*Por el Ing. Ramón Ruiz Guiñazú, BIM Manager en IATASA y la Ing. Gimena Díaz Román, Coordinadora de Proyectos en IATASA.
Situación particular en relación a las infraestructuras.
Las obras de infraestructura necesitan ser más eficiente, reducir costos, garantizar la seguridad y la sostenibilidad. Es esencial que los proyectos tengan más calidad y previsibilidad. BIM (Building Information Modeling) se ha consolidado como un nuevo paradigma para el desarrollo de proyectos de infraestructura, considerando todo su ciclo de vida, desde el diseño del proyecto, el monitoreo y el control de las obras, y llevar a cabo la gestión y mantenimiento de las mismas.
La metodología BIM está logrando una verdadera revolución tecnológica para la cadena de producción y gestión de proyectos. Esta metodología de trabajo permite diseñar, proyectar, construir y mantener de una manera más eficiente. Permite a proyectistas, constructores y demás agentes implicados, trabajar de forma colaborativa y durante todo el ciclo de vida de una inversión en infraestructura.
Estados Unidos y Finlandia fueron los pioneros en trabajar en BIM y realizar especificaciones, requerimientos y obligaciones de usos del BIM en la obra pública. Luego, el Reino Unido, siguiendo de cerca a estos dos países, comenzó a empujar a todo el sector de la construcción para desarrollar estándares. Al tiempo, en los países Nórdicos, Australia, China, Chile, México, Francia, Alemania y España, se comenzó en determinadas administraciones a recomendar o exigir su uso obligatorio.
BIM impone a la industria de la construcción el desafío de superar la demora en relación con los avances ya logrados en otras industrias. El sector público y, en menor medida, el sector privado, son responsables de inducir este cambio, haciendo de la metodología BIM un requisito indispensable para planificar, proyectar, inspeccionar y mantener las infraestructuras.
La productividad de todos los sectores industriales, excepto el de la construcción, ha sido más eficiente por la incorporación de nuevas tecnologías y la digitalización a lo largo de los años. En el sector de la construcción, la productividad ha disminuido, incluso con la aparición del CAD a finales de los ochenta y principio de los noventa la tendencia se mantuvo en descenso. Esto lleva a que la sociedad perciba al sector de la construcción como menos eficiente respecto a las demás industrias. Entonces, ¿por qué recién ahora el BIM? Por el factor tecnológico. Hasta casi el inicio de nuestro milenio no teníamos un ancho de banda y una red de telecomunicaciones potente. La aparición de la nube y el acceso a computadoras más potentes fueron factores determinantes para difundir la metodología digital. Todo ello ha implicado que el BIM haya madurado tecnológicamente como para aplicarlo masivamente. No nos debemos olvidar de los factores socio-económicos. Ahora la sociedad está pidiendo sostenibilidad y eficiencia en la utilización de los recursos limitados. Como respuesta a ello, a nivel político, muchos países han empezado con la creación de requerimiento legales. Ya existen países donde el BIM es obligatorio y otros con iniciativas en el mismo sentido.
Cuando se comenzó a utilizar BIM en los proyectos, el enfoque era el inapropiado. BIM sólo se utilizaba para actualizar planos de forma “automática”, pero no se le daba el uso y la potencia que tiene. BIM genera proyectos colaborativos utilizando herramientas para que todos los agentes involucrados participen desde el inicio de la obra. Sucede que muchas veces el proyectista no cuenta con toda la información. En los casos que sabemos quién va a construir la obra, el constructor debería participar en la fase de diseño facilitándole al proyectista información valiosa y poder tomar decisiones a temprana edad, decisiones que a veces se terminan definiendo a pie de obra con un costo altísimo. Por lo tanto, se debe integrar a todos los agentes involucrados durante todo el ciclo de vida de una obra en las diferentes fases del proyecto. La participación de los diferentes agentes dejaría de ser sólo en la fase en que su trabajo es imprescindible, pasando a participar en todas las fases, pero con diferente intensidad. La metodología BIM ofrece, de manera organizada y colaborativa, la posibilidad de hacer participar a todos los agentes involucrados.
Igualmente, la implementación de BIM es todo un reto. Los problemas para su aplicación no se deben a la capacidad de la metodología, sino a la formación de los equipos con las habilidades y recursos necesarios, para lo cual debe lograrse continuidad en la actividad para conseguir la sustentabilidad que justifique las inversiones necesarias.
La implementación de BIM debería aumentar considerablemente la inversión en el sector. Como resultado, se cree que su uso será una forma natural de llevar a cabo los proyectos de ingeniería para obras de infraestructura.
En la actualidad, la sociedad demanda el cuidado de los fondos públicos y del medio ambiente y la metodología BIM colabora en ambos sentidos. Es necesario que quienes demanden ingeniería y la creación de bienes requieran su implementación a semejanza de los casos de éxito que se están dando en el resto del mundo.