Entrevista a la Ing. Patricia Gutiérrez, administradora de la Dirección Nacional de Vialidad.
-¿Cuál es el resumen que hace de estos casi dos años que estás en la gestión?
Ing. Patricia Gutiérrez: Dentro de la gestión, quisiera destacar que desde el inicio se elaboró un Plan Vial Federal. Normalmente, lo que pasaba en la Argentina, no solo en el tema vial sino en otros también, es que las obras no se hacían bajo una planificación; sino que en general se hacían bajo impulsos espasmódicos. En cambio, con este Plan Vial Federal se trató de generar primero los grandes corredores de comunicación y producción del país. Se pensó en las obras de todo el país que eran absolutamente necesarias. El tema vial estaba bastante postergado. En diciembre de 2015 Argentina solo tenía 2800 kilómetros de autopistas y nosotros pusimos como meta a largo plazo duplicar ese número.
Entonces, era imprescindible empezar con un plan de construcción de autopistas y de obras viales que venían retardadas y que en general se habían hecho más por decisiones políticas partidarias que con decisiones de políticas de infraestructura.
Con toda esa información se encaró esta gestión. La idea siempre fue tratar de cumplir o por lo menos de iniciar el camino del cumplimiento de un Plan Vial Federal, donde como hito más grande estaba la duplicación de la cantidad de autopistas en el país. Eso de alguna manera se logró porque ya tenemos aproximadamente 900 kilómetros de autopistas en construcción, se finalizaron más de 500 y tenemos 900 más contratados. El haber vial de nuestro país es prácticamente de 44 mil kilómetros y entre construcción de autopistas, pavimentaciones y recuperaciones prácticamente intervinimos en la mitad. Se hizo un esfuerzo muy grande en cuanto a la intervención de autopistas. Se terminaron rutas que eran muy necesarias. También se trabajó mucho con el tema de los pasos internacionales. Para el Cristo Redentor, el más importante y de mayor tránsito se consiguió un préstamo de 700 millones de dólares con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).
-Hace poco largaron la licitación…
P.G.: Sí, la primera fase de obras de refuncionalización del Paso Internacional Cristo Redentor. Esta etapa comprende la ampliación del túnel Caracoles, un antiguo cruce ferroviario, y una de las dos vías subterráneas que conforman el paso internacional más importante entre Argentina y Chile, que actualmente se encuentra inhabilitada para el paso de vehículos.
La ampliación y modernización del paso internacional forma parte del megaproyecto “Sistema Cristo Redentor”. La iniciativa demandará una inversión de 750 millones de dólares, financiados por el BID, y aportará soluciones logísticas al transporte comercial y turístico entre los países del Mercosur y la Alianza del Pacífico.
En el marco de esta iniciativa avanza la construcción de la variante Palmira, una autopista de 38 km que funcionará como alternativa de la Ruta Nacional 7 y evitará el ingreso del tránsito pesado a la ciudad de Mendoza. Además, desde fines de marzo se encuentra en marcha la rehabilitación integral de la Ruta Nacional 7 entre Uspallata y Potrerillos.
-¿Cuáles son las principales obras logradas?
P.G.: En San Luis, por ejemplo, se intervinieron prácticamente todas las rutas nacionales con repavimentaciones; en San Juan se está construyendo la Ruta Nacional 40 norte y la Ruta Nacional 40 al sur, que ya inauguró un tramo y hay dos proyectos más financiados por el BID y por el Tesoro Nacional. También finalizamos la pavimentación de un nuevo tramo de la Ruta Nacional 40, a lo largo de 140 km entre Pareditas y El Sosneado, en la región cordillerana de Mendoza, que fue reconocida como la Obra Vial del Año.
En zona centro, tenemos en ejecución la Autopista de la Ruta Nacional 19 entre San Francisco y Río Primero que va a conectar con Córdoba. Además, las autopistas que estamos trabajando a toda máquina sobre las Rutas Nacionales 8, 7, 5 y 3 en Buenos Aires. Mientras que, en el norte, avanza la autopista sobre la Ruta Nacional 34 en Jujuy que se une con Salta; y finalizamos 20 kilómetros de la primera autopista en Formosa.
-En cantidad de kilómetros, ¿cumplen con la cantidad que se han propuesto o faltan todavía?
P.G.: Si bien los objetivos del Plan Vial Federal fueron pensados para el largo plazo, estamos muy conformes con las métricas alcanzadas durante esta gestión. Más aun teniendo en cuenta que, durante el primer año de la gestión, los esfuerzos estuvieron puestos en revertir la situación en que se encontraba el organismo, ya que casi todas las obras que tenía se hacían por convenios con las provincias. Incluso en muchos casos, se trataba de rutas provinciales. Recordemos que la función principal de Vialidad Nacional es desarrollar, mantener y construir la red vial nacional, es decir las rutas troncales del país. En la gestión anterior no se priorizaron esas rutas, sino acuerdos políticos que beneficiaban a rutas provinciales y municipales y por eso llegamos al estado de deterioro que llegó nuestra red vial nacional actual. Cuando asumimos, la deuda era equivalente al 70% del presupuesto de Vialidad de ese año, prácticamente un año de presupuesto ya comprometido. Además, se habían firmado convenios con provincias y municipios por el valor de 130 mil millones de pesos, que era el equivalente a siete u ocho años de Vialidad Nacional y no en Rutas Nacionales.
Ante esta situación, lo importante eran dos puntos: por un lado, la ejecución de un plan a nivel federal, y por el otro, el fortalecimiento de la propia institución, con la capacitación del personal y la inversión en tecnología.
Es importante destacar que, durante esta gestión, logramos optimizar el uso de la capacidad operativa del organismo para gestionar más del 50% de la Red Vial Nacional. Es decir, incorporamos más kilómetros para el mantenimiento con equipos propios, los cuales antes estaban tercerizados. A su vez, el equipo más “nuevo” que teníamos, tenía 12 años de antigüedad.
Frente a este panorama, se decidió encarar un plan de fortalecimiento institucional. Esto significó devolver al organismo las herramientas tecnológicas y el equipamiento necesario para estar a la altura de los cambios y los objetivos que nos propusimos. Iniciamos un proceso de reequipamiento y capacitación del personal como nunca antes se había realizado en la historia del organismo. A través de una inversión superior a los 65 millones de dólares, incorporamos 400 nuevos equipos para vialidad invernal, señalamiento, camiones talleres, y equipos especializados para evaluación de puentes.
Además, tenemos montados cinco nuevos laboratorios regionales con tecnología de punta y adquirimos quince vehículos para evaluación de las condiciones de la calzada, tanto en su estado de conservación como en la respuesta de transitabilidad para mejorar la seguridad vial. Y por primera vez en la historia, Vialidad Nacional ha conseguido ser inscripta en el registro de entidades científico-tecnológicas, consiguiendo la certificación internacional en Investigación y Desarrollo, algo que nos pone realmente orgullosos.
Viendo en retrospectiva todo lo que hicimos en estos últimos tres años, puedo afirmar que hemos sentado las bases para un verdadero cambio de fondo de la infraestructura vial argentina.
-¿En qué consistió esa capacitación al personal?
P.G.: Profesionales de Vialidad realizaron cursos y maestrías para actualizarse, adquirir más conocimientos y que, a su vez, puedan utilizar estas nuevas tecnologías.
-¿De cuánto es la inversión total en rutas y autopistas hasta ahora?
P.G.: El Plan Vial Federal contemplaba unos dos mil millones de pesos a lo largo de los cuatro años. Estábamos en un presupuesto de 60 mil millones al año, pero habría que actualizarlo.
-Además de los problemas en las rutas y autopistas, ¿en qué estado encontraron los distintos puentes y qué hicieron al respecto?
P.G.: Tuvimos varios inconvenientes porque muchos puentes se nos cayeron, como en Tucumán y Corrientes. Entonces, decidimos hacer un convenio con la Universidad de Córdoba para que realicen un estudio y relevamiento del estado de los distintos puentes que tenemos, que son aproximadamente 70. No se venía haciendo este control, como para saber qué decisión tomar. Entonces, a partir de este estudio empezamos a reparar los que estaban en situación riesgosa.
-Y en cuanto al control de peso, ¿con cuántas balanzas cuenta hoy Vialidad Nacional y qué tecnología se está utilizando?
P.G.: Lo que se puede decir al respecto, es que todo estaba muy abandonado y que a partir de esta gestión se empezó a poner en valor a varios de estos puestos. Y en cuanto a los controles estamos haciendo un convenio con la Agencia Nacional de Seguridad Vial, porque el problema más grande que tenemos es que no se pagan las multas. Entonces, hemos agilizado el sistema de cobro y los permisos para el transporte, de esta forma, no entregan los permisos hasta que no canceles la deuda.
-¿Cómo fue su experiencia personal de pasar de la región Cuyo a Vialidad Nacional?
P.G.: Fue un gran cambio, obviamente no es lo mismo manejar los problemas de una región, donde es mucho más fácil aprenderse los problemas y es más cercano el contacto no solo con los distritos, sino con los jefes de distrito y las autoridades políticas de las provincias; que los problemas cuando uno tiene todo el país. Y después, lo más importante es que desde el interior uno tiende a pensar que los problemas son más fáciles de solucionar desde casa central, entonces somos bastante quejosos los del interior. Como venía del interior sabía lo que se sufre con respecto a la burocracia malentendida en cuanto a las demoras que podía tener una modificación de obra y todos los trámites que podrían haber sido más sencillos. Creo que Vialidad tiene un problema, que hemos tratado de agilizarlo en este año y medio que llevamos. No es una repartición sencilla por la diversificación territorial que tiene y la centralización a su vez que tiene en las decisiones en casa central. Entonces, hemos tratado de ir descentralizando muchas decisiones para darle mayor agilidad. Me parece que la materia administrativa, repercutía mucho en las obras. Cuando uno se demora en una modificación, la obra se para. Si bien Vialidad tiene un muy buen plantel profesional, todavía hay que mejorar sustancialmente los procesos y los trámites desde el punto de vista administrativo para que todo sea mucho más ágil. Creo que en este punto hemos mejorado, pero todavía falta mucho por hacer. Fue una de las metas que me puse, porque era de lo que más me quejaba cuando era regional.
-¿Cuál fue la mayor traba que encontró más allá de esta burocracia?
P.G.: La mayor traba que tenía Vialidad era exactamente eso. Cuando todo se centraliza en un escritorio, normalmente lo pequeño se queda abajo y demora muchísimo. Las obras tienen que lograr agilidad. Se ha trabajado bastante y hemos logrado solucionar muchos problemas que veníamos trayendo hace mucho tiempo.
-¿Y cómo es la relación de Vialidad Nacional con las vialidades provinciales?
P.G.: Cuando entré tuve una reunión con el Consejo Vial Federal, después tuve otra regional con todos mis jefes de distrito y destiné un día a reunirme con las vialidades provinciales. Me parece que el trabajo es absolutamente en conjunto. Cuando va en una ruta, la gente no distingue si es Nacional o Provincial y normalmente para ir de un lado a otro necesito de las dos. Entonces, el trabajo tiene que ser en conjunto. He tenido una muy buena relación y me he juntado muchas veces. Y hemos tratado de fomentar el trabajo en equipo.
-¿Cuál considera que es la mayor obra en estos cuatro años de gestión?
P.G.: Son varias, pero creo que la obra en Puente La Noria puede ser una y la nueva Ruta 40 también, ya que Mendoza estaba muy desgranada y con esta obra logró mejorar la comunicación de toda la provincia y ahorrar tiempos de viaje.
-Y mirando el futuro, si continúan en la gestión, ¿cuál es el plan a seguir?
P.G.: Seguir con el Plan Vial Federal. Tenemos muchas grandes obras en marcha, como la Ruta 19, la 7 o la red de accesos a Bahía. En general, la construcción de todas las variantes que nos están pidiendo muchísimo. Hoy, si uno va al interior, prácticamente todas las rutas nacionales pasan por el medio del pueblo y eso es peligroso y demora los tiempos de viaje enormemente. Creo que poner hincapié en la construcción de las variantes a los pueblos, sobre todo a las rutas de mayor tránsito, es fundamental.
-La idea es continuar con el Plan Vial Federal, pero, ¿con qué recursos serían? Porque la situación es complicada.
P.G.: El otro día tuve una reunión de directorio y las circunstancias nacionales tienen un gran impacto. Nosotros hemos tratado de ordenar y no parar ninguna de las obras que teníamos en ejecución, más allá de los problemas presupuestarios que hemos tenido. Esto, a efectos de que cuando las cosas mejoren, podamos imprimir más ritmo. Y se ha hecho un gran trabajo. Se hicieron gestiones muy importantes que tuvieron que ver con la confianza que tienen los bancos internacionales. Así, pudimos financiar 16 CREMA por el BID y otros bancos. Hicimos una reubicación y eso te asegura el financiamiento, que es importantísimo.
-Para terminar, ¿qué mensaje les quiere dejar a los trabajadores viales y a todo el sector vial?
P.G.: Nosotros nos hemos caracterizado, desde el primer discurso, por nuestra transparencia y así lo vamos a seguir haciendo. Esperemos que esta gestión pueda seguir, porque creo que se han logrado índices de transparencia inéditos para la Argentina. Por nuestra parte, vamos a seguir trabajando de la misma manera. Hemos hecho un gran esfuerzo de manejarnos con absoluta sinceridad, tanto con los empresarios como con los empleados. Uno muchas veces no se puede desprender de lo que es la política y los rumores de las privatizaciones, pero hemos dado la muestra de que es todo lo contrario. Ahora mantenemos más kilómetros, estamos mejor equipados que hace cuatro años y hemos capacitado al personal, con lo cual hemos privilegiado el trabajo de Vialidad Nacional. En esta gestión ha crecido Vialidad Nacional desde lo institucional, y vamos a seguir en ese camino.