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Situación del transporte cañero y el resto de los usuarios de la vía pública

Análisis sobre la problemática de los camiones que trasladan caña de azúcar durante el desarrollo del período de cosecha. La caña de azúcar es un cultivo que representa un importante desarrollo productivo en la provincia de Tucumán, Argentina. Su período de cosecha, conocido como “la zafra”, es intensivo y según la zona y las condiciones climáticas, puede realizarse en cuatro etapas distintas. Por Claudio A. Verón, investigador en seguridad vial.
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EDITORIAL

*Por Claudio A. Verón, investigador en seguridad vial.
Análisis sobre la problemática de los camiones que trasladan caña de azúcar durante  el desarrollo del período de cosecha.

La caña de azúcar es un cultivo que representa un importante desarrollo productivo en la provincia de Tucumán, Argentina. Su período de cosecha, conocido como “la zafra”, es intensivo y según la zona y las condiciones climáticas, puede realizarse en cuatro etapas distintas:

  1. Inicial: entre los meses de mayo y junio. Se caracteriza por lluvias y temperaturas decrecientes, humedad relativa elevada y baja probabilidad de heladas.
  2. Intermedia: entre los meses de julio, agosto y mediados de septiembre. Existen mínimas lluvias, temperaturas  bajas, humedad relativa en disminución y alta probabilidad de heladas.
  3. Final: desde mediados del mes septiembre a mitad de octubre.
  4. Tardía: desde fines del mes octubre en adelante. Aquí la característica principal es el aumento de la temperatura, lluvias y humedad relativa.

Los ingenios azucareros, trabajan las 24 horas del día en el procesamiento, lo cual demanda la recepción de la materia prima en forma permanente e ininterrumpida. Esta situación, motiva la presencia constante de los transportes de cargas (camiones–rastras) por las rutas y caminos en la provincia.
La zafra es recibida con mucho entusiasmo por parte de la población tucumana. Los trabajadores temporarios, esperan cada año su llegada para comenzar una jornada más de trabajo y así llevar el pan a su familia.
Pero no todas son buenas nuevas para quienes transitamos diariamente los caminos tucumanos. El incremento de vehículos por las rutas nacionales y provinciales que atraviesan la provincia, hace que el tránsito sea mucho más peligroso en estas épocas del año. Los medios masivos de comunicación, son los que dan cuenta de un notorio crecimiento estadístico en cuanto a los siniestros producidos y a sus lamentables consecuencias en épocas de zafra, en comparación con los meses en donde ésta actividad no se realiza.
Es común ver en las noticias: “Otro accidente por culpa de una rastra cañera”; “las rastras siguen cobrando vidas en las rutas tucumanas”; “una motocicleta chocó contra una rastra cañera”. Los titulares son similares en estas épocas. También estamos acostumbrados a escuchar la opinión de la gente respecto de estos hechos, que coinciden relativamente con lo que titulan los medios. Pero en realidad, nunca se sabe qué ocurrió realmente en el siniestro o qué fue lo que lo provocó; más allá de que es posible que una rastra podría o no ser la responsable del accidente.

 

CAMINOS COMPARTIDOS, RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS
En Tucumán, tanto por las rutas provinciales como por las nacionales, se desplazan todos los días camiones que trasladan caña de azúcar desde y hacia los 15 ingenios que funcionan en la provincia. Lo hacen con mayor frecuencia entre mayo y octubre, período que corresponde al desarrollo de la zafra.
Para evitar todo tipo de siniestro, los vehículos que transportan caña deben llevar los indicativos correspondientes: largo, ancho, señalización, luces y cintas reflectivas.

 

Análisis legal
Si bien la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449, prohíbe la circulación de carros cañeros por la noche (capítulo IV, título IV); la adhesión de la provincia de Tucumán, Decretos Nº 320/03 y Nº 1608/3 no lo prohíben expresamente. Si así fuera, no sería posible realizar la zafra, ya que estos vehículos trabajan durante todo el día, porque la molienda de los ingenios así lo demanda. La aplicación de una prohibición legal inexistente para atribuir responsabilidad en un siniestro, es una violación del artículo 14 de la Constitución Nacional Argentina, que garantiza el libre tránsito por la República. A pesar de esto, mediante una resolución por parte de la Dirección General del Transporte de la Provincia de Tucumán que rige desde el año 2013, sólo a los tractores que llevan rastras, se les fija un determinado un horario para poder circular. Lo podrán hacer todos los días, de 18 a 23 horas en Rutas Nacionales, ya que este vehículo se presenta como una cosa riesgosa debido a la velocidad distinta respecto de los demás usuarios de la vía pública.
La Ley de Tránsito, en cuanto a los límites especiales de velocidad, en su  Artículo Nº 52 inciso a), establece que se respetará un límite mínimo en  zona  urbana y autopistas que será la mitad del máximo fijado para cada tipo de vía;  y en caminos y semiautopistas a  40 kilómetros por hora, salvo las maquinarias especiales y los vehículos que cuentan con permisos. Es decir que, aún con estas definiciones, no está claramente determinado si las velocidades mínimas rigen también para las rutas en zonas rurales o urbanas, ya que sólo se especifica  en el punto cuatro del Artículo Nº 51, que  en  rutas  que  atraviesen  zonas  urbanas, el límite máximo será de 60 kilómetros por hora.

CONCLUSIONES  
Teniendo en cuenta que, si los tractores están autorizados en la provincia de Tucumán a ser utilizados como transporte de cargas remolcando carros de tipo helvético o de tipo volquete, aún con sus horarios de restricción sobre Rutas Nacionales, se llega a la conclusión que, más allá de que tengan reglamentado un límite mínimo de velocidad y siempre que cumplan con los requisitos de seguridad establecidos por la normativa, estarán dentro del marco legal en caso de siniestros. Obviamente esto ocurrirá siempre y cuando no hayan incurrido en alguna infracción relacionada con el accidente, como en el caso de la insuficiencia en la iluminación y el estacionamiento o detención en la banquina. En algunos casos,  se puede considerar que una parte de los siniestros puedan obedecer que los otros involucrados hayan infringido las normas de tránsito tales como exceso de velocidad o adelantamiento indebido, lo que potenciaría el riesgo de provocar un accidente habida cuenta de las velocidades en las que se circulan comúnmente los vehículos particulares, los de transporte de pasajeros y las motocicletas, en comparación con las velocidades reducidas con las que circulan las denominadas rastras cañeras.
Entonces, para estos casos, hay que tener en cuenta que no sólo somos testigos de lo que sucede en estas rutas para estas épocas del año sino también que somos protagonistas directos de estas escenas tan riesgosas y que se repiten diariamente. Involucrados en medio de un tránsito caótico en horarios pico, los conductores generan un estado de angustia y bronca, y posteriormente reaccionan violando constantemente las leyes de tránsito. Mientras esto no se cumpla, seguiremos poniendo en riesgo nuestras vidas y la de los demás.
Si bien se deben realizar legislaciones acordes a las necesidades actuales y construir caminos específicamente destinados al transporte de tan importante producción tucumana; nosotros, los conductores debemos comenzar a modificar nuestras actitudes y comportamientos en  el modo de conducir. Debemos pensar que, cuando salimos a transitar en la vía pública para realizar nuestras actividades cotidianas, siempre hay alguien que en casa nos está esperando. De esta manera, podremos sumar un aporte muy valioso a la construcción de una sociedad más saludable y con un tránsito más armonioso. Y así, esperar cada año, el inicio de una nueva zafra con la tranquilidad y sin tener que lamentar más víctimas fatales en nuestras rutas.