vial@editorialrevistas.com.ar

Buscar

ES EL MOMENTO DE ACOMPAÑAR A LA DEMANDA DE TRANSITO QUE TENEMOS

Para conocer las últimas noticias, suscribirse a nuestras actualizaciones.

ÚLTIMA EDICIÓN

NEWSLETTER

EDITORIAL

El presidente de la Asociación Argentina de Carreteras, Lic. Miguel Ángel Salvia, remarca, entre otros factores, el aumento de las inversiones para mejorar los caminos y hacer frente a la actual demanda que atraviesa el país.

Todos sabemos que pensar una idea, proyectarla y ejecutarla implica un desafío muy importante. Es un camino complicado y las dificultades son muchas. En los últimos diez años nuestro país ha logrado vencer muchas barreras y esto es absolutamente importante para el sector vial. Sin embargo, aún faltan realizar muchas cosas y entre ellas se encuentra la de convencer al resto de la sociedad que los desafíos que afrontamos cada día sirven para que el sistema de transporte funcione y así nos beneficie a todos. La curva de inversiones muestra que estos números son los más importantes de los últimos 30 años y, a pesar de eso, a veces nos encontramos que la gente no está al tanto de estas cuestiones o se habla muy a la ligera sobre el sistema de transporte. 
Otra cuestión relevante de esa curva es el fin de los ciclos cortos. Hoy, existen las series largas y esto le permite, a cada de uno de los actores del sector vial, poder planificar más concretamente sus acciones. Esto se relaciona directamente con el crecimiento.
La infraestructura vial es la base del sistema de transporte ya que mas del 85% de las cargas y el 90% de los pasajeros transita por la misma. Por eso en un país en crecimiento, tenemos la presión de la demanda por mas y mejor infraestructura.
Tenemos un parque automotor que se elevó un 81% (hasta el 2012), y se espera mucho más para este año. Algunos de los motores del sistema económico han sido el aumento del consumo interno, el transporte internacional de granos y el gran incremento de la construcción. Todos estos factores son generadores de tránsito intensivo. 
Hace algunos años, por ejemplo, hablábamos de una cosecha de 67 millones de toneladas; en la actualidad, el objetivo esta puesto en los 150 millones y se prevé que para el 2020 se transporten 200 millones de toneladas. Por otro lado,  al aumentar el poder adquisitivo, también crece el número de vehículos livianos que transitan.

 

LA IMPORTANCIA DE UNA RED INTEGRADA
Desde mi visión, me parece fundamental, remarcar el accionar que Vialidad Nacional viene llevando a cabo en esta última etapa. En cuanto a la red integrada de transporte, la política aplicada es la de mantener un sistema único, dónde el usuario no tenga divisiones jurisdiccionales y la red principal esté alimentada por la red secundaria y los demás accesos en una integración con las provincias .
Este proceso contó  con el apoyo y la predisposición de los empresarios a la hora de invertir. Todos estuvieron dispuestos a apostar a estos cambios y hoy podemos ver los frutos de ese esfuerzo.
No obstante, a pesar de los avances generados, debemos tener en claro, que aún nos falta mucho para hacer. Si bien el 90% de la red nacional está pavimentada, en la red provincial esa cifra alcanza apenas el 23%; y ese me parece es un problema serio para el país. Esas rutas tienen muchos problemas de transitabilidad por causas climática y demás.
La red terciaria descentralizada en los municipios, de tierra y con baja transitabilidad, carece de un plan que la integre con la red general de caminos.

 
MANTENIMIENTO

Por su parte, un prerrequisito para un plan es tener en cuenta el tema del mantenimiento.
 Esto para la Asociación Argentina de Carreteras es básico. En el caso de la Nación, hay una política de mantenimiento que es el sistema CREMA, que hay que generalizarlo a toda la red. Este, no sólo fue exitoso, sino que por suerte, tuvo continuidad y sigue mejorando en el tiempo. En las provincias, en cambio, la calidad del mantenimiento varía en cada una. Esto a veces pasa por problemas financieros, pero otras, por problemas de gestión. Creemos que es un momento oportuno por fijar parámetros y criterios de mantenimiento básicos para toda la red, analizando los aspectos técnicos y los económicos y fijar la prioridad en el mantenimiento del capital invertido.
Es por eso, que debemos continuar en esta línea de trabajo. Tenemos que comprometernos con los usuarios y brindarles soluciones. Debemos preparar nuestras rutas, porque  el parque automotor va a seguir creciendo día a día y debemos brindar un servicio eficiente.  
Necesitamos un proyecto que plantee los desafíos y contemple las líneas de acción a  desarrollar. Obviamente que lo principal es el mantenimiento de la red existente y  completar algunos tramos faltantes. De esta manera, se potenciarán muchos otros tramos. 
Es el momento de acompañar a la demanda de tránsito que tenemos y en un futuro debemos planearla con más anticipación. 
Pero también desde la gestión, hay que trabajar para disminuir los tiempos entre decisión y ejecución concreta de la obra. Esto genera beneficios a la sociedad y evitará protestas por demoras. 
 
CONTROL DE CARGAS
A la hora de pensar en el mantenimiento vial, hay muchas medidas importantes a tener en cuenta. Una de ellas es el control de cargas, que además de contribuir con el buen estado de los caminos, previene accidentes. Tenemos que instalar un control intensivo que les haga bajar la carga cuando estén excedidos o se tome una acción fuerte sobre el caso. En el sector vial, no podemos pensar en solucionar un problema, sin pensar en todo lo que influimos.  
Cuando uno realiza un plan, tiene que pensar también en los requerimientos. Qué estamos pidiendo, cuánta inversión implica y cuáles son los problemas que vamos a solucionar. Básicamente hay que evaluar los insumos como piedra, asfalto y cemento; los equipamientos necesarios para ejecutar una obra, como maquinarias específicas; y la mano de obra calificada. Además, hay que hacer hincapié en terminar las obras en tiempo justo y pensar en un método que brinde mayores certezas, no sólo en la calidad de la obra, sino en concluirla en tiempo y forma. En definitiva, no hay que perder de vista los beneficios para la ciudadanía. En la medida que nosotros podamos tener un plan coherente y si logramos convencer a la sociedad de los beneficios del mismo y los daños por no llevarlo a cabo, los recursos financieros van a estar.