* Por el Ing. Agr. Daniel Bossio, del Centro Tecnológico de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial (C3T), de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN)
Actualmente, las empresas de transporte deben ser conscientes que el desarrollo empresarial responsable requiere de nuevos instrumentos operativos que modifiquen los tradicionales modelos de producción, distribución y consumo de mercaderías.
Desde el punto de vista ambiental, se torna cada vez más necesario concretar esfuerzos en la implantación de políticas de gestión empresarial que promuevan la reducción de las emisiones de los gases de efecto invernadero (GEI) generadas por las actividades, productos y servicios de la organización.
En el cumplimiento de estos objetivos, el sector transporte tiene un papel destacado, ya que representa el mayor porcentaje del total de las emisiones de Dióxido de Carbono (CO2) de la Argentina.
Reducir las emisiones de CO2 resulta esencial para el desarrollo de una sociedad baja en carbono. Las empresas de transporte y logística deberán ser responsables de sus emisiones y del impacto que estas provocan. Esto supone ser conscientes de su “huella de carbono” y en función de ella elaborar proyectos de reducción.
¿QUÉ ES LA HUELLA DE CARBONO?
Según la norma ISO 14067, la huella de carbono es un parámetro utilizado para describir la cantidad de emisiones GEI asociadas a una empresa, evento, actividad o al ciclo de vida de un producto/servicio en orden a determinar su contribución al cambio climático.
Es un indicador que representa la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que son liberadas a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad. Puede ser calculada para una persona, un municipio, una empresa, un producto, etc.
El análisis de huella de carbono abarca todas las etapas del desarrollo de la actividad, permite identificar las fuentes de emisiones de GEI, y da como resultado un dato que puede ser utilizado como punto de referencia básico para tomar medidas de reducción del consumo de energía de la organización.
Las emisiones se miden en Dióxido de Carbono equivalente (CO2 eq), para uniformar las emisiones de los distintos gases de efecto invernadero a CO2 eq, de acuerdo a sus potenciales de calentamiento global.
La medición de la huella de carbono permite reducir la emisión de GEI y mitigar el calentamiento global, identificar oportunidades de reducción de costos, incorporar la reducción de emisiones en la toma de decisiones, demostrar a nivel empresarial responsabilidad medioambiental, satisfacer la demanda de información por parte del consumidor, y cumplir con requerimientos internacionales para productos de exportación.
CÁLCULO DE LA HUELLA DE CARBONO: ANTECEDENTES INTERNACIONALES
La huella de carbono ha tomado fuerza como argumento ambiental y de marketing frente a los consumidores, productores y empresas de logística, representando un indicador de importancia en países que buscan lograr metas propias de reducción de las emisiones de GEI. Es así como se han desarrollado procesos voluntarios de medición, reducción y hasta neutralización de la huella de carbono de productos, eventos, territorios y empresas. Los líderes en esta materia son los países industrializados, en particular la Unión Europea, con Inglaterra y Francia a la cabeza, que incluso han implementado iniciativas orientadas a la aplicación de medidas arancelarias a los productos que entran en su territorio, en función de las emisiones de GEI generadas en su respectivo ciclo de vida.
En este contexto, se han desarrollado estándares y marcos metodológicos internacionales y locales, todavía poco armonizados, dentro de los cuales se destacan:
• Las Normas ISO 14064-67: tienen como objetivo dar credibilidad a los informes de emisión de GEI y a las declaraciones de reducción o eliminación de GEI. Incluyen normas para el cálculo de la huella de carbono de productos y elaboración de informes.
• El Greenhouse Gas Protocol (GhG Protocol): es una iniciativa puesta en marcha por el World Resources Institute y el World Business Council for Sustainable Development , apoyada además por numerosas empresas, organizaciones no gubernamentales y administraciones públicas, entre ellas la United States Environmental Protection Agency (USEPA), que es la máxima autoridad en materia ambiental de los Estados Unidos.
• El Método compuesto de las cuentas contables (MC3): incluye un enfoque integral permitiendo el cálculo simultáneo de la huella de organizaciones y de productos. La totalidad de los datos se obtiene a partir de las cuentas contables de la empresa.
• Bilan Carbone: es el método de cálculo de emisiones de GEI desarrollado por la Agence de l\’Environnement et de la Maîtrise de l\’Energie (ADEME), organismo público francés. Se caracteriza por una visión muy completa, por lo que permite trabajar a nivel de empresas y eventos pero también de territorios y productos.
• Los métodos llamados PAS 2050 y PAS 2060: elaborados por el British Standard Institute (BSI) con el apoyo del Carbon Trust y el Department for Environment, Food and Rural Affairs (DEFRA), ambos organismos del gobierno inglés. Responden a las normativas ISO y al GHG Protocol.
SITUACIÓN EN ARGENTINA
Argentina demuestra avances aún limitados en esta materia. Hasta la fecha, y excluyendo la implementación de una Calculadora de Huella de Carbono, desarrollada por la Dirección de Cambio Climático de la Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS), para que particulares midan su huella, todavía son incipientes los procesos estatales de investigación y análisis de adaptación en términos de Huella de Carbono. La SAyDS prevé para este año una tercera comunicación nacional (la segunda data del año 2000, si bien los estudios comenzaron a implementarse en 1996) con una actualización del inventario de GEI discriminados por sector, donde se podrá apreciar la creciente relevancia del sector transporte como generador de emisiones.
En el ámbito privado se vienen desarrollando algunas iniciativas voluntarias por empresas multinacionales con actividades en Argentina y algunas empresas locales.
Como ejemplo podemos mencionar a la empresa Aguas Danone de Argentina. Ante la ausencia de herramientas estandarizadas, el Grupo Danone desarrolló en conjunto con Price Waterhouse Cooper una herramienta global pero específica para cada una de sus filiales en el mundo con la intención de cuantificar la generación de CO2 y el consumo de agua asociados al ciclo de vida de sus productos. La aplicación de la herramienta permitió cuantificar las toneladas de CO2 que se liberan a la atmósfera y el agua consumida como consecuencia de la elaboración y transporte de sus aguas minerales. Además, logró identificar las áreas prioritarias de acción para mitigar dichas emisiones en los procesos de producción, logística, packaging y final del ciclo de vida de sus aguas minerales.
En una segunda instancia, se aplicó la herramienta de medición de huella de carbono y agua específicamente para el portfolio completo de Aguas Danone de Argentina. Se comprobó que la mayor cantidad de emisiones gaseosas de Aguas Danone se concentra en el packaging; la producción y la logística generan el segundo aporte más significativo y la generación asociada al punto de venta es mínima. El final de ciclo de vida se indica con un signo negativo dado que al reciclar materiales se produce un ahorro de recursos.
Como se aprecia en la Figura 1, además de la proporción de emisiones para cada proceso, también se tiene en cuenta el consumo de agua, es decir la “huella de agua”.
En lo relativo al etiquetado de la huella de carbono en productos de exportación, el país se encuentra en una fase inicial. Los distintos organismos del gobierno nacional hacen hincapié en la relación del etiquetado de huella de carbono con la posible pérdida de competitividad e incluso del acceso a ciertos mercados relevantes, principalmente la Unión Europea. Esto se debe ante todo por la composición de los productos que Argentina exporta, principalmente alimentos potencialmente altos en emisiones CO2 y por la larga distancia que separa al país de sus principales compradores.
La Argentina no presenta aún una postura respecto a la legalidad del etiquetado obligatorio de huella de carbono, pero si afirma el necesario encuadre en las disposiciones vigentes en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a fin de evitar que se conviertan en restricciones comerciales.
CALCULO DE LA HUELLA DE CARBONO
Para el cálculo de la huella de carbono de una empresa de transporte automotor, se proponen los siguientes pasos:
Determinación del período de cálculo
Una vez tomada la decisión de elaborar la huella de carbono, el primer paso es decidir el período para el que se van a realizar los cálculos. Lo más recomendable es hacerlo para el período anual.
Determinación de la línea de base
La línea de base es el punto de partida para el establecimiento de los objetivos de reducción de GEI y el punto de referencia para contrastar la evolución de las medidas de reducción puestas en marcha. Lo más habitual es elegir al primer año para el que se realiza el cálculo.
Determinación de los límites de la organización
Para elaborar la huella de carbono de una empresa es necesario considerar las actividades sobre las que se ejerce el control o de las que se es propietario. Para la definición de los límites organizacionales, que definen las responsabilidades de emisiones, se puede optar por dos enfoques: el enfoque de participación accionaria: la empresa contabiliza las emisiones de GEI de las empresas en las que participa, de acuerdo a la proporción de acciones que de ellas posee; y el enfoque de control: la empresa contabiliza todas las emisiones de GEI atribuibles a las operaciones sobre las cuales ejerce el control.
Descripción de la empresa e identificación de las actividades que generan emisiones
Consiste en una descripción de la infraestructura de la empresa (oficinas administrativas, depósitos de almacenamiento de mercaderías, instalaciones de guarda y mantenimiento de vehículos, etc.) y de las actividades desarrolladas por la misma, identificando cuales son generadoras de GEI.
En una empresa del sector del transporte automotor las posibles fuentes que implican la generación de GEI son los equipos que generan electricidad, calor o vapor (calderas, quemadores, grupos electrógenos, etc.); los elementos de transporte que constituyen el parque o flota de la empresa; los equipos de aire acondicionado, cámaras frigoríficas o torres de refrigeración; los equipos eléctricos y electrónicos; y la iluminación.
Determinación del alcance que se le dará al cálculo
Significa establecer cuáles son las fuentes generadoras de GEI que se van a considerar para la huella de carbono y cuáles las que no se van a considerar. Se establecen tres posibles alcances:
• Alcance 1: Emisiones directas de GEI. Se producen por las fuentes que son propiedad de la empresa o están controladas por la misma. Por ejemplo, emisiones provenientes de la combustión en calderas, hornos, vehículos, etc., que son propiedad o están controlados por la empresa. En el caso de una empresa de transporte, el componente de mayor relevancia está dado por las emisiones de los vehículos utilizados para prestar el servicio, que están relacionadas con el consumo de combustibles de su parque automotor.
• Alcance 2: Emisiones indirectas de GEI asociadas a la electricidad adquirida por la empresa. Este tipo de emisiones se generan físicamente en la planta que produce la electricidad, pero la energía es consumida en las instalaciones y procesos de la empresa, por lo tanto, es necesario incluirlas. Si bien no se tiene el control directo, si no que se depende de la composición de la matriz de generación de energía eléctrica nacional para el año en que se efectúa el cálculo, para muchas empresas representa una oportunidad reducir sus emisiones a través de medidas de ahorro de electricidad y de eficiencia energética.
• Alcance 3: Otras emisiones indirectas. Este alcance es una categoría opcional de reporte que permite incluir el resto de las emisiones indirectas, que son consecuencia de las actividades de la empresa, pero ocurren en fuentes que no son de su propiedad ni están controladas por ella. Un ejemplo de emisiones del alcance 3 en el sector de transporte sería la gestión de los residuos de envases y embalajes y las actividades tercerizadas, cuya inclusión está relacionada con la forma en que se definieron los límites de la organización.
Cálculo de la Huella de Carbono
La medición directa de emisiones de GEI mediante el monitoreo de su concentración y flujo no es común. Lo más aproximado para su cálculo es la aplicación de factores de emisión documentados.
Para tomar los datos del Alcance 1, la empresa debe analizar las facturas de compras de combustible que ha realizado durante el periodo. Si la empresa no dispone de datos de consumo de combustible para transporte, se puede realizar el cálculo de forma alternativa a partir de los kilómetros recorrido por cada uno de los vehículos, relacionados con el rendimiento del combustible utilizado.
Para tomar los datos del Alcance 2 la empresa debe recopilar las facturas de electricidad para todo el periodo e introducir para el cálculo la suma total de los KWh (kilowatt-hora) consumidos.
La inclusión de emisiones de Alcance 3, son optativas y no muy relevantes en relación a su proporción del total en empresas de transporte.
En cuanto a los factores de emisión, en la Tabla 1 se reflejan los factores de emisión de la energía eléctrica y los combustibles más habituales, de acuerdo a los datos locales proporcionados por la SAyDS.
Una vez obtenidos todos los parámetros, se establece la relación de las unidades físicas consumidas (ej: litros de combustible, KWh de energía eléctrica, etc.) con los factores de emisión. El cálculo general de la huella de carbono se realiza en base a la siguiente fórmula:
Cantidad de energía consumida x factor de conversión / 1000 = Ton CO2eq
Lo ideal es confeccionar una planilla en una hoja de cálculo electrónica, para que una vez introducidos los datos, los cálculos se efectúen automáticamente. De esta manera se obtiene el dato total de huella de carbono, así como el detalle de las emisiones directas y de las indirectas.
A continuación, se presenta un ejemplo genérico de planilla, donde colocando los consumos energéticos del período considerado, es posible obtener de manera automatizada una primera aproximación a la huella de carbono empresarial para dicho período.
Esta planilla está confeccionada para una empresa de transporte automotor de carga, por lo que la huella de carbono se obtiene en primera instancia de manera total y posteriormente se la relaciona con las toneladas-kilómetro transportadas durante el período evaluado; ésta última relación es importante, porque va a permitir realizar comparaciones entre los sucesivos períodos y detectar si efectivamente hay una reducción de la huella por un aumento de la eficiencia energética, o por el contrario, refleja una contracción de la actividad comercial de la empresa.
Elaboración del Informe de huella de carbono
Finalmente, el informe de huella de carbono es un documento que debe contener al menos la descripción breve de la empresa, la explicación de los límites organizacionales de la empresa, el periodo de reporte cubierto, el año base para el análisis de los avances, la metodología utilizada para realizar los cálculos, las emisiones totales, el desglose de las emisiones por alcance y los objetivos de reducción de huella con las medidas previstas para su logro.