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“La infraestructura vial en Argentina ha tenido un desarrollo muy importante en los últimos años”

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EDITORIAL

Ing. Guillermo Cabana, presidente de la Asociación Argentina de Carreteras (AAC)

¿Cuál es el balance que realiza en estos 18 años?

Es una gran alegría compartir este festejo por los 100 números de Vial, ya que compartimos los tiempos fundacionales de la revista y la vimos crecer y transformarse en un medio de difusión insustituible y cada vez más profundo, que refleja y acompaña el crecimiento vial de nuestro país y de la región.
En este tiempo hemos pasado diversas circunstancias, tiempos de crisis y de auge, pero en sumatoria podemos destacar un avance en la realidad vial de Argentina.
Es cierto que aún tenemos un déficit importante pero mucho hemos avanzado. Definitivamente el país está mejor que hace una década, pero aún queda mucho por hacer.

¿Qué obra, proyecto o desarrollo cambió el paradigma del sector?

La infraestructura vial en Argentina ha tenido un desarrollo muy importante en los últimos años. Pero debemos considerar que en la industria vial siempre hemos tenido ciclos de alta inversión seguidos de una parálisis en el sector, siguiendo los vaivenes de la economía. Esto ha sido una constante en la Argentina de los últimos 50 años
Esto ha originado que vivamos en permanente déficit en lo que a infraestructura vial se refiere.
No obstante ello, hemos asistido a una década de inversión constante, donde se apeló a esa inversión como contramedida en momentos de dificultades en la economía y ello ha producido un efecto beneficioso toda vez que hemos concretado obras largamente esperadas como la Autopista Buenos Aires – Rosario – Córdoba, o la transformación en Autovía de la Ruta Nacional 14 desde Ceibas hasta Paso de los Libres, por citar algunos ejemplos.
El desarrollo de una importante cantidad de obras de duplicación de calzadas, sea a través de la construcción de autopistas o autovías que elevo a más de 3500kms la cantidad de vías con más de un carril por sentido de circulación ha sido si dudas relevante.
Asimismo, la pavimentación de muchos kilómetros de la red vial nacional y de muchos otros de las redes provinciales, por obras encaradas desde la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), considerando la red como un todo.
Creemos que ese es el camino para una red más eficiente, encarar desde el Estado Nacional y con la participación del Consejo Vial Federal un plan federal que, sin importar la jurisdicción, abarque todas las rutas que requieran mejoras, todo ello en función de que los recursos disponibles se encuentran a nivel nacional, dado que los recursos que reciben o pueden destinar las provincias a estos efectos son casi siempre insuficientes.

¿Cuál es la tendencia que se proyecta en la actividad para los próximos años?

Obras faltan muchas, sin duda, pero hay varias asignaturas pendientes en el sector vial. Y una de las tendencias que deberá proyectarse y acentuarse es la de la conservación vial.
La riqueza que la nación tiene en las rutas es inmensa y si no se conserva se pierde. El Estado ha buscado en los últimos años diversos métodos de conservación, ha apelado a la conservación por administración (que es el método tradicional) y a las concesiones por peaje, que comenzaron en los años 90 y ya van por su tercera generación, aunque con un esquema distinto.
Y también creamos en nuestro país el sistema C.Re.Ma, los contratos de rehabilitación y mantenimiento que hoy el Banco Mundial y los organismos internacionales de crédito impulsan en el mundo entero.
Lo que estamos discutiendo es si el Estado puede hacerse cargo por sí mismo del mantenimiento o si para ello debe buscar un operador privado.
Desde hace muchos años impulsamos que toda la red pavimentada sea operada por un privado, pero con contratos por resultados, ya sea este por peaje cuando el transito lo posibilite, o por sistema C.Re.Ma cuando no.
En todos los casos, el empresario se verá obligado, a su costo y con su proyecto, a realizar lo necesario para que la ruta esté en condiciones aptas de utilización, manteniendo el nivel de servicio que determina el Estado en un pliego de condiciones que el operador debe cumplir.
Y este esquema funcionó en Argentina en la primera generación de concesiones y en el sistema C.Re.Ma. Por ello, creemos que esos sistemas deberían profundizarse y extenderse.
Y por otro lado debe trabajarse en la adecuación de la red vial a las necesidades actuales, mejorando y modificando su diseño, y ejecutando las ampliaciones de capacidad que el transito demanda mediante la construcción de autovías y autopistas donde sea requerido.

¿Cuál es el gran desafío para el 2015?

Creo que el gran desafío de los próximos años es un cambio de mentalidad fundamental. Debemos dejar de considerar la obra vial como una tarea aislada de la actualidad y encarar en nuestro país una visión estratégica del tema.
La obra vial es parte de una realidad. Es parte de la interrelación que se da en calles y rutas, que es el espacio que todos compartimos para movilizarnos para estudiar, trabajar, etc.
Ya en revista Vial se ha hablado sobre Visión 0. Creemos que Visión 0 es esa mirada estratégica que debemos empezar a transitar, a convertir en nuestro nuevo estilo de vida y esto significa que el estado en su totalidad se aboque a la tarea.
Eso implica un compromiso serio de los tres poderes: el Legislativo a efectos de generar las normas que ella requiera, el Judicial para cumplir y hacer cumplir esas normas y el Ejecutivo para construir el ambiente propicio, desde la educación, desde el control pero también desde el diseño y operación de las rutas y calles.
Visión 0, ese es el futuro y el desafío que involucra en primer lugar a los dos grandes responsables del mismo en nuestro país, la DNV y la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
Ambos organismos, actuando juntos, con la asistencia de los sectores de la sociedad como la Asociación Argentina de Carreteras, comprometidos con el tema, deberían ser los motores de esta nueva realidad.
Insisto, juntos y coordinadamente, hermanados ambos organismos en una tarea común.

¿Algo para destacar?

Creemos que hoy hay mucho para hacer y que tenemos la capacidad para hacerlo, desde la planificación, el proyecto, la construcción y la operación. Pero es fundamental el compromiso de hombres y mujeres, de los organismos viales y de las empresas, tanto consultoras, como constructoras para atender las necesidades crecientes de nuestro país.
Es una tarea de todos y los invitamos a sumarse a ella con dedicación y pasión.