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“Queremos avanzar hacia un sistema que sea más eficiente, ágil y confiable”

El Sr. Carlos Alberto Pérez, director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) expresó los cambios que viene realizando desde que comenzó su gestión. Trabajo en conjunto, redireccionamiento de recursos y campañas de concientización son algunos de los puntos relevantes del plan integral que desea llevar a cabo.
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EDITORIAL

Luego de su trabajo como Director del Cuerpo de Tránsito de la ciudad de Buenos Aires, el Sr. Carlos Alberto Pérez está al frente, desde el 10 de diciembre, de la Agencia Nacional de Seguridad Vial. A partir de su incorporación, recorre las distintas provincias argentinas para internalizar los objetivos y para sumar trabajo en equipo. “Tenemos que entender que el problema es de todos.  Y si nosotros, desde el Estado, no hacemos algo para que esto cambie, la sociedad civil no tiene muchas posibilidades”, resaltó.

Según sus referencias, las muertes en Argentina por incidentes de tránsito equivalen a la caída de una avión por semana, pero no impactan de la misma manera. Al contrario, pasan desapercibidas. “No estamos siendo conscientes que los incidentes de tránsito se convirtieron realmente en un tema catastrófico. Es una de las mayores causales de muerte en el país y no tomamos conciencia de cómo resolver el problema”, afirmó.

¿Cómo es la actualidad de la Agencia?

Carlos Alberto Pérez: La creación de la Agencia fue un hito importante para el país. Ahora, de allí en adelante, se hizo poco y nada. La Agencia tiene un potencial enorme, buen presupuesto para funcionar y recursos humano y técnico muy bueno. Estaban todas las condiciones para avanzar y bajar los índices de mortalidad. Pero nada de eso sucedió. Cuando llegamos, hicimos una auditoría para ver cómo estaban funcionando las distintas áreas de gestión. La primera preocupación fue ir al Observatorio Vial, porque es quien te marca la dirección hacia donde tienen que avanzar las distintas políticas. Y nos llevamos una triste sorpresa, porque en pleno año 2016, los datos llegan a la Agencia por correo postal. Es decir, se manda un formulario al interior de las provincias, lo completan a mano y  lo envían por correo postal. Acá se sacan los datos y se mandan a un programa. Definitivamente estamos a años luz detrás de lo que puede llegar a ser un buen diagnóstico de la situación.
Por otro lado, además de esta situación, la actividad de la Agencia se mezcló con la política partidaria y no con una política de gestión.

¿Y cómo se revierte toda esa situación?

CAP: Estamos sacando todos los equipos al interior, para ver cuál es la realidad y por qué esto estaba funcionando de esa manera. Estamos partiendo básicamente desde cero. La Agencia empieza a funcionar ahora. La ventaja que tenemos es que la estructura está. Tiene todo lo que se tiene que tener, pero nunca se dio el segundo paso que era empezar a trabajar en pos de ir reduciendo los índices de mortalidad. Y ahí es donde nos encontramos con problemas técnicos, con sistemas no desarrollados y con una cifra de muertes que realmente no podemos confiar. Las provincias no envían bien los datos, no se recolectan de la manera correcta y no hay conciencia de su importancia. Entonces, obviamente, tenemos un diagnóstico que no es muy bueno para arrancar, pero lo importante es que nos estamos ocupando. Lo primero que hicimos fue crear un sitio Web que le permita a todo el mundo y en cualquier parte del país, cargar los datos de los incidentes de tránsito en tiempo real y que nosotros, los podamos recibir con la menor demora posible. Esto vamos a tratar de tenerlo listo para fin de año. Queremos que esa página Web sea abierta, que todos la puedan ver y sepan cómo va evolucionando la situación de los incidentes de tránsito.

¿La idea es aprovechar toda la tecnología disponible?

CAP: Exacto. A partir de esa primera herramienta, tenemos que ver dónde hay que poner los recursos, el control y la fiscalización; qué campañas de concientización hay que hacer y cuáles de educación. Hay un montón de factores que, a partir de un buen diagnóstico, uno puede avanzar.  Estamos tratando también de hacer participar a la sociedad civil y de interactuar con ella. Hay que compartir toda la información que tenemos. Y la sociedad debe aportar la suya. Todos los datos nos sirven para tener un diagnóstico más seguro. Hay mucha gente que quiere colaborar. Estamos tratando de aprovechar todo eso y tratar de coordinarlo para empezar a trabajar con mayor precisión.

¿Con qué otros problemas se encontraron?

CAP: Otro de los problemas complejos que tenemos es el tema de las Licencias de Conducir Únicas, que es el documento a través el cual el Estado habilita a una persona a manejar un vehículo. Los estándares de otorgamiento son bajos y la exigencia para obtener una licencia es poca. Entonces la idea es concentrar todo en los centros de emisión de licencias de la ANSV en convenios con las jurisdicciones. Y sumar a aquellas que todavía tienen su licencia local a la Licencia Nacional. Tener una licencia única nos permite saber quiénes son los que pueden conducir y quiénes no. Y además, nos posibilita estandarizar la exigencia para su otorgamiento. Estamos muy atrás con todo esto.

 

LA IMPORTANCIA DE LA INTEGRACIÓN Y COLABORACIÓN

¿En qué consiste el plan integral que la Agencia quiere llevar a cabo?

CAP: Estamos trabajando en algo muy ambicioso. Es un proyecto que queremos terminarlo en los próximos dos años y que obviamente lo dividimos en etapas. En la primera vamos a llevar a un sistema Web todos los formularios que antes se rellenaban a mano. Ahora estamos haciendo el software. La Agencia se va a encargar de llevar tecnología a aquellos lugares que la necesiten. Vamos a tratar de facilitar todos esos sistemas para tratar de tener la totalidad de los datos.
Queremos avanzar a un sistema que sea más eficiente, ágil y confiable. Tenemos toda la tecnología, pero tenemos que tener la voluntad de la persona que tiene que cargar ese dato. Y ahí es donde tenemos que empezar a trabajar. La Agencia tiene que ser facilitador, hay que brindarle a los hospitales alguna herramienta informática que les permitan ingresar los datos.

¿Y cuáles son los tiempos de concreción estimados?

CAP: Es muy difícil de estimarlos porque no dependen de la Agencia solamente. Nosotros podemos ponerle mucha impronta, pero necesitamos respuestas de los municipios y provincias. Hay algunas que responden rápidamente, pero en otras no logramos entrar. En agosto tienen que estar terminadas las cosas que somos capaces de manejar. Vamos a realizar pruebas pilotos en algunas provincias y luego seguiremos con el resto.
Lo que está impuesto por ley, va a estar este año. Todas las provincias están obligadas a enviar datos. Después está el resto de la comunidad, como los bomberos, los hospitales, las compañías de seguros, la policía, los familiares de víctimas y los vecinos autoconvocados de las rutas. Esos datos también son reales y no están en un sistema. Entonces hay que cargarlos y van a ser históricos. Nos van a servir mucho para analizarlos y compararlos con lo actual.

¿De dónde salen los fondos para sostener a la Agencia?

CAP: La Agencia tiene, afortunadamente, varias fuentes de ingresos. La primera, la más grande, es la que está fijada por Ley y consiste en el 1% de todos los seguros que se emiten en el país. Eso es un caudal importante de dinero. Después, tenemos un sistema de coparticipación con las provincias, con todos los que están adheridos al Sistema Nacional de Licencias en el cual se emiten los certificados de antecedentes de tránsito que cuestan $150. Una parte de ese importe va al centro de emisión de licencias y otro para la Agencia. En realidad, los municipios no manejan dinero, tienen un crédito. Nos informa sobre lo que necesitan, nos mandan el listado, consultamos el crédito que ellos tienen de acuerdo a la emisión de los certificados y en función de eso se autoriza la compra. Hoy por hoy, presupuesto tenemos y en sólo cuatro meses de gestión ahorramos 18 millones de pesos solamente por sacarle los seguros a los autos que estaban hace seis meses parados, por denunciar penalmente a agentes por maniobras con el combustible, dejamos de pagar alquileres y borramos el sponsoreo. Tenemos que administrar bien el dinero de la agencia para poder crecer en la gestión.

 

REGIONALIZAR EL PAÍS

¿Cómo es la organización de la Agencia para poder estar presente en todo el país?

CAP: Estamos nombrando Directores Regionales porque nosotros, desde acá, no podemos ocuparnos de las 24 provincias. Ellos son los que van a ir viendo el diagnóstico, y así regionalizamos el país. Es importante que haya un referente local en las regiones para que pueda ver el día a día, lo cotidiano y pueda comprometer la ayuda de la Agencia en las regiones. Estamos buscando gente idónea, capacitada y responsable. Y eso lleva su tiempo, pero es básico si queremos éxito en la gestión. Y además, vamos con un mensaje claro a todos los gobiernos: no hacemos política partidaria y vamos a colaborar con todos aquellos que veamos que tienen la voluntad de cambiar o modificar estas situaciones. El problema más grande que nos enfrentamos es que la mayoría de los funcionarios no tienen una real conciencia de la responsabilidad de las funciones. Entonces estamos tratando de llegar con ese mensaje para que entiendan que todo esto es evitable. Son incidentes de tránsito. Nosotros, cuando hablamos en términos de hechos de tránsito con muertes hablamos de incidentes y no de accidentes. Así que estamos trabajando en todas las áreas de gestión para coordinar todo.

¿La idea es unificar criterios entre las provincias?

CAP: Cada provincia tiene una organización distinta. En algunos casos, la seguridad vial depende del Ministerio de Seguridad y en otras, de la Jefatura de Gabinete. No hay un orden. Lo que queremos hacer es nuclear todo. Hay mucho por hacer. Lo bueno es que todo esto está acompañado por un plan de infraestructura vial muy ambicioso que se va a llevar adelante. Porque no es solamente una acción o una campaña de concientización. Si no tomamos las medidas que sean integrales para hacer rutas más seguras y si no vamos a ver las obras de infraestructura que necesitan los municipios para ser más seguros; definitivamente vamos a estar chocando contra las paredes. Ahora podemos trabajar con Vialidad Nacional ya que somos auditores de las obras viales. Antes, la vialidad hacía su propia auditoria, ahora le dieron la responsabilidad a la Agencia de auditar desde el punto de vista de todos los componentes de seguridad que tiene que tener una vía.

¿Y cómo van a llevar adelante esa tarea?

CAP: Por una lado, contamos con la Dirección de Estudios en Seguridad de Infraestructura Vial y del Automotor, que va a tener a los ingenieros para auditar toda la parte de infraestructura vial. Y por el otro, la Dirección de Investigación de Accidentología, que va a ir viendo todo el entorno de una ruta. Tenemos todos los componentes para poder hacerlo. Además, estamos incorporando técnicos para poder llevar adelante buenas auditorías. Y en aquellas que nosotros no tengamos la capacidad de hacerlo, seguramente vamos a tercerizarlas. Están puestos el desafío y el compromiso para poder llevar todo a cabo.

Hay mucho por hacer…

CAP: Esto es integral. Si mejoramos el transporte público, se va a reducir el tránsito sobre las autovías y como consecuencia los incidentes. Por eso necesitamos un plan general. Esto no se soluciona solamente con un componente. Acá tenemos que trabajar todos en equipo y empezar a pensar que nuestra responsabilidad es muy grande. Por lo menos es la conciencia de todos los que empezamos a trabajar en esta nueva gestión desde el 10 de diciembre para acá. Y es el mensaje que estamos llevando a todas las provincias.

UN CAMBIO CULTURAL

Actualmente, ¿en qué zonas están trabajando con más hincapié?

CAP: Estamos organizando campañas viales muy fuertes. Ahora estamos con la Ruta Nacional 34, que es la que se está llevando la mayor cantidad de vidas. La principal causa es el choque de frente. Son rutas muy transitadas ya que tienen todo el tránsito del norte hacia el puerto de Rosario. Ahora se va a hacer autovía y eso es una parte de la solución. Nosotros, desde la Agencia arrancamos una campaña por todos los municipios involucrados. Hacemos distintas actividades de concientización en colegios y comunas.

¿Se apunta a la educación fundamentalmente?

CAP: Exactamente. Hay que trabajar en dos ámbitos para generar el cambio cultural. Por un lado, tenés que ir a los chiquitos para que dentro de 15 años vengan ya educados y por el otro, ir por todos nosotros, los maleducados que no respetamos las normas de tránsito. Eso es lo más difícil. Pero se puede lograr. En este sentido, La Rioja me sorprendió mucho. Tienen voluntad política para cambiar. Entonces, si alguien lo puede hacer, nosotros también. El cambio cultural apunta a que, nosotros los argentinos, empecemos a entender cuál es el concepto de respetar las normas, y particularmente las de tránsito. Que son las que más fácilmente se violan.

¿Y qué función cumple el Consejo Federal?

CAP: El Consejo Federal es una reunión de todos los responsables de las jurisdicciones. Allí tenemos que tratar de que los gobernadores se involucren y tomen conciencia de la importancia del tema. Tiene que servir de instrumento para que se puedan compartir las experiencias y se armen programas de trabajo. La idea es plantar cuáles son los problemas y cuáles son las posibles soluciones.

¿Qué cosas resalta de su gestión como Director del Cuerpo de Tránsito de la ciudad de Buenos Aires?
CAP: Cuando se creó el cuerpo de agentes, teníamos 250, hoy ya son 1200. Todavía son pocos. Pero lo bueno es que cambiamos el formato de su capacitación. A la Guardia Urbana, que luego los reconvirtieron en Agentes de Tránsito, les dieron solamente una capacitación legal para poder labrar infracciones de tránsito y demás. Nosotros, en cambio, intentamos darles una formación basada en valores, más allá de los conocimientos técnicos. Lo importante es educar, por eso tratamos de dar una formación más integral. De 10 días de capacitación, pasamos a 90 e hicimos participar también a familiares de víctimas para que den charlas de sensibilización. Es una tarea titánica. Pero de todos modos estamos empeñados en ir modificando conductas y actitudes.