En América Latina, la experiencia de medición de fricción de pavimentos aun es incipiente. Existen pocos equipos operativos para medir fricción y lo hacen con principios de funcionamiento dispares.
Entre los más modernos y eficientes se encuentra el “TWO” (Traction Watcher One), que si bien utiliza el mismo principio de medición que el Grip Tester, no es remolcado detrás de un vehículo, sino montado directamente atrás de él (fácilmente removible). Así, consigue la reacción completa del vehículo y es por lo tanto capaz de mantener la fuerza vertical dentro de un rango controlado. La FAA lo aprobó en 2010; en Escandinavia se ha utilizado en carreteras durante años; y está en proceso de convertirse en estándar nacional en varios países de Europa.
Para entender la necesidad de introducir mejoras y avances en esta materia en la región hay que considerar la situación actual. La Dirección Nacional de Vialidad de Argentina dispone de un equipo llamado SCRIM, pero casi no ha sido usado a pesar de haberlo adquirido hace más de 5 años, y ahora están en proceso de adquirir dispositivos más pequeños y prácticos. En Chile se utiliza un SCRIM como dispositivo de referencia, pero no está operativo desde el 2015. En Colombia no hay equipo de referencia, y utilizan el llamado Mu-meter, aunque paradójicamente las normas hacen referencias a dispositivos distintos, de rueda bloqueada. Los estándares de México exigen Mu-meter y aunque hay un procedimiento para aceptar otros, no se utiliza. Hay GripTesters en Brasil. En Perú, se usa ocasionalmente algún GripTester en carreteras, y a veces Mu-meter, pero pertenecen a operadores aeroportuarios. La situación en otros países es aún más decepcionante.
El SCRIM es grande y costoso. Su neumático en ángulo mide la fricción lateral, pero los accidentes están más relacionados con la falta de fricción en la dirección del tráfico (longitudinal, no lateral). Y no tiene un procedimiento de calibración absoluta. El GripTester es remolcado detrás de un vehículo, pero debido a que es ligero, la fuerza vertical es a veces demasiado baja para proporcionar buenos resultados. Y es, en sí mismo, propenso a los accidentes. La parte dispensadora de agua también puede ser un problema. Y finalmente, el fabricante exige que la calibración de referencia se haga en la fábrica, en Europa. Por lo cual, es complicado de llevar a cabo y pocas veces se calibran adecuadamente. Por su parte, el Mu-meter es también un carro ligero que rebota en caminos malos, y tiene dos neumáticos de prueba (por lo tanto es más caro de operar) y mide la fricción lateral. Hasta el momento el TWO parece ser el más adecuado para esta tarea.
Es de esperar que la situación mejore pronto, pues garantizar niveles adecuados de fricción es algo clave para la seguridad vial. Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el riesgo de sufrir un incidente vial es elevado, tanto en las rutas (71 % se siente poco o nada seguro al transitarlas), como en las calles (78 %).
Gestión con responsabilidad
Apenas unos días atrás finalizamos el V Congreso de Caminos Rurales, en la ciudad de Paraná, un interesante programa por dos días exponiendo todas las alternativas de gestión, soluciones concretas