*Por el Ing. Guillermo Yampolsky de IRVSA.
Como es sabido el sistema de transporte público en la República Argentina está subsidiado desde hace dos décadas. Los subsidios dependen del Estado Nacional, Provincial o Municipal según los casos. Si no estuviera subsidiado el sistema, las tarifas que deberían pagar los usuarios harían imposible el viaje de muchos de ellos. Por otro lado, el subsidio junto con la recaudación de las tarifas ¿cubren todos los costos del sistema? Por los últimos acontecimientos de paros de transporte en distintas ciudades parecería que no.
Vayamos un poco a la historia del sistema. Los recorridos de las líneas de transporte público colectivo de las ciudades de la República Argentina tienen, en la mayoría de los casos, un alto grado de cobertura territorial y una muy densa red de servicios en sus áreas centrales. Sus recorridos fueron establecidos a lo largo del tiempo en base a la experiencia de los operadores del servicio, de los funcionarios municipales, a la solicitud de los vecinos, pero nunca a través de un estudio de demanda de transporte, por lo que la oferta del sistema podría no estar ajustada a la actual demanda y por ende los costos de producción y sus tarifas no estarían optimizadas. En definitiva, para mantener esta red de transporte público las tarifas y subsidios en el futuro deberían ser crecientes.
Ante este escenario, es imprescindible analizar en detalle cada uno de los sistemas de transporte para estudiar su racionalidad y eficiencia, y así optimizar los recorridos y sus costos.
Para ello es necesario realizar una planificación de transporte público donde a través de modelos se analice la demanda actual, los orígenes y destinos de los viajes, estudie la racionalidad de los recorridos de cada sistema, y de esta forma proponga cuales son las modificaciones en los recorridos, frecuencias, cantidad de unidades, para en el futuro implementar un sistema más eficiente y productivo.
En ese sentido, IRV se ha especializado en el desarrollo de estos estudios. Cuenta con los softwares PTV VISUM22 y PTV VISSIM22 de origen alemán. En particular, el primero de ellos permite responder algunas preguntas que se formulan en la actualidad, y que sin emplear una herramienta y metodología como la presentada, no podrían ser contestadas. Las preguntas que un funcionario a cargo del sistema de transporte público se podría estar formulando serían algunas de las siguientes:
- ¿Es la actual red de transporte de la ciudad bajo análisis la más efectiva?
- ¿Qué ocurrirá si se eliminan algunas líneas?
- ¿Cómo deberían ser las frecuencias y el número de servicios diarios?
- ¿Cómo varía la tarifa en cada escenario analizado? ¿Y la flota de colectivos?
- ¿Cuál es la diferencia de cuadras caminadas en cada escenario? ¿Cómo varía el tiempo de viaje?
- ¿Cómo deberá crecer el sistema de transporte cuando la ciudad continúe con su crecimiento urbano y poblacional?
- ¿Cómo deberá crecer la ciudad de acuerdo con el sistema de transporte existente?
Contestadas estas preguntas, y analizados los resultados que tendrán en cuenta el nivel de servicio al usuario y del operador, por lo que, una vez seleccionado el escenario o alternativa óptima, se podrá planificar el sistema de transporte público de cada ciudad para la situación actual, y para el futuro cercano y lejano y, por ende, estimar los ahorros, el impacto a los usuarios y la tarifa de equilibrio del sistema.
Incentivar el uso del transporte público debería ser parte central de la agenda pública toda vez que cuanta mayor sea la cantidad de pasajeros transportados, a igual costo por vehículo–km, menor será la tarifa resultante. El camino contrario implicaría el cambio modal a sistemas de transporte particulares como las motos y el automóvil. De ocurrir lo anterior, es posible que en muchas ciudades del país el sistema de transporte público tengo sus días contados.