctica las principales virtudes y beneficios de los contratos en proyectos de ingeniería que en la actualidad toman como estándar más de 100 países.
A modo de introducción de su exposición, relató los inicios de la FIDIC y la definió como una asociación internacional de ingenieros constructores, de acuerdo a sus siglas en francés, que fomenta las buenas prácticas de ingeniería. “Consiste en una asociación fundada en 1913, en Bruselas, que nace a raíz que un grupo de ingenieros de países fronterizos, Francia, Bélgica y Suiza, se reúnen para compartir sus conocimientos y resolver problemas técnicos”, mencionó Laorden.
El primer libro producido por la Federación fue el Libro Rojo en el año 1957, fruto de la necesidad de reconstruir los países afectados por la Segunda Guerra Mundial. En ese entonces, el procedimiento a seguir comenzaba cuando el propietario, con el apoyo de un consultor ingeniero y arquitecto, diseñaban la obra y la licitaban. Luego, convocaban al contratista para su construcción. Bajo esta modalidad, el libro rojo acompaña esta forma de proceder. Con el correr del tiempo, el mundo fue evolucionando y con él las nuevas tecnologías se pusieron en funcionamiento.
Tiempo después, en los años 90 se crea un grupo de trabajo dentro de la FIDIC para renovar los contratos de manera tal que representaran las buenas prácticas en ingeniería y así dieron lugar a los contratos que se manejan en la actualidad. En este sentido, Laorden destacó: “los contratos evolucionan, porque el mundo evolucionó. Los libros rojos, amarillos, plata, y verde que conocemos hoy, junto con la versión rosa o decolorada que mencionó María Grofsmacht, acompañan la evolución del mundo”. Asimismo, el abogado agregó: “Los FIDIC siempre quisieron tomar las buenas prácticas de gestión de la construcción. Por lo cual, primero pensó cómo los ingenieros o los arquitectos, gestionarían las obras para que sean más eficaces. Los contratos son herramientas para planificar los proyectos. Son eficaces y sólidos en la gestión y constituyen verdaderas herramientas homogéneas que le dan un lenguaje común al manejo de las obras”.
Entre los aspectos relevantes, Laorden mencionó la regulación de los roles que deben ocupar cada parte participante de los mismos y cómo este aspecto evita los malos entendidos. En este sentido, argumentó: “mis funciones son acciones de derecho como actor del contrato. La gran ventaja es que establece las reglas comunes del juego”. Además, agregó, “es en función del diseño que se empiezan a condicionar los riesgos, responsabilidades y obligaciones dentro del contrato”.
Los contratos FIDIC presentan la ventaja de contar con una guía para su interpretación escrita por los mismos autores de los contratos. Esto significa que la intencionalidad de cada cláusula y sus interpretaciones ya están establecidas de antemano. Sobre este aspecto, Laorden señaló que las guías de contratos tienen la facultad de sentar jurisprudencia y por lo tanto, establecer las normas de arbitraje sobre todo de tribunales supremos a nivel internacional. “Tener el respaldo de las guías de contratos, que establecen claramente lo que significan las cláusulas, vale muchísimo en el mundo de la inversión”, enfatizó.
Otra bondad es la capacidad de reducir esfuerzos en la licitación y contratación. “Cabe destacar que para todos los organismos de crédito es muy interesante tener una guía que te ayude a preparar los documentos para una licitación que indique cómo debo presentarlos y de qué forma para que la licitación o contratación salga en tiempo y forma”, aseveró Laorden.
Asimismo, “el hecho de que las reglas del contrato sean homogéneas y conocidas por todos, garantiza que el proyecto se desarrolle de forma transparente y propicia mayor igualdad de condiciones entre las partes”, manifestó el disertante.

Libros FIDIC y sus aplicaciones

¿Qué contrato debo utilizar? Es una de las grandes preguntas que muchos ingenieros o arquitectos deben enfrentar a la hora de llevar a la práctica un proyecto. Cuando se redacta un contrato se deben considerar varios aspectos como qué tipo de obra es, cómo se debe desarrollar, quién se encarga del diseño, cómo debemos pagarlo, qué tipo de riesgos se correrán, etc. Son diversos condicionantes que deben planificarse antes de comenzar a trabajar y que influyen en el contenido específico del contrato.
El Libro Rojo, señaló Laorden, representa el esquema tradicional de propiedad que encarga a un arquitecto o ingeniero que diseñe y luego saca licitación por medio de contratistas que respetan tal cual lo que el propietario solicitó. “Es un contrato que el contratista no diseña. El ingeniero es el que hizo los planos, los controla, los cambia, los evoluciona, interviene y opina. Es el que va decidiendo sobre la propiedad la obra”.
En cambio, el Libro Amarillo es un tipo de contrato que permite que el contratista diseñe y sea el responsable de su propio diseño. En este sentido, “digamos que aquí el ingeniero, como es la figura de control, tiene un poquito menos de margen porque ya no es su diseño, es del contratista. En el contrato se establece el arreglo. Tiene ciertos requisitos y el cliente interviene menos”, explicó.
En referencia al Libro Plata, Laorden hizo hincapié en la peligrosidad que conlleva si se lo utiliza mal: “a través de este contrato el contratista asume riesgos incluso sobre la información que le brinda el propietario -contratante o cliente-. El contratista antes de firmar asume la obra como suya y luego no puede reclamar por sus errores”. Este Libro, nació de la necesidad de las partes participantes de tener mayor certeza en el costo y en el plazo de los proyectos.
Al margen de las circunstancias que movilizan a los ingenieros por uno u otro de los contratos, el representante de FIDIC enfatizó: “Cada contrato tiene una filosofía atrás. Si yo quiero utilizar un contrato, tengo que organizar mi proyecto en base a esa filosofía. Si no me gusta esa filosofía no tengo que utilizarlo. Por este motivo es tan importante que el contrato se piense antes de empezar la licitación”. De esta forma, a la hora de seleccionar un modelo, Laorden aconseja investigar la forma de licitación que cada uno ofrece así como el proceso de adjudicación que conllevan. “El Libro Rojo y Amarillo tienen una forma de licitación que a lo mejor ofertan 10, 15, 50 personas; se presentan las ofertas, el propietario revisa las ofertas y adjudica una de esas ofertas. O por ejemplo, en el Libro Rojo cuando licitan se consideran las ofertan de acuerdo al precio pero en el Amarillo y Plata cada uno ofertan cosas distintas y el propietario debe considerar múltiples factores para decidir”, explicó.

El mundo FIDIC es un mundo de ingenieros

Para la FIDIC, los ingenieros ocupan un lugar preponderante y de poder en los modelos de contratos que el organismo desarrolla. Los mismos le brindan a los ingenieros las herramientas necesarias para gestionar los conflictos y tomar decisiones durante la obra. En relación a esto, el disertante español explicó: “El mundo FIDIC le da a los ingenieros la capacidad de expresarse. Les señala cuál es su misión, es decir, llevar adelante el proyecto. Los Libros Rojos, Amarillos y Plata manifiestan el valor que representa la figura del ingeniero. Detallan sus funciones y les da herramientas para llevar a cabo los controles. Esto es posible porque justamente son controladas, jerarquizadas, estandarizadas y organizadas”.
En este sentido, el capacitador en FIDIC argumentó: “El ingeniero debe tomar decisiones y por ese motivo resulta fundamental en el funcionamiento de los proyectos. Hoy por hoy, debemos devolverles un poco ese papel a los ingenieros. De allí, viene la importancia para el mundo FIDIC de que estos tengan la posibilidad de aprender a gestionar y asumir este papel como corresponde”.
Para finalizar, Laorden señaló que, además del poder del ingeniero para resolver los conflictos, los modelos ofrecen también un reglamento de disputas que nació a raíz de la necesidad que planteó la industria en general. Asimismo, el especialista detalló: “Este reglamento establece la gestión de las variaciones y reclamaciones de manera tal que los problemas sean resueltos durante la construcción y no cinco años después. En la obra podes chequear lo que sucede y evitar declaraciones absurdas. Pero cinco años después pierde todo tipo de validez lo que se pueda testificar al respecto”.
En el cierre del encuentro, el capacitador FIDIC invitó a todos los concurrentes a participar del curso de dos días de duración que se dictará en noviembre de este año donde todos los interesados podrá ampliar sus conocimientos sobre los diferentes tipo de modelos. Para mayor información deberán comunicarse con la Cámara Argentina de Consultoras de Ingeniería a la siguiente dirección de correo electrónico: cadeci@cadeci.org.ar.