Víctima de la pandemia COVID-19, falleció en Madrid, España, la Ing. Ada Lía González.
Ada Lía González nació en Buenos Aires el 26 de noviembre de 1933, en el seno de una familia muy humilde. Sus padres eran emigrantes españoles (madre nacida en Galicia y padre oriundo de Logroño) que con su constancia, trabajando de sol a sol y sin disfrutar ni un sólo día de descanso en toda su vida, con su ahorro y ordenada vida, consiguieron reunir los medios económicos suficientes y necesarios para que su única hija Ada Lía pudiera formarse y estudiar hasta conseguir la titulación de los altos estudios que con su gran tesón, esfuerzo y privilegiada memoria e inteligencia, que conservó intacta hasta su fallecimiento, obtuvo durante toda su vida.
Ada Lía tenía doble nacionalidad: nacionalidad española, por la procedencia española de sus padres, y nacionalidad argentina por \»ser porteña\», como alardeaba con orgullo, por su nacimiento en pleno centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por ello, desde su jubilación pasaba buena parte de su tiempo residiendo y alternando siempre la calidez de la primavera-verano entre ambos países de España y Buenos Aires.
Además de toda la trayectoria profesional que contempla su curriculum profesional, su vida siempre estuvo marcada y dirigida a su gran otra vocación: la docencia. Primeramente como maestra de infantes durante varios años, educándolos y preparándolos muy bien para la vida, formando en grandes valores a numerosos infantes argentinos,que sin duda habrán sido personas de bien.
Luego, cuando fue ingeniera en varias disciplinas, continuó con la docencia ayudando posteriormente a estudiantes de ingeniería por medio de su Fundación CENATTEV, que creó y legalizó en el año 1995 y de la que fue presidente durante toda su vida. Su fin y especial interés fue formar y ayudar económicamente en su formación a muchos estudiantes de ingeniería civil. Ayudarlos en su vocación para que fuesen buenos ingenieros y luchando, muy especial y activamente, por la integración de las mujeres en el ámbito de la ingeniería; ya en aquellos tiempos era un mundo predominantemente formado por hombres. Ada Lía pasó más de 20 años organizando constantemente conferencias, reuniones y diferentes eventos en su propio domicilio para numerosos estudiantes de ingeniería. Seguramente, gracias a su esfuerzo y generosidad, habrá contribuido a conseguir una buena \»cosecha\» de magníficos ingenieros civiles argentinos.
Además de ser una mujer tenaz, constante y de terminar siempre con sobresaliente todos cuantos estudios iniciaba, Ada Lía fue una gran melómana: le apasionaba la música. Desde adolescente se inició en el aprendizaje del estudio del piano y sobre todo en estudio y conocimiento de la guitarra española en donde consiguió la titulación oficial de concertista de guitarra española acudiendo a instituciones y fundaciones en donde gratuitamente ofrecía conciertos de guitarra que ocasionaba la máxima felicidad a todo el auditorio que tuvo la suerte de poder asistir y escucharla.
Mención aparte merece la pasión que Ada Lía sentía por la aviación y por el mundo naval:
-Obtuvo el título de piloto civil.
-Obtuvo la titulación de capitán de yate.
Ada Lía era también una persona profundamente solidaria, ayudaba económica y periódicamente durante muchos años a organizaciones y fundaciones del ámbito religioso, médico y de ayuda a los más necesitados hasta su fallecimiento, a pesar de que su pensión jubilatoria no era de un monto elevado.
Aparte del dolor por su fallecimiento, debemos estar muy contentos y satisfechos, porque Ada Lía fue una mujer con personalidad, mucha iniciativa y una vocación muy intensa en distintas disciplinas. Constante en conseguir todo lo que se propuso en su vida y absolutamente feliz; ya que siempre tuvo libertad y empuje, por su gran personalidad, en hacer en cada momento de su existencia lo que quiso en cada instante.
