Hoy en día, más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. El crecimiento urbano frente al éxodo de población rural resulta imparable. En consecuencia, se genera una explosión demográfica tal, que para 2050 se espera que el 70% de la población mundial se concentre en las urbes, superando los 10.000 millones de habitantes. Este fenómeno genera diversas problemáticas, que impactarán en un tiempo no tan lejano. Algunas de estas problemáticas podrían plantearse como interrogantes: ¿Cómo jugarán en el futuro las necesidades de energía, agua potable, aire limpio y eliminación segura de residuos? ¿Cómo se solucionará, por ejemplo, el problema del transporte en relación al ahorro de energía?. El CPIC, a través de sus expertos, está impulsando el planteo de las preguntas correctas, el análisis de los potenciales riesgos y por consiguiente, el desarrollo de las respuestas a estas problemáticas.
Dichas problemáticas que se proyectan en la ingeniería urbana, están desarrolladas en el libro recientemente editado por el CPIC “Ingeniería Civil 2025”, que aborda una reflexión acerca del documento “Cumbre sobre el Futuro de la Ingeniería” compilado por la American Society of Civil Engineers y que incluye un conjunto de conclusiones argentinas sobre los roles, valores, actitudes y desafíos de los profesionales ingenieros civiles, frente a la encrucijada 2025.
Respecto al tema del transporte, por ejemplo, en el libro se habla sobre la problemática del aumento de la urbanización, el cual se traduce en un gran incremento del uso del transporte público y una menor dependencia del automóvil particular, lo cual obtendrá como resultado una menor demanda de combustibles fósiles”.
SUSTENTABILIDAD AL PRIMER PUESTO
Asimismo, “Ingeniería 2025” pone especial énfasis en la problemática ligada a la sustentabilidad de las ciudades: “Hoy las personas ocupan más espacio sobre el planeta que hace 30 años y presionan en exceso al medio ambiente. De acuerdo con la visión de la ingeniería civil para ese año, el crecimiento de la población, la disminución de los recursos y el cambio climático deben llevar la sustentabilidad al primer puesto de los problemas que requieren atención global. La limitación de los recursos y la creciente demanda de energía han impulsado la necesidad de priorizar los recursos energéticos y utilizar combustibles alternativos. La profesión de los ingenieros civiles va a liderar la instalación de la idea del diseño ecológico a nivel mundial, ponderando las cuestiones ambientales como parte de los análisis de ciclo de vida útil y de costo-beneficio. Y como resultado, se podrán apreciar muchos edificios que puedan producir más energía que la que consumen”.
El CPIC está enfocado desde su nacimiento hace 70 años, en aportar soluciones a los grandes desafíos de la ingeniería para nuestra sociedad, como la infraestructura, el transporte, la construcción de edificios y la planificación de las ciudades. Cada una de las problemáticas genera a la vez, enormes oportunidades o pueden significar, por el contrario, riesgos si no son detectadas a tiempo, y todas ellas son de largo alcance y requieren concientización, conocimiento y planificación. En este sentido, creó la Maestría en Planificación y Gestión de la Ingeniería Urbana, que ya se está desarrollando por segundo año consecutivo, con el objetivo formar profesionales capaces de satisfacer las demandas inherentes a las transformaciones de las ciudades, participando en el planeamiento, implementación y gestión de la ingeniería urbana.
Cabe destacar la investigación de otros profesionales del CPIC, como el especialista en Gestión Urbana Sustentable, Dr. Ing. Alejandro Sarubbi, quién elaboró un informe que amplía los alcances de la visión de las ciudades a futuro, destacando que: “Si proyectamos el mundo del 2025 con los mismos enfoques, metodologías y criterios de hoy, encontraremos un planeta poblado por ciudades con pobre desarrollo urbano, deficientes socialmente y sin conceptos de ecoeficiencia sostenible. En pocas palabras, se necesita introducir el concepto de Gestión Urbana Sostenible para evitar que ese escenario se produzca”- y continua sobre el concepto de ecoeficiencia, que significa interrelacionar dos condiciones, la reducción de la sobreexplotación de los recursos naturales y la disminución de la contaminación asociada a los procesos productivos. La ecoeficiencia incluye un incremento de la productividad de los recursos naturales, así como una reducción en el impacto ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos”.
CRECIMIENTO DE LA REDES DE COMUNICACIÓN
Sarubbi plantea también los desafíos a los que se enfrentan los ingenieros en su ejercicio profesional hacia el futuro: “Deberán trabajar con nuevos roles de integración de disciplinas profesionales, que chocarán con las costumbres y buenas prácticas constructivas históricas. A la vez serán necesarios más insumos para el estándar de calidad de vida que evolucionará con el desarrollo humano. Los desafíos se basan en encontrar la manera de continuar creciendo, mejorando el uso de los recursos y la planificación”.
Sobre el transporte señaló: “En el futuro, el auto tenderá a ser más un servicio que una propiedad. Habrá compañías que ofrezcan coches automatizados que podrán llevar a los pasajeros desde la puerta misma de su casa hasta cualquier sitio en cualquier momento. Mucha gente podrá prescindir del vehículo privado, que no es 100% seguro, supone un gasto enorme y genera pérdidas de tiempo como cuando uno tiene que estacionar, sobre todo cuando hablamos de su uso urbano”.
El experto concluyó: “Otro gran desafío en la salud de los ciudadanos, es el gran crecimiento de la redes comunicacionales (wifi, telefonía, etc.), que han generado una gran contaminación ambiental. Conlleva la preocupación en la población por la densidad de energía electromagnética que está presente en cualquier ámbito de las ciudades modernas. La tendencia a incrementar dichos servicios de comunicación y transmisión de datos todavía no se refleja en medidas paliativas, que se constaten como efectivas. Por este motivo, a la generación de ruidos, residuos, contaminación atmosférica y visual, se suma una nueva contaminación “invisible” y cuyos efectos en la salud todavía no son certeros. Queda el interrogante abierto de este ejercicio imaginario de cómo serán nuestros hábitat en las ciudades del futuro”.
El desafío está planteado, el debate está abierto, y una vez más, los ingenieros serán llamados a cumplir un rol preponderante en la búsqueda de soluciones para las ciudades del futuro.