Fernando Savater, en el primer capítulo de su libro Ética para Amador (“De qué va la ética”), define la ética como “el arte de vivir, de saber vivir, por lo tanto el arte de discernir lo que nos conviene (lo bueno) de lo que no nos conviene (lo malo)”. Y este es el enfoque que los invito a tener para comprender por qué definimos a Visión Cero como ética de un sistema seguro de tránsito y transporte.
El tránsito automotor ha marcado la evolución y el desarrollo del mundo en los últimos siglos. Además es un símbolo de libertad incuestionable. Pero también el tránsito automotor es una amenaza mortal y cotidiana.
Y no hablamos solamente de muertes: también sufrimos lesiones graves, discapacidades, congestión, ruido; en fin, tenemos una calidad de vida pobre. ¿Será éste el precio que tenemos que pagar por la movilidad y la libertad? Suecia no lo cree así. Su Gobierno sostiene que no puede haber ninguna justificación moral por la muerte de una sola persona en el sistema de tránsito y transporte. Todos los habitantes deberían poder moverse libremente y sentirse seguros al mismo tiempo. Se trata nada menos que del respeto y consideración por cada uno de los habitantes de una comunidad, y que la concepción de la seguridad en el sistema de carreteras y transportes esté de acuerdo con los valores que se aplican en el resto de la sociedad.
LA DECLARACIÓN
A partir de este compromiso surge en Suecia Visión Cero que se enuncia con una simple frase: “El único número aceptable de muertos o heridos graves en las carreteras es cero”.
Podríamos hacernos nosotros la misma pregunta: ¿cuál es nuestro número aceptable de muertos o heridos graves? ¿5.000, 1.000, 500, 50? 50 parece un número muy bajo; seguramente lo es, siempre y cuando en dicha cifra no se encuentre alguno de nuestros seres queridos.
Pero para que esta declaración no sea una ingenua expresión de deseos demanda una estrategia para crear un sistema seguro de transportes y carreteras.
El hito más importante de este proceso en Suecia fue la Resolución Parlamentaria de 1997 determinando que Visión Cero constituyera el fundamento de todo el trabajo relacionado con la seguridad vial; de esta enorme cantidad de actividades vinculadas a la ingeniería, el control, la educación y que deberían constituir el Círculo Virtuoso de la Seguridad Vial.
UNA REVOLUCIÓN
Visión Cero implica una revolución en la forma de resolver los conflictos: como toda revolución conlleva nuevos paradigmas. En el siguiente cuadro se pueden observar algunos de ellos.
El sistema se adapta a las capacidades humanas
Visión Cero comienza con las siguientes afirmaciones: somos humanos y cometemos errores; nuestros cuerpos están sujetos a los límites de tolerancia biomecánicos, no están concebidos para sufrir grandes desaceleraciones; y carecemos de capacidad para juzgar la velocidad.
La gente comete errores y el factor humano está presente todo el tiempo. Un sistema eficaz de Seguridad Vial debe tener siempre en cuenta la falibilidad humana. En este sentido las calles y rutas se diseñan en Suecia para límites de velocidad compatibles con la vida humana.
La seguridad no compromete la movilidad
Los sistemas de transporte han sido diseñados tradicionalmente para la máxima capacidad y la movilidad, no para la seguridad.
El enfoque de Visión Cero ha logrado en Suecia una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo, y las estadísticas muestran claramente que la seguridad no compromete la movilidad, por el contrario, el aumento de la movilidad depende en realidad de la seguridad vial efectiva.
Focalizarse en muertos y heridos graves
El ejemplo más clásico se lo puede encontrar en la resolución de una intersección: Si lo más importante fuera reducir el número de accidentes, el semáforo es la mejor solución. Se tienen menos accidentes, pero los que ocurren resultan en lesiones más serias. Si lo más importante es evitar lesiones serias, una rotonda da mejores resultados. Probablemente habrá más accidentes pero las lesiones son leves en la mayoría de los casos.
Integrar la falla humana en el diseño
Dado que el ser humano comente errores, esto se acepta y se trabaja para integrar la falla humana en el diseño, y que estos errores no deriven en graves lesiones o en la muerte. Para ello los caminos deben ser indulgentes, permitiendo que ante los errores más comunes como el de salida de vía, el conductor regrese al carril y no impacte sobre un usuario vulnerable o evitando el choque frontal a través de sistemas de defensa en medianas o el novedoso sistema 2 + 1.
Las responsabilidades se comparten entre los que diseñan, administran y mantienen el sistema
Quienes configuran el Sistema de carreteras y transporte tienen la responsabilidad principal de la seguridad: las administraciones de carreteras, quienes atienden su mantenimiento, los fabricantes de vehículos, las empresas de transporte, los políticos, los funcionarios públicos, las autoridades legislativas, la Policía, los servicios médicos, el sistema judicial, y la escuela.
La responsabilidad del ciudadano es cumplir con las normas de tránsito, pero si los usuarios fallan en obedecer esas reglas, los proyectistas del sistema son los que deben tomar las medidas necesarias para impedir que esa gente sea seriamente lesionada o lesione a otros.
Dentro de estas responsabilidades destacamos la importancia del diseño de las carreteras y calles, su adecuado mantenimiento (calzada, banquinas, señalamiento vertical y horizontal, sistemas de defensa) y un control eficaz en el acceso de los conductores a la red vial, mediante regímenes de formación y evaluación.
En cuanto a la educación vial, Visión Cero promueve su impartición como asignatura obligatoria en todos los niveles de enseñanza, así como la creación de Consejos de Seguridad Vial en las escuelas, en los que participan las autoridades locales, los docentes, los alumnos y sus familias para elaborar propuestas concretas que mejoren el tránsito en su localidad. De este modo, se consigue implicar a todos en la identificación e incluso en la solución de los peligros viales.
La industria puede ser estimulada
Es posible estimular a la industria y resulta fundamental que ésta sea una aliada de la estrategia. En Suecia se trabaja en este sentido. Por ejemplo en 2008 se firmó un acuerdo entre Volvo Cars y la Swedish Road Administration (SRA) en el que se comprometen para que ninguna persona muera o sea gravemente herida en un nuevo automóvil Volvo a partir del 2020.
Es un hito muy importante ya que significa que los fabricantes de automóviles ofrecen un compromiso de largo alcance y no transfieren la responsabilidad de la seguridad vial a otros.
REFLEXIÓN FINAL
Si bien Visión Cero fue desarrollado en Suecia, hoy día son muchos los países que han adoptado estrategias similares: Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suiza, Holanda, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda. Todos ellos modelos de abordaje ético e integral de la Seguridad Vial.
Suecia está aún lejos de su objetivo declarado de acabar con las muertes en carretera por completo, pero en 2013 sólo un niño sueco menor de siete años murió en un accidente (Fuente: The Economist, enero de 2014). ¿Cuántos murieron en nuestro país?
Terminaría con la misma pregunta que propuse al principio: ¿Cuál es nuestro número aceptable de muertos o heridos graves en nuestras calles y rutas? Ojalá que sea cero.
Esta tema fue expuesto el pasado 10 de junio de 2014, en el acto organizado por la Asociación Argentina de Carreteras por el Día de la Seguridad Vial.
* La Ing. Adriana Garrido es miembro del Comité de Seguridad Vial de la Asociación Argentina de Carreteras.