¿Cuál es el balance que realiza en estos 18 años?
La actividad vial ha tenido en los últimos 20 años una evolución muy importante y hemos atravesado distintos períodos. Un hito importante, que sucedió hace 18 años, fue la creación del sistema de concesión de la red vial nacional, incorporando al sector privado.
En los últimos 11 años el sistema de concesión sufrió dos modificaciones: una primera transformación en el 2003 donde el Estado se hizo cargo de la inversión vial a través de la Dirección Nacional de Vialidad y del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI). Estos organismos desarrollaron obras de infraestructura, tanto de ampliación de capacidad como de mantenimiento de rutas.
En 2007, el sistema sufrió su segunda transformación, que consistió en que en una misma licitación las empresas se hacen cargo del mantenimiento de las obras nuevas y de las ampliaciones de capacidad.
A esto se suma la inversión que realiza el Estado Nacional para obras de ampliación de capacidad. Todo esto permitió que desde el 2003 a la fecha se terminaran más de 1.800 km, sumados a los 992 que teníamos antes del 2003 y hoy tenemos casi 800 km más en ejecución. Es decir que entre las obras previas al 2003, las que se ejecutaron durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y las que tenemos en desarrollo vamos a superar los 3.000 km de autovías y autopistas.
¿Qué obra, proyecto o desarrollo cambió el paradigma del sector?
No hay una obra más importante que la otra. Nosotros todos los días generamos obras que nos enorgullecen como son las Rutas Nacionales 9 “Rosario – Córdoba”, la Autovía 14 “Ceibas – Paso de los Libres”, la 150 en San Juan, y la 40 a lo largo de 11 provincias del país, por mencionar algunos ejemplos de obras emblemáticas.
Pero nuestro gran cambio paradigmático fue el crecimiento en inversión vial que hemos desarrollado. Esta inversión tiene que seguir desarrollándose fuertemente. Para el gobierno de la presidente Cristina Fernández de Kirchner la obra pública es una inversión. Esto es algo que planteamos en el 2003 y ahora aparece en la agenda de muchos gobiernos para salir de la crisis internacional.
Si tenemos en cuenta que en estos 11 años el tránsito se duplicó gracias al crecimiento económico, no hay dudas de que estamos obligados a seguir invirtiendo como lo hemos venido haciendo. Esto es sobre todo porque tenemos una responsabilidad muy fuerte, que es seguir incrementando la inversión, pero fundamentalmente generar sistemas y mecanismos alternativos que maximicen la eficiencia en la aplicación de los recursos.
Si comparamos el presupuesto de Vialidad Nacional del 2002 con el del 2015, la cifra creció 90 veces. Esto es porque hay un Estado que asegura que el presupuesto destinado a obras viales y de arquitectura se incremente año a año para dar respuesta a la demanda.
¿Cuál es la tendencia que se proyecta en la actividad para los próximos años?
El Estado apunta que para el próximo año la inversión pública oficie y actúe como un instrumento contracíclico para compensar la disminución de la inversión privada, e incrementar no tan sólo el empleo sino también dinamizar la actividad económica.
¿Cuál es el gran desafío para el 2015?
El año que viene vamos a terminar el cuarto carril de la Avenida General Paz y a incorporar un cuarto carril en la circunvalación de Rosario. Además llevaremos a cabo un conjunto de obras muy importantes porque tenemos un país muy extenso y una vocación muy fuerte del Estado, no tan solo de desarrollar inclusión social sino también equilibrio territorial. Esto sólo se logra a través de las obras de infraestructura, y fundamentalmente de las obras viales.