“Queremos ser referentes del sector”

Revista Vial dialogó con el Sr. Alberto Fioravanti, director ejecutivo de CAEPEM (Cámara Argentina de Empresas Proveedoras de Equipamiento y Motores para la Construcción, Minería, Industria y Agro).

¿Cuáles son las expectativas de la Cámara en este momento?

Alberto Fioravanti: La meta es incorporar a la mayor cantidad de empresas y llegar a un 80-90% del mercado. Siempre va a existir un porcentaje que no va a estar, pero si logramos incorporar los principales distribuidores alcanzaríamos aproximadamente 30 a 35 socios y estaríamos muy bien posicionados. A partir de ahí, uno puede establecer estadísticas serias y confiables. Y ese es uno de nuestros objetivos principales. Queremos ser referentes en un sector que pasó prácticamente desapercibido durante muchos años y dependiendo de Cámaras ajenas.

¿Cuál es la meta principal de CAEPEM?

A.F.: Cuando conformamos la Cámara fijamos nuestra Misión, Visión, Principios, y Pilares Estratégicos y decidimos ser referentes en el mercado, queremos entregar información que sea creíble y comprobable. Para eso no sólo tenemos que construir confianza con aquellos interesados en el sector, sino que entre nosotros mismos tenemos que estar dispuestos a entregar la información en tiempo y forma. Esa es una condición establecida en el Estatuto y está expresamente especificada en la solicitud de admisión de nuevos socios.

¿Cómo van a financiar las actividades que proponen?

A.F.: Necesitamos una base de socios muy superior a la que tenemos, porque para desarrollar lo que nos proponemos se necesitan muchos recursos y éstos salen de las cuotas societarias de las  empresas, no hay otra forma. Seguramente tardaremos un poco más por cuestiones relacionadas con la demora en la obtención de la personería jurídica, pero no vamos a perder el rumbo, estamos trabajando para ser una Cámara de excelencia.
 Desde su formación hasta hoy, ¿qué avances tuvieron?

A.F.: Desde octubre 2015 nos venimos ocupando de la conformación de la Cámara. Luego, en febrero de este año, hicimos nuestra presentación formal en sociedad, nos pusimos a trabajar en cuestiones relacionadas en importaciones y empezamos a entender cómo funciona, en ese aspecto, este nuevo Gobierno.

¿Cuáles siente que son las necesidades del mercado hoy?

A.F.: En números, el primer semestre del 2016 está en línea con el primer semestre del 2015 comparando importaciones de máquinas. No pudimos medir motores todavía porque la base de información es confusa, pero sí las máquinas. Las fábricas del mundo producen a demanda, siendo los distribuidores los responsables de armar su propio inventario. Evalúan al mercado local, sacan sus conclusiones y toman sus decisiones. Todo nos hace pensar que no estamos viviendo la misma situación que en el 2010 o 2011 donde las entregas fueron extremadamente largas. Hoy el mercado sigue deprimido en el mundo, por lo tanto no va a existir en nuestro país un problema de desabastecimiento. Las inversiones se van a dar de forma escalonada y nosotros tenemos un campo de proveedores mucho más amplio. No hay ninguna marca de clase mundial que no esté representada en la Argentina. Después cada uno decide qué comprar, pero la oferta es muy amplia.

¿Qué visión tiene sobre los anuncios de inversión que pronunció el Presidente de la CAEM (Cámara Argentina de Empresarios Mineros)?

A.F.: Fue muy interesante su presentación. Hoy la disponibilidad de proyectos y máquinas no es un problema, el tema es la falta de financiamiento. Se puede avanzar en proyectos que son imperiosos, pero la realidad es que tenemos que medir en función de cuáles son las necesidades de toda la población. Hoy el 50% vive en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, pero se alimenta gracias al esfuerzo del otro 50% que no vive acá. Entonces debemos poner el foco primero en lo que nos va a hacer exitosos en materia de comercio exterior e ingresos de divisas.
Hay cuestiones que son prioritarias como el incremento de la producción.
Si la minería desarrolla las actividades que mencionó el presidente de CAEM, tenemos cinco años de una minería muy activa. Es un segmento que empuja mucho dentro de la actividad que nosotros desarrollamos en las empresas que están asociadas a CAEPEM. Todas tienen  participaciones importantes en los proyectos mineros, generación de energía y provisión de máquinas, servicios y repuestos.

¿Cómo ve el futuro del negocio de la maquinaria?

A.F.: En la actualidad y en el corto/mediano plazo, la actividad será escasa. Las cifras que dan las importaciones tienen que ver con dos cosas: la inercia del 2015, que fue lo que impactó en el los primeros meses del año donde llegaron máquinas pedidas del año anterior, y después las expectativas que generan los nuevos planes del Gobierno. Si éstos se materializan, la demanda va a incrementarse y va a mantenerse un tiempo prudencial. Si aparecen megas obras puede haber un incremento transitorio de la demanda, pero esto es menos factible por el momento.
En el 2015 ingresaron a la Argentina entre 5.600 y 6.000 máquinas, para el año 2016 se espera un volumen menor según las últimas tendencias. En cuanto a la llegada de capitales resulta imperioso que se concrete. Es la única forma que tiene el Gobierno para ejecutar los planes que tiene previstos, como por ejemplo en Plan Belgrano.

¿Y con respecto a la fabricación nacional?

A.F.: La fabricación nacional estuvo, históricamente, condicionada por el libre mercado y la vez que se implementó algo fue porque el gobierno de turno ejerció cierta presión para el desarrollo. Lo que nunca cerró en la Argentina es que no se puede tener una fábrica que sólo alimente la demanda del mercado interno, si además tenes competencia de este libre mercado. Si medimos los costos/beneficios de una maquinaria de producción local, la verdad es que no cierra. Y el mercado privado no accede, por lo general, a ese tipo de máquinas. Argentina perdió la oportunidad de insertarse en el mundo de la fabricación de maquinarias en la década del 50, cuando las fábricas salieron a establecerse en algún lugar de América del Sur para poder atender el negocio que en ese momento estaba creciendo en el mundo. Todas estaban  radicadas en Estados Unidos, Alemania y Japón. Y encontraron en Brasil el lugar ideal para establecerse.