En el nuevo estudio basado en la encuesta “Megaciudades e infraestructura en América Latina: lo que piensa su gente”, participaron 5.000 personas de Buenos Aires (Argentina), Ciudad de México (México) y San Pablo (Brasil), tres megaciudades dado que superan los 10 millones de habitantes, así como en Lima (Perú) y Bogotá (Colombia), dos ciudades con un crecimiento acelerado que pronto alcanzarán esa categoría.
La encuesta muestra también que la seguridad se ha convertido en una prioridad principal para los habitantes de estas ciudades, independientemente de su contexto socio-económico. Para la clase media, el transporte público es un factor importante que afecta su calidad de vida. Para los hogares de más bajos recursos, la falta de acceso a servicios básicos de agua, saneamiento y energía eléctrica sigue siendo un obstáculo considerable para el mejoramiento de sus condiciones de vida en la ciudad.
El estudio identificó los desafíos más urgentes para promover el desarrollo sostenible de las ciudades así como los problemas más grandes que afectan el acceso a la infraestructura básica y a los servicios públicos y la calidad de vida en los centros urbanos.
CONTEXTO REGIONAL
América Latina es la región en desarrollo con mayor tasa de urbanización en el planeta. Hoy, la población urbana en la región representa más del 82% del total y se espera que este porcentaje alcance 90% en el 2050. Las ciudades concentran gran parte de la actividad económica y, por este motivo, la infraestructura urbana y los servicios públicos de buen nivel se han transformado en aspectos fundamentales para cualquier país que busque promover la innovación e incrementar su competitividad.
Las ciudades de más de 10 millones de personas o megaciudades, se han convertido en los puntos focales del desarrollo latinoamericano. Estas juegan un rol clave en la innovación, concentración de la mano de obra especializada, desarrollo de actividades económicas dinámicas y provisión de servicios de educación, cultura y recreación.
Sin embargo, este crecimiento acelerado impone importantes desafíos de sostenibilidad ambiental y social: altos niveles de desigualdad, desempleo, inseguridad, contaminación ambiental y servicios públicos deficientes. A su vez, los eventos climáticos extremos son cada vez más comunes y acrecientan la vulnerabilidad de las ciudades, en especial, la de las poblaciones más desfavorecidas. Además, la vida urbana acelera el proceso de cambio climático: las ciudades, en conjunto, son responsables del consumo de más del 75% de la energía distribuida y de la generación de entre 75 y 80% de los gases de efecto invernadero. Todos estos desafíos afectan y afectarán la calidad de vida de sus habitantes.
La infraestructura urbana y la provisión de servicios públicos que dependen de ella, juegan un rol fundamental en el mejoramiento de la calidad de vida, la equidad y la inclusión social en nuestras ciudades. A través de ella, la gente puede acceder a agua limpia y constante, electricidad sin cortes, barrios bien alumbrados, calles limpias y drenadas, aire limpio, transporte rápido y seguro, edificios educativos y hospitalarios sólidos y acceso a parques, ríos o bahías libres de contaminación.
A medida que la población y las economías de América Latina crecen, las demandas por
una infraestructura adecuada, equitativa, de mayor calidad y respetuosa con el medio ambiente aumentan. Responder y atender las demandas de los ciudadanos de la región requiere de soluciones innovadoras, sostenibles y focalizadas en la calidad del servicio que presta la infraestructura urbana.
METODOLOGÍA UTILIZADA
A finales del 2013, el BID realizó una encuesta de opinión pública en cinco ciudades de América Latina para conocer la percepción que tienen los ciudadanos acerca de la calidad de vida, las necesidades de infraestructura urbana y los estándares de los servicios públicos. De las cinco ciudades encuestadas, tres son megaciudades (Ciudad de México, San Pablo y Buenos Aires) y dos se convertirán pronto (Bogotá y Lima). Para este ejercicio, se adaptó la metodología desarrollada por la Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles del BID que ha utilizado encuestas de este tipo en más de 15 ciudades, con foco especial en ciudades con poblaciones de entre 100.000 y 2 millones de habitantes.
La encuesta tiene como objetivo entender la situación actual de la infraestructura urbana y la provisión de servicios públicos que dependen de ella. A través de esta encuesta, es posible: identificar los temas más problemáticos para el desarrollo sostenible de las ciudades, priorizar las problemáticas que más afectan la calidad de vida de sus habitantes, profundizar el conocimiento de las necesidades básicas de los mismos.
La encuesta se enfoca en 20 temas centrales permitiendo un marco multisectorial de análisis de la calidad de los servicios de la infraestructura. (ver Cuadro 1)
Durante los meses de octubre y noviembre del 2013, se realizaron 1.000 encuestas en cada ciudad por encuestadoras especializadas (5.000 en total).
CONCLUSIONES Y RESULTADOS PRELIMINARES
Esta diversa y extensa base de información permitió identificar los retos más críticos de nuestras ciudades para la sostenibilidad futura de América Latina. La encuesta reveló cuatro observaciones generales sobre la infraestructura urbana en América Latina: los habitantes de los centros urbanos de América Latina demandan mayor transparencia y participación; para la clase media la calidad del transporte afecta considerablemente su calidad de vida al ser estos los que más utilizan los medios de transporte públicos; el acceso universal a servicios básicos de agua, saneamiento y electricidad sigue siendo un tema pendiente para las clases económicas bajas en las megaciudades de nuestra región; y la mayoría de los habitantes de las ciudades encuestadas consideran que los efectos del cambio climático los afecta directamente.
Las respuestas obtenidas permitieron realizar el ordenamiento de las distintas problemáticas que afectan la calidad de vida de los ciudadanos en orden de prioridad.
Seguridad y Transparencia son los temas más priorizados independientemente de la clase económica; la Electricidad, Saneamiento, Agua y Recolección de Residuos son los menos priorizados para el ciudadano promedio de las cinco ciudades. Sin embargo, los más pobres priorizan estos temas relativamente más que la clase media y que los más ricos. Asimismo, uno de cada seis habitantes piensa que los espacios públicos están entre las cuatro principales prioridades urbanas. (ver cuadro 2)
Los resultados preliminares señalan que:
- la seguridad y transparencia son prioridades importantes para los ciudadanos de las cinco ciudades.
- 28,1 millones de personas de la región viajan por lo menos 90 minutos al día. Esto equivale a 10 semanas de trabajo al año por persona.
- la clase media representa el grupo más numeroso de usuarios del transporte público en las grandes ciudades.
- 76% de los encuestados dicen estar satisfechos con el servicio de agua que reciben. Los niveles varían mucho: en Bogotá, sólo 2% dijo que el servicio es malo o muy malo. En la Ciudad de México, 28% dice estar insatisfecho.
- el 64% dice que los servicios de energía eléctrica son caros. En promedio, los hogares de bajos recursos sufren más cortes eléctricos y fluctuaciones de tensión que los hogares de mayores ingresos.
- el 78% cree que los eventos climáticos extremos, tales como inundaciones, fuertes lluvias y olas se producen con mayor frecuencia que en períodos anteriores. El 82% de ellos cree que el cambio climático global afecta el clima de sus ciudades, mientras que un 67% considera que afecta directamente sus vidas.
- uno de cada seis habitantes de las ciudades encuestadas opina que los espacios públicos se encuentran entre las cuatro prioridades principales de infraestructura urbana. En promedio, el 45% está satisfecha con la calidad de sus espacios públicos, pero solo un 23% cree que estos espacios son seguros.
5 ciudades
20 temas
109 preguntas
5.000 encuestados