* Por el Ing. Jorge Rodríguez.
La República Argentina está creciendo, sin pausa, desde hace una década. Hoy, tenemos más de 800.000 vehículos 0 Km, y se estima que este año se supere esa cifra, ya que hasta junio del 2013 existían 590 patentamientos nuevos. Con este panorama, podemos imaginar lo que pasará dentro de cinco años, con más de 5 millones de vehículos en nuestra red vial. Este escenario hace que la vialidad argentina va a necesitar más cantidad de obras, y significa mayor cantidad de materiales, mano de obra, maquinarias, medidas de seguridad y por supuesto un alto financiamiento.
Además, hay que destacar que todos los proyectos deberán están pensados desde una visión sustentable.
A partir de la creación de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) en 1932, se definió una nueva etapa en nuestro país. Se determinó un sistema institucional, político y económico que diseñó la actual red de caminos. Luego, en 1952, con la aparición de la Asociación Argentina de Carreteras, el vehículo comenzó a tomar una significativa importancia.
Asimismo, las distintas vialidades provinciales, el Consejo Vial Federal y los organismos públicos y privados llevan adelante una importante tarea de acompañamiento a Vialidad Nacional. Asimismo, coordinan y supervisan las distintas obras viales del país.
EL DESAFÍO ES EL MANTENIMIENTO
En la actualidad, el número de vehículos ha crecido de manera exponencial y más del 90% de las cargas se transportan sobre los caminos. Es decir, tenemos nuevas necesidades y para poder satisfacerlas debemos ejecutar proyectos concretos, como la ampliación de la red nacional y provincial, repavimentar caminos y mantener las distintas obras existentes.
El crecimiento de los últimos diez años, ha hecho que se realicen, en forma histórica, una enorme cantidad de obras. Ahora el gran desafío es mantenerlas. Esto nos demanda un aumento del plantel profesional y técnico y además, la búsqueda de nuevas fuentes de financiamientos. En definitiva, lo que debemos hacer es una inmensa cantidad de planes dónde logremos incluir a nuestros proyectos viales. La actual red vial argentina se construyó con el aporte económico y técnico de generaciones anteriores, por eso, debe ser conservada, mejorada y ampliada para que pueda ser utilizada por las generaciones actuales y futuras.
Es importante destacar que la red vial primaria es la nacional, luego están las secundarias, que son las provinciales (asfaltadas, mejoradas y naturales) y además, existen las terciarias, que son atendidas por vialidades provinciales, consorcios camineros y municipios. Estas, en el último período, vienen desarrollando un papel sustancial ya que constituyen el primer eslabón de salida de la producción y colaboran con la integración de los distintos espacios y escenarios de nuestro país. Debemos seguir apostando a esa unificación, ya que no es algo que vayamos a conseguir instantáneamente. Entonces, es necesario planificar objetivos a cinco años como mínimo. Ahora, sí logramos concretarlos con la responsabilidad que conllevan, estaremos en condiciones de seguir encarando este tipo de planes para las décadas venideras.
INTEGRACIÓN NACIONAL
El nuevo plan director 2012-2022 demandará una inversión significativa para el país. Pero es inevitable que ese financiamiento, no sea utilizado para tapar algunos pozos y baches; sino que se mantenga, para la ejecución de un plan director eficiente y sustentable. Debemos tomar a la infraestructura vial como una política de Estado, que es lo que ha ocurrido en estos últimos diez años.
Teniendo en cuenta que la obra necesita un presupuesto general, resulta indispensable garantizar los fondos y los recursos para la concreción del trabajo.
Es fundamental, tener en cuenta, los resultados de las obras ejecutadas en materia vial durante el 2003 al 2013. Fue un período muy exitoso, pero debemos seguir trabajando en el desarrollo de esta estrategia, porque aún tenemos algunas falencias. Si bien, se han hecho una gran cantidad de obras, debemos aumentar la seguridad vial, corregir las deficiencias físicas de los caminos y reemplazar los puentes de madera existentes. Para esto, se requiere tener en cuenta a los distintos factores del plan, la vinculación de los diferentes sectores productivos y la ponderación de la incidencia social de los caminos.
Es por eso que, desde la necesidad de autopistas regionales hasta el acceso a un puerto o localidad, deben ser contemplados en el Plan. Porque de nada sirve tener una gran producción nacional, si no podemos llegar a los grandes centros productivos, ni tenemos acceso a alguna localidad o comunicación entre las ciudades.
Entonces, deben ser objetivos de Vialidad Nacional y Provincial, completar la pavimentación de toda su red y continuar con los contratos de reparación y mantenimiento que se vienen ejecutando. Esta es una manera de programar y planificar. Necesitamos elaborar proyectos, porque nadie financias notas o deseos. Debemos presentar un plan adecuado, con el cómputo y presupuesto respectivo.
Para concluir, es necesario remarcar que éste presente, del que todo somos protagonistas, se logró porque hay un proyecto político nacional y un modelo económico de recuperación al servicio de la comunidad. Hoy podemos hablar de planificación, a diferencia de los ´90, dónde la economía definía la política de Estado. Hoy es la política quien define la economía; y por lo tanto, podemos hablar de un Plan Director sustentable a cinco años. Es un proyecto político que se ha instalado en el 2003 y se profundiza en el tiempo. Este permite, a partir de la dinamización de la economía aplicada a la obra pública, la transformación del país, la consecuente generación de trabajo y por fin la verdadera y genuina inclusión social de los argentinos. Una muestra de eso es que Vialidad Nacional ha hecho obras en cada una de las provincias y esto es inédito en los últimos tiempos. Hoy somos protagonistas de la historia y los cambios en la historia se realizan con obras.
* El Ing. Jorge Rodríguez, es presidente del Consejo Vial Federal.